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De Vejer a Baltimore
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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De Vejer a Baltimore

Cuando hablamos de que todos son unos sinvergüenzas y que habría que barrerlos a todos, creo que hacemos una injusticia. Lo sucio se nota. Lo limpio, no. Se da por supuesto.

Foto: Vejer de la Frontera, en Cádiz (CORBIS)
Vejer de la Frontera, en Cádiz (CORBIS)

La semana pasada estuve en un pueblo precioso, Vejer de la Frontera. En la Cadena SER tuvimos un debate, moderado por Àngels Barceló, fenomenal, como siempre. Una gozada de conversación con el alcalde y el doctor Estivill.
 
Le confesé a Àngels que una semana antes, yo no sabía que Vejer existía. Si les quiero echar la culpa a los vejereños, que siempre es lo más cómodo, les digo que tienen que hablar más del pueblo y de lo maravilloso que es. O, dicho a lo político, “que hagan pedagogía” del pueblo. En este caso, la frase sería aceptable, porque ellos serían muy buenos pedagogos. En otros casos, ya sabéis lo que opino de esos pseudopedagogos que no pasan de personajes como León Salvador, un charlatán de feria que en las fiestas del Pilar iba a Zaragoza y vendía las célebres hojas de afeitar Piel Roja. (Nombre que hoy no se admitiría, y que habría cambiado a hojas de afeitar Piel de Color, por aquello de la corrección y del respeto a las otras razas.)
 
Me voy por las ramas, como siempre. Vuelvo a Vejer. Encuentro al exalcalde. Orgulloso de su pueblo, me dice que los barrenderos tienen orden de no escobar los pétalos de azahar para que el pueblo huela bien. Puede ser una leyenda urbana, pero, en todo caso, es una leyenda preciosa. Un alcalde que da la orden de que se barra lo que hay que barrer y no lo que no hay que barrer demuestra su categoría.

Yo no me había fijado en los pétalos de azahar. Sí que había notado que el pueblo olía bien. Hemos de conseguir que España huela bien


 
Se me va la cabeza a la política, a las finanzas, a los negocios. Cuando hablamos de que todos son unos sinvergüenzas y que habría que barrerlos a todos (me acuerdo de “Si yo tuviera una escoba”, de los Sirex), creo que hacemos una injusticia. Lo sucio se nota. Lo limpio, no.  Se da por supuesto, simplemente. Yo no me había fijado en los pétalos de azahar. Sí que había notado que el pueblo olía bien. 

Hemos de conseguir que España huela bien.
 
Leo mis dos periódicos, con Vejer en la cabeza. El año electoral enturbia todo. Exagerando ligeramente, no hay una sola intervención con cara y ojos. No hay un solo argumento serio. En cuanto aparece, es despreciado o ignorado, y, en algún caso concreto, cuando el que tiene argumentos serios quiere exponerlos en una institución, se le contesta: “No me pida usted eso, por favor”, con lo que avanzamos en perfeccionar la vieja censura franquista, que nos juraron que había desaparecido y que sigue existiendo, tan despreciable como entonces.

El año electoral enturbia todo. No hay un solo argumento serio


 
Almuerzo con un amigo. Me habla de un autor catalán, muy bueno. Le digo que no he leído nada de él. Mi amigo me mira, sonríe y dice: “Es difícil de encontrar; ¿no ves que no es ´de los nuestros´?”. Sigue sonriendo. Me habla de otro libro. Ese sí es “de los nuestros”. En este caso, “de las nuestras”. El lunes me lo compro. Quiero comprobar lo que me ha dicho: “Ni un solo argumento ni razonamiento en 200 páginas”. ¡Tiene mérito!
 
Ahora me voy a la independencia de Cataluña, sobre la que me preguntó el día de Sant Jordi una periodista muy maja que no sé para qué publicación trabajaba, porque, al lado de Ken Follett, yo estaba un poco distraído. Le dije que me parecía ir contra corriente. En un momento en que todos nos unimos, unos cuantos se quieren desunir. ¡Para ir a Ítaca! Con la cantidad de islas majas que hay por aquí y hala, 7 millones y medio de personas a Ítaca, isla de 96 kilómetros cuadrados, donde no cabemos ni los de San Quirico. Además, griega. Habrá que preguntar a Alexis si le interesamos. Con los líos que tiene hablando en posición de firme con Ángela, igual ni nos hace caso.
 
Pero, como intento ser buena persona y quiero escuchar a los demás, y bien sabe Dios lo que me cuesta a veces, he decido empezar una nueva colección, a añadir a la de botijos, campanillas, sellos, sobres de azúcar y corchos de botella que tenemos entre mi mujer y yo. Esta colección, que empiezo ahora, estará formada por los dichos, argumentos, razonamientos y avances de Artur y Oriol J. hacia la independencia, o sea, hacia ser una nación europea más, o sea, a obedecer a Merkel directamente, en lugar de hacerlo a través de Mariano.
 
Empiezo la colección, poco a poco, como todas las colecciones: un sobre de azúcar de aquí y otro de allí. Pero necesito que los protagonistas me lo faciliten un poco. Porque si Artur habla en 8TV a la misma hora que Oriol J. en El Punt Avui, como no tengo más que una televisión, no les puedo seguir a los dos.
 
Con lo cual, empiezo mal, sin saber si las futuras elecciones serán plebiscitarias, no serán plebiscitarias, o, simplemente, no serán.
 
Pero, lleno de buena voluntad, sigo y veo que:
 
1.    Hemos creado los órganos de coordinación de la política exterior de Cataluña. Supongo que esto quiere decir que las 56 embajadas que tenemos entre manos y las que me parece que ya existen estarán coordinadas y no se permitirá que cada embajador haga la guerra por su cuenta.
 
2.    Hemos llegado a un acuerdo con la Unesco con el fin de designar un experto de la Generalitat para que trabaje en ese organismo internacional en programas sobre la biodiversidad y reserva de la biosfera.
 
3.    Hemos renovado el acuerdo de cooperación transfronteriza con la región Languedoc-Rosellón.
 
Supongo que los 397 millones que recibirá Cataluña del Fondo Social, sumados a los 8.258 del FLA 2015 para pagar las deudas con entes locales relativas a sanidad, educación, servicios sociales y fomento del empleo servirán, no solo para pagar eso (y ahí está incluido lo que le deben a un farmacéutico amigo mío), sino también para pagar el sueldo del señor que estudiará lo de la biosfera, que seguro que es un tema que nos preocupa mucho a los catalanes (y aquí incluyo los que vivimos en Cataluña hace 60 años y tenemos más hijos y nietos que muchos que son “de los nuestros”).
 
En confianza, a mí, lo de la biosfera no me deja dormir.
 
 
P.S.
 
1.    Todo  lo de arriba está bien. A mi mujer y a mí, las colecciones nos llenan de paz y serenidad. Hay tardes en las que ella, con sus bolsas de azúcar y yo con mis botellas  de cerveza –esta colección se me había olvidado antes– trabajamos y descansamos simultáneamente.
 
2.    Pero lo que de verdad me entusiasma hoy es lo que ha hecho esa madre norteamericana, que ha descubierto que aquel ceporro con pasamontañas era un hijo suyo. Ha ido, se ha metido en el tumulto, ha agarrado al niño y, a bofetadas, se lo ha llevado a casa.
 
3.    A bofetadas. Y que no me hablen de violencia doméstica, que alguno ya ha empezado a decir que pobre chavalico, que mejor era llamarle por el móvil y decirle: “Hijo mío, piensa, por favor, en el malestar cívico que puedes llegar a causar si tu comportamiento no es digno”. Y el niño hubiera bajado la cabeza y se habría ido a casa, reconociendo su error. Ay, que me da la risa.
 
4.    Madre con ideas claras, antes de los mamporros. Hijo con ideas claras, después de los mamporros. Los dos con ideas claras, que es lo fundamental.
 
5.    Señora, todos mis respetos.
 
6.    En mi nombre y en el de toda mi familia.
 
P.S. 2
 
7.    Las cosas empiezan a ir medianamente bien.
 
8.    Veo un titular: “El Banco de España cree que el ajuste del sector inmobiliario ya se ha acabado”.
 
9.    Pero, inmediatamente, leo unas declaraciones del director de estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, y me preocupo, porque no acaban de coincidir con ese titular.
 
10.    Dice José Luis: “Por primera vez se ven síntomas incipientes y débiles de que incluso la construcción ya está de alguna manera creciendo”.
 
11.    O sea, que al titular hay que añadir, “por primera vez”, “incipientes”, “débiles”, “incluso la construcción” y “de alguna manera”.
 
12.    Esto es como cuando mis nietos me dicen que “en principio”  ya han acabado un trabajo. Quiere decir que está a mitad.
 
13.    De alguna manera.

La semana pasada estuve en un pueblo precioso, Vejer de la Frontera. En la Cadena SER tuvimos un debate, moderado por Àngels Barceló, fenomenal, como siempre. Una gozada de conversación con el alcalde y el doctor Estivill.
 
Le confesé a Àngels que una semana antes, yo no sabía que Vejer existía. Si les quiero echar la culpa a los vejereños, que siempre es lo más cómodo, les digo que tienen que hablar más del pueblo y de lo maravilloso que es. O, dicho a lo político, “que hagan pedagogía” del pueblo. En este caso, la frase sería aceptable, porque ellos serían muy buenos pedagogos. En otros casos, ya sabéis lo que opino de esos pseudopedagogos que no pasan de personajes como León Salvador, un charlatán de feria que en las fiestas del Pilar iba a Zaragoza y vendía las célebres hojas de afeitar Piel Roja. (Nombre que hoy no se admitiría, y que habría cambiado a hojas de afeitar Piel de Color, por aquello de la corrección y del respeto a las otras razas.)
 
Me voy por las ramas, como siempre. Vuelvo a Vejer. Encuentro al exalcalde. Orgulloso de su pueblo, me dice que los barrenderos tienen orden de no escobar los pétalos de azahar para que el pueblo huela bien. Puede ser una leyenda urbana, pero, en todo caso, es una leyenda preciosa. Un alcalde que da la orden de que se barra lo que hay que barrer y no lo que no hay que barrer demuestra su categoría.

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