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La ginebra en ayunas
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Leopoldo Abadía

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La ginebra en ayunas

Cuando era obispo de Buenos Aires, el ahora Papa Francisco dijo que "el dinero y el poder son como la ginebra en ayunas. Inmediatamente marean, hacen

Cuando era obispo de Buenos Aires, el ahora Papa Francisco dijo que "el dinero y el poder son como la ginebra en ayunas. Inmediatamente marean, hacen perder el piso". Veo que "perder el piso", en Latinoamérica, quiere decir no tocar de pies al suelo.

Esta debe de ser la explicación de cosas que pasan. Porque, a veces, oigo a gente hablando con cara muy seria y diciendo unas cosas que, si las analizas un poco, ves que son una muestra de que aquel mozo ha perdido el piso y no acaba de recuperarlo.

Me acaban de pasar una nota en la que un director de una sucursal bancaria habla de unos productos que HOY se están comercializando, engañando -esa es la palabra- a todo viejecito que se ponga a tiro del director regional que, después de una fusión, ha decidido que él conserva su puesto pase lo que pase y caiga quien caiga.

El que me envía la nota me dice que eso es una pérdida de valores. Pero como el único camino hacia la verdad es contarla, y da la casualidad de que conozco a uno que manda bastante en la entidad absorbente, se lo he contado. Le he dicho que puede que no sea verdad, pero como yo no se lo voy va contar a nadie y él tampoco, investigará lo que pasa y si pasa lo que me temo que pasa, el mozo ese se irá a la calle dignamente, o sea, a patadas.

Este Papa, que me cae muy bien, lo mismo que me caía muy bien el anterior y el anterior y el anterior, y me caerá bien el siguiente y el siguiente y el siguiente, ha hablado de 'servicio', palabra que a todos nos encanta, sobre todo cuando realmente somos servidores de la sociedad. O sea, cuando no nos damos a nosotros mismos ese título, porque servidores de la sociedad son todos los que, con un trabajo honrado, sirven a la sociedad. Por ejemplo, los barrenderos.

Y, como consecuencia, no son servidores de la sociedad toda esa cuadrilla de impresentables e impresentablas -ya hablo como Bibiana Aído- que, como son 'servidores', se otorgan la responsabilidad de hacer pedagogía y explicarnos a los ignorantes lo que NO hay que hacer para servir a la sociedad. 

El miércoles por la noche, di una conferencia en Madrid para la Fundación Villacisneros y repetí lo que digo siempre: "Impuesto que se pueda subir, se subirá". Y para animar a la gente, añadí: "Por eso, si mañana leéis que ha subido el impuesto de..., en vez de enfadaros, sonreíd y decid: 'Ya lo sabía'".

Repaso hoy las noticias y veo que el ministro Montoro anunció ayer la creación mundial de una nueva figura: "el impuesto no recaudatorio". Nombre que, al principio, me pareció una contradictio in terminis, o sea, "una combinación de palabras cuyo significado está en mutuo conflicto". Luego vi que si la contradicción es intencional (retórica o poética), la contradictio se convierte en oxímoron.

Oxímoron o contradictio, con ese impuesto no recaudatorio, Cristóbal espera recaudar 2.000 millones de euros. Y uno piensa que si eso pasa con el no recaudatorio, qué pasará con los recaudatorios que se le vayan ocurriendo a este señor.

Para tranquilizarnos, el ministro dice que el impuesto lo pagarán los bancos, pero que los bancos no lo repercutirán a los clientes, lo cual hace que a uno le entre la risa floja y que piense que, o Cristóbal hace pronto pedagogía o no le va a creer ni su tía la del pueblo.

Nos pone nerviosos el corralito de Chipre, y con razón. No hay peligro de corralito en España, nos aseguran los pedagogos. Pero uno se mete en Google y encuentra algo que a uno se le había olvidado: que hace unos meses, Montoro creó un impuesto estatal del 0% sobre los depósitos para anular el que habían creado unas autonomías, que era más del 0.

Lo del 0 nos gusta a todos. Lo que no nos gusta es que, de repente, se levante un día Cristóbal y suba del 0 al 0,15, por ejemplo. Y ya tenemos corralito. Chiquitín, pero por algo se empieza.

Hace unos días, cené con unos amigos en un pueblo cerca de San Quirico. Uno de los comensales me preguntó si están seguros nuestros ahorros en los bancos. Le dije que creía que sí. Pero al día siguiente apareció Chipre y a los pocos días, el impuesto no recaudatorio.

Cristóbal: eres muy buena persona, eres muy competente, estás muy agobiado. No hagas lo peor, que es engañar al personal. 

Recuerda eso de que el poder es servicio. No sé si tienes poder. Creo que ni tú, ni Rajoy, ni ningún ministro español, lo tenéis. Pero sí tenéis obligación de servir.

Y el servicio empieza por decir la verdad.

Cuando era obispo de Buenos Aires, el ahora Papa Francisco dijo que "el dinero y el poder son como la ginebra en ayunas. Inmediatamente marean, hacen perder el piso". Veo que "perder el piso", en Latinoamérica, quiere decir no tocar de pies al suelo.