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¿Quién manipula la frustración?: ¡Es el neofascismo, idiotas!
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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¿Quién manipula la frustración?: ¡Es el neofascismo, idiotas!

Los últimos sondeos que se han publicado en nuestro país apuntan a que Podemos, la formación que lidera Pablo Iglesias, se habría convertido ya en la tercera fuerza política por delante de IU y muy cerca del PSOE, que estaría sintiendo el aliento de la f

Foto: Pablo Iglesias. (Efe)
Pablo Iglesias. (Efe)

Los últimos sondeos que se han publicado en nuestro país apuntan a que Podemos, la formación que lidera Pablo Iglesias, se habría convertido ya en la tercera fuerza política por delante de IU y muy cerca del PSOE, que estaría sintiendo el aliento de la formación radical en el cogote. Se ha escrito mucho sobre las razones que han llevado a Podemos a convertirse en la revelación política del año pero básicamente lo resumiría en una perfecta y estudiada estrategia de manipulación de la frustración.

La crisis económica y el agotamiento de un sistema que necesita regenerarse han provocado un enorme desencanto entre las distintas clases sociales, hasta el punto de que si antes en un país como éste el debate político se sustanciaba horizontalmente (izquierda-derecha), Podemos ha situado ese debate en la verticalidad ricos-pobres, arriba-abajo, casta-pueblo. Se trata, sin embargo, de una vieja estrategia totalitaria utilizada indistintamente tanto por el comunismo como por el fascismo.

En una hábil manipulación del lenguaje, los comunistas achacaban al fascismo ser el brazo armado del capitalismo, pero la realidad es que eso no era así, y ambos totalitarismos tienen demasiadas cosas en común. De hecho, tanto el fascismo italiano como el nazismo alemán odiaban el capitalismo y entendían la propiedad privada como una concesión del Estado... Mussolini fue un destacado líder socialista antes que impulsor del fascismo y Hitler llegó a afirmar que esencialmente el marxismo y el nacionalsocialismo eran lo mismo.

Si antes en un país como éste el debate político se sustanciaba horizontalmente (izquierda-derecha), Podemos ha situado ese debate en la verticalidad ricos-pobres, arriba-abajo, casta-pueblo

Fue hace unas décadas cuando el historiador británico Hugh Thomas calificó al régimen cubano como izquierda fascista queriendo definir así ““un régimen con establecidos objetivos izquierdistas totalitarios y sostenido mediante los métodos del fascismo”. ¿Cuáles serían las características de ese fascismo de izquierdas? Podríamos resumirlas en cinco puntos básicos que se hermanan con el fascismo de derechas:

1) El rechazo a la modernidad

2) El irracionalismo como culto de la acción por la acción. Pensar es una castración. Se admira al hombre que “tira la patada” (¿Se acuerdan de ese video de Pablo Iglesias diciendo que se sentía emocionado ante la agresión brutal y salvaje de varios manifestantes a un policía nacional?).

Se ha escrito mucho sobre las razones que han llevado a Podemos a convertirse en la revelación política del año pero básicamente lo resumiría en una perfecta y estudiada estrategia de manipulación de la frustración.

4) El pueblo es concebido como una unidad monolítica, que expresa la voluntad común y cuyo intérprete es el líder.

5) El batiburrillo ideológico, la colcha de retazos.

Pues bien, las propuestas populistas de Podemos se nutren de las que ya se han puesto en marcha tanto en la Venezuela de Hugo Chávez -por el que los líderes de Podemos sienten una especial admiración-, como en la Cuba de Castro. ¿El resultado? Países notoriamente pobres, con una casta política absolutamente corrompida, en los que se anulan todas las libertades públicas e individuales… ¿Es eso lo que de verdad quieren los votantes de Podemos para nuestro país? Nos ha costado mucho conseguir lo que tenemos, por más que lo que tenemos sea manifiestamente mejorable… Poder elegir a nuestros representantes, poder expresar nuestras ideas libremente, poder ir de un lado a otro sin que nadie nos pregunte, poder leer y escuchar y ver medios de comunicación de distintas líneas editoriales, poder crear una empresa, poder tener nuestras propiedades sin temor a que nadie nos las quite…

La lista de beneficios de un sistema democrático como el nuestro se haría interminable en un corto post como este, pero seguro que ustedes pueden seguir añadiendo muchos más. ¿Defectos? ¿Irregularidades? ¿Vicios del sistema? Claro que los hay, a cientos también, pero son la consecuencia tanto de la imperfección humana como de la mala gestión de unos dirigentes políticos sobre los que, sin embargo, pesa la decisión de nuestro voto.

Las propuestas populistas de Podemos se nutren de las que ya se han puesto en marcha tanto en la Venezuela de Hugo Chávez -por el que los líderes de Podemos sienten una especial admiración-, como en la Cuba de Castro

Ahora bien, ¿se han corregido o se han acrecentado esos vicios, defectos e irregularidades allí donde se han puesto en práctica las recetas de Podemos? Venezuela vive una crisis alimentaria sin precedentes en la región y es habitual ver colas para el abastecimiento de bienes de primera necesidad, una de las crisis económicas más profunda que se recuerda, tiene uno de los Gobierno más corruptos del planeta y sus ciudades se encuentran entre las más violentas de la tierra con más de 200 asesinatos por cada cien mil habitantes en Caracas, se han cerrado los medios críticos con el poder, se han anulado garantías constitucionales y los derechos y libertades individuales… Y todo eso en un país inmensamente rico gracias al petróleo

¿Quién se queda ese dinero? Pregúntenselo a Maduro y a los herederos de Chavez… Pregúntenselo a los líderes de Podemos, que seguramente sepan también de donde viene el dinero con el que se ha financiado su formación… Pero Podemos no es el único exponente de la crisis moral que vive Europa, porque como ya he dicho en alguna ocasión anterior, su deriva populista tiene más semejanzas que diferencias con otros movimientos de la misma catadura como el Frente Nacional francés o la Syriza griega… Esta Europa “vieja, demagoga y cobarde” como la define Arturo Pérez Reverte es incapaz de hacer frente a los nuevos fanatismos que amenazan con llevársela por delante, pero algunos seguiremos haciendo lo posible por defender esos espacios de libertad que tanto nos ha costado alcanzar.

Los últimos sondeos que se han publicado en nuestro país apuntan a que Podemos, la formación que lidera Pablo Iglesias, se habría convertido ya en la tercera fuerza política por delante de IU y muy cerca del PSOE, que estaría sintiendo el aliento de la formación radical en el cogote. Se ha escrito mucho sobre las razones que han llevado a Podemos a convertirse en la revelación política del año pero básicamente lo resumiría en una perfecta y estudiada estrategia de manipulación de la frustración.

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