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El toro, los cuernos y la incompetencia de Mario Draghi
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Federico Quevedo

Dos Palabras

Por

El toro, los cuernos y la incompetencia de Mario Draghi

“El mayor problema que tiene Europa ahora mismo es la incompetencia del presidente del BCE, incapaz de tomar una sola decisión acorde con la urgencia que

“El mayor problema que tiene Europa ahora mismo es la incompetencia del presidente del BCE, incapaz de tomar una sola decisión acorde con la urgencia que requiere la situación que atraviesa la zona euro, si no es de acuerdo con lo que le digan desde el Bundesbank”, dice un alto cargo del Ministerio de Economía. Y es que no deja de ser sorprendente que un simple funcionario de la UE sea capaz con sus palabras de hacer bajar la prima de riesgo cien puntos un día, y al siguiente subirla doscientos. Es una exageración, pero refleja la realidad: Europa está en manos de un incompetente que no supo dar solución a los problemas de Grecia y que está conduciendo al euro a su fracaso si finalmente no hay más remedio que acudir al rescate de España e Italia.

Lo cierto es que ha entrado agosto y la situación no ha cambiado con respecto a hace unas semanas, cuando en El Confidencial contábamos que al Gobierno ya no le quedan recursos para hacer frente a este escenario y que las alternativas se reducen al rescate, la reestructuración de la deuda o la salida del euro -las dos últimas podrían ir unidas-, porque parece evidente que la disposición de los burócratas de Bruselas a ayudarnos es cero o negativa, y eso a pesar de que Draghi siga diciendo como coletilla a sus discursos imposibles que hará lo que sea para salvar al euro. ¡Pues hágalo, coño, hágalo! Yo ya no me atrevo a hacer ninguna predicción sobre lo que puede pasar en el futuro más próximo, entre otras cosas porque cuando hablo con los responsables gubernamentales tampoco ellos saben decirme qué es lo que puede pasar.

Cuanto más tardemos en darnos cuenta de que una Europa gobernada por incompetentes Draghis no tiene futuro, más seguiremos cayendo en las profundidades del abismo. O acabamos con Draghi, o Draghi acaba con nosotros, y por ahora va ganando él la partida

Los acontecimientos han desbordado a un Gobierno que nunca imaginó que después de haber hecho todo lo que ha hecho iba a chocar con la muralla infranqueable de un burócrata puesto ahí a dedo y al que no han elegido los ciudadanos; por eso entiendo el lamento de la gente del Ejecutivo cuando dicen que “algo falla en la Unión cuando decisiones que afectan a millones de personas las toman ejecutivos, tecnócratas, que sabrán mucho de números –y eso siendo generosos-, pero nada de política, y que se acobardan cuando levantan el teléfono y al otro lado suena la voz del presidente del Bundesbank”. Me recordaba el otro día en Las Mañanas de Cuatro Iñaki Anasagasti que Helmut Kohl quería hacer de Alemania una parte de Europa. Ahora, sin embargo, parece que Merkel quiera hacer de Europa una parte de Alemania. Esto ya lo hemos vivido antes y no fue lo mejor que le pasó a nuestro continente.

En fin, perdonen este inciso pero necesitaba el desahogo… Yo creo que ha llegado el momento, llegó hace ya cierto tiempo, de hacer política, de no dar brazos a torcer simplemente porque lo exijan unos señores, sean de gris o de negro, a los que se ha puesto ahí a dedo escapando a la voluntad de los ciudadanos. Ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos. Hasta ahora nos hemos dedicado a los pases de muleta, y perdonen el símil taurino viniendo de un neófito en la materia, pero es como si, en efecto, durante todo este tiempo nos hubiéramos dedicado a torear los problemas, y ahora hay que enfrentarse a ellos sin contemplaciones, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Eso exige decisión por parte del presidente del Gobierno, y según parece la tiene.

Miren, yo he sido, y lo seguiré siendo, critico con lo que considero errores cometidos por este Gobierno, como creo que no podría ser de otra manera. Pero lo que está pasando es profundamente injusto, porque siendo cierto que nuestra economía está mal y que durante años hemos cometido muchos excesos que ahora estamos pagando, también lo es que nuestra capacidad de reacción y los fundamentales que pueden hacer que nuestra economía vuelva a empujar hacia arriba no se corresponden con los niveles de desconfianza con que los mercados nos presionan para encarecer nuestra deuda y conducirnos a la quiebra. Y con más razón si cabe en esto que digo teniendo en cuenta que además el Gobierno está haciendo muchas de las cosas que, es verdad, habría que haber hecho hace tiempo, pero más vale tarde que nunca. Y lo está haciendo a costa de un importantísimo coste político, de un elevadísimo desgaste…

Ya sé que hay muchas cosas que no se están haciendo, en el terreno de la ejemplaridad sin ir más lejos, y sé también que es inmoral que los ciudadanos estemos pagando el coste de esta crisis al tiempo que se dedican ingentes recursos a salvar a la banca de la quiebra… Todo eso ya lo hemos dicho otras veces, y sigue siendo igual de válido, pero a lo que voy es al hecho de que independientemente de los reproches que podamos hacerle a nuestros dirigentes -y son unos cuantos-, quizá sea el momento de decirles también que piensen en nosotros, que sepan que nos tienen detrás, y que si es necesario dar un puñetazo en la mesa del presidente del BCE o, apuntando más alto, de la de Angela Merkel, lo vamos a respaldar y aplaudir, y que si hay que tomar decisiones difíciles estaremos ahí para soportarlas, pero que es nuestro aliento el que importa y no las trampas verbales de Mario Draghi, que cojan este toro por los cuernos e intenten doblegarlo, porque la prima de riesgo que verdaderamente debería preocuparles es la de los 5,7 millones de parados, y no los 600 puntos básicos que nos separan de bono alemán. ¡Que le den al bono alemán!

Rajoy, me consta, tiene bastante claro que esto es así, pero sigue creyendo también que la solución a nuestros problemas sigue estando en Europa, y probablemente tenga bastante razón. El problema es que no todo en el mundo en Europa quiere que eso sea así, y cuanto más tardemos en darnos cuenta de que una Europa gobernada por incompetentes Draghis no tiene futuro, más seguiremos cayendo en las profundidades del abismo. O acabamos con Draghi, o Draghi acaba con nosotros, y por ahora va ganando él la partida.

“El mayor problema que tiene Europa ahora mismo es la incompetencia del presidente del BCE, incapaz de tomar una sola decisión acorde con la urgencia que requiere la situación que atraviesa la zona euro, si no es de acuerdo con lo que le digan desde el Bundesbank”, dice un alto cargo del Ministerio de Economía. Y es que no deja de ser sorprendente que un simple funcionario de la UE sea capaz con sus palabras de hacer bajar la prima de riesgo cien puntos un día, y al siguiente subirla doscientos. Es una exageración, pero refleja la realidad: Europa está en manos de un incompetente que no supo dar solución a los problemas de Grecia y que está conduciendo al euro a su fracaso si finalmente no hay más remedio que acudir al rescate de España e Italia.

Mario Draghi