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El pacto de los lobos
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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El pacto de los lobos

Permítanme que les hable con sinceridad porque después de casi 20 años desde que estallara el ‘caso Pallerols’ y trece años después de una instrucción que

Permítanme que les hable con sinceridad porque después de casi 20 años desde que estallara el ‘caso Pallerols’ y trece años después de una instrucción que a todas luces se antoja excesiva, debo reconocer mi desconocimiento sobre el asunto como, imagino, la gran mayoría de ustedes, más allá de lo que a raíz de lo ocurrido estos días hemos ido sabiendo echando mano de las hemerotecas. En cualquier caso, lo básico para entender lo ocurrido es que Unió Democrática de Catalunya, un partido del que sí recuerdo en sus tiempos alardear de ser el único al que nunca había afectado un caso de corrupción, se financió vía fondos de la UE destinados a la formación de trabajadores en paro, lo cual en sí mismo ya es bastante despreciable.

Trece años después, como digo, los responsables se iban a sentar en el banquillo y el líder de esa formación, Josep Antoni Durán i Lleida iba a declarar como testigo, pero antes de que todo eso ocurriera la Fiscalía de Barcelona ofreció a UDC un pacto por el cual se daba carpetazo al asunto a cambio del reconocimiento de culpa y el pago de casi 400.00 euros, menos en cualquier caso de lo que se llevaron y de lo que en un principio solicitó el fiscal. Podríamos pensar que ese pacto era la consecuencia de la complicidad con la que interactúan las instituciones catalanas y los diversos poderes en aquella comunidad -Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Cuarto Poder, o sea, la Prensa-. De hecho, la Fiscalía de Barcelona ya había actuado al margen de las directrices de la Fiscalía General del estado en diversas ocasiones, la más reciente a cuenta del famoso borrador publicado por un diario nacional y que hablaba de las cuentas en Suiza de la familia Pujol y otros dirigentes nacionalistas. Durán es hoy el único nexo, por débil que sea, que mantiene viva la comunicación entre el Gobierno de España y la Generalitat

Pero, obviamente, hablamos de un asunto de mucha más envergadura y la prueba de ello es que unas horas después el propio Torres Dulce asumía ese pacto y lo explicaba con el sin duda razonable argumento de la excesiva duración de la instrucción del caso. El fiscal de Barcelona podría haber actuado por libre, pero es bastante poco probable que lo hiciera Torres Dulce en un asunto tan delicado, lo cual nos lleva a concluir que el pacto contaba con la aquiescencia del Gobierno. ¿Por qué? “Es una razón de Estado: el juicio habría significado una presión excesiva sobre Durán y había riesgo de que dimitiera, y Durán es hoy el único nexo, por débil que sea, que mantiene viva la comunicación entre el Gobierno de España y la Generalitat”, me decía un alto cargo el pasado jueves. Y fuentes de PP añadían: “Las consecuencias de este pacto se van a ver, seguramente, en unos meses”, queriendo decir que, probablemente, Duran y Unió respondan en el futuro a este acuerdo con un claro distanciamiento de la deriva soberanista de Artur Mas y ERC, sino con la ruptura lo que llevaría a la ruina los planes del actual presidente de la Generalitat.

No lo se, insisto, puede ser que todo eso vaya a ocurrir, o no, pero este país no puede aceptar más razones de Estado para tapar la corrupción, sea esta del tipo que sea. Miren, yo no voy a entrar en si Durán i Lleida debe dimitir o no. El sabrá si cumple con su palabra o no lo hace –y parece que no lo va a hacer-, lo que a mi me preocupa es que se lleguen a acuerdos de este tipo que, en definitiva, lo que hacen es tapar las vergüenzas de nuestros políticos, de nuestras clases dirigentes. ¿Va a pasar lo mismo con Iñaki Urdangarín? ¿Se va a llegar a pactos con los banqueros que tienen que pasar por el banquillo de los acusados después de haber abusado de los clientes de sus bancos y cajas de ahorros? Y si se les condena, ¿se les va a indultar después como vienen haciendo PP y PSOE cada vez que se turnan en el poder con los casos que afectan a uno y otro partido? ¿Por qué se tapa la corrupción de CiU y nadie abre una profunda investigación sobre todo lo que estamos conociendo? ¿Hasta donde cree la clase política que puede llegar la paciencia de una sociedad que ve como a los ciudadanos se les persigue por cualquier mínima deuda con la Hacienda Pública, mientras que a los políticos, a la casta dirigente, se le perdonan todos sus excesos y todos sus delitos?

Permítanme que les hable con sinceridad porque después de casi 20 años desde que estallara el ‘caso Pallerols’ y trece años después de una instrucción que a todas luces se antoja excesiva, debo reconocer mi desconocimiento sobre el asunto como, imagino, la gran mayoría de ustedes, más allá de lo que a raíz de lo ocurrido estos días hemos ido sabiendo echando mano de las hemerotecas. En cualquier caso, lo básico para entender lo ocurrido es que Unió Democrática de Catalunya, un partido del que sí recuerdo en sus tiempos alardear de ser el único al que nunca había afectado un caso de corrupción, se financió vía fondos de la UE destinados a la formación de trabajadores en paro, lo cual en sí mismo ya es bastante despreciable.