El Rey sí pidió el indulto para Marc Rich

Aquí se interfiere Mallorca, donde colisionaron los carismas de dos jefes de Estado imbatibles en telegenia en sus momentos de esplendor. El Rey ha desarmado a muchos críticos en el cuerpo a cuerpo, y el primer presidente negro de Estados Unidos -sí, Clinton- también ha seducido irreversiblemente a los asistentes a las charlas mallorquinas que le programó el hotelero Simón Pedro Barceló, miembro de su fundación. En el verano de 1997, el magnetismo comparado de Bill y Juan Carlos iba a ponerse a prueba en el puente del antiguo ‘Fortuna’, durante una larga estancia presidencial de tres días en la isla. Hasta ese momento, el monarca había quedado líder en todas las competiciones de tirón popular. Aquel día hizo segundo.

Un año más tarde, Clinton agotaba su segundo mandato, en la Casa Blanca que heredará su esposa en 2016. Otorgó los famosos y caprichosos perdones presidenciales, con el consiguiente escándalo al incluir al magnate Marc Rich, definido por un congresista americano como “el mayor delincuente de guante blanco de este país”, a raíz de un fraude fiscal estratosférico. Cherchez la femme, como siempre que intervenía el antepenúltimo presidente, y en este caso llevaba el nombre de Denise Rich. La socialite, anglicismo que en castellano se traduce por Isabel Preysler, era la ex esposa del intermediario petrolífero. Había contribuido a las campañas de Clinton y quizás a otras causas más íntimas. Para aliviar el castigo, se desvelaron las identidades de los estadistas mundiales que habían abogado por el indulto a Rich, lo cual incluía sendas cartas implorantes de Simon Peres y del Rey de España. Se confirmaba así el interés que mantiene el jefe de Estado español en el petróleo.

Uno de los juegos más apasionantes de esta semana consiste en adivinar en qué párrafo de las informaciones sobre el indulto al pederasta Galván aparecerá por primera vez el nombre del Rey español

Uno de los juegos más apasionantes de esta semana consiste en adivinar en qué párrafo de las informaciones sobre el indulto al pederasta Galván aparecerá por primera vez el nombre del Rey español. El sexto, de media. Se ha logrado camuflar la intervención del monarca, flagrante en el caso de Rich. Todo lo cual figura en esta crónica porque Mohamed VI visitó Mallorca cuando era el único invitado con chilaba en la boda de Rosario Nadal y Kyryl de Bulgaria, durante la cual el comendador de los creyentes no se separó del príncipe Felipe. Y porque la hermosa Denise Rich sigue siendo la anfitriona privilegiada de Ibiza, con Joan Collins y Jerry Hall entre sus últimas huéspedes, desde la mansión costera que compartió con Marc Rich. Y porque el magnate acaba de fallecer. Y sobre todo, porque desde Mallorca proyectó negocios de rendimiento estratosférico y se enfrentó a muerte con otro ídolo caído, un tal Mario Conde.

El financiero judío fue uno de los protectores del banquero gallego durante su irresistible ascenso. Dos compañías holandesas de Rich adquirieron a Banesto el complejo residencial Bellevue, hasta 17 bloques de apartamentos que han adquirido notoriedad por el veraneo en las inmediaciones de Norma Duval. No faltó el cruce de comisiones, antes de que los abogados de Marc Rich denunciaran la operación tejida por Conde, alegando innumerables deficiencias urbanísticas. Aquí entra en escena el inevitable Jorge Trías, hoy famoso por acontecimientos de idéntica alcurnia. El Banesto de Emilio Botín tuvo que pechar de nuevo con Bellevue, que revendió sin mayor dilación. En otra síntesis apresurada del dislate financiero que define la historia reciente, el último comprador de Bellevue responde por José María Ruiz Mateos, el probable equivalente español de Marc Rich. Algún día habrá que indultarlo, tal vez vía Marruecos.