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Todo eso que se le perdona a Manuela Carmena…
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Todo eso que se le perdona a Manuela Carmena…

Carmena puede hacer lo que le dé la gana porque tiene la venia de sus señorías los medios de comunicación, que la tratan con una exquisitez que ya les gustaría a muchos

Foto: La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. (EFE)
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. (EFE)

… y que hubiese supuesto el linchamiento colectivo de cualquier otro/a alcalde o alcaldesa del PP. Pónganse en situación: verano de 2014, la alcaldesa Ana Botella comparece ante los medios de comunicación y suelta la siguiente frase: “A lo mejor sería una buena idea crear grupos de madres de alumnos que puedan limpiar los colegios mientras sus hijos están en clase…”. Zas. O esta otra: “Quizá no sería malo que los universitarios barrieran las calles de Madrid”.

Si a Ana Botella le cayó la del pulpo por aquel famoso “relaxing cup of café con leche”, imagínense lo que hubiera sido la reacción ante cualquiera de las ocurrencias que ahora tiene la alcaldesa Manuela Carmena. Es verdad que a Carmena se le han criticado estas ocurrencias, como no podía ser menos, pero no vayamos a comparar. Quizá porque los medios de izquierda, mucho más militantes en la defensa de determinados intereses, son auténticos maestros a la hora de organizar campañas personales, al menos en comparación con los de la derecha.

Si a Ana Botella se le hubiera ocurrido contratar en el Ayuntamiento al marido de una sobrina suya, se hubiese exigido su linchamiento en la Plaza del Dos de Mayo al amanecer, pero Carmena puede hacer lo que le dé la gana porque tiene la venia de sus señorías los medios de comunicación, que la tratan con una exquisitez que ya les gustaría a muchos. Y encima se queja.

Esto es una constante en nuestro país. A la izquierda, y sobre todo a la izquierda de Podemos y sus satélites, se le permite todo lo que se le critica a la derecha

Y si además a Ana Botella se le hubiese pasado por la cabeza nombrar alto cargo del Ayuntamiento al padre de su concejal portavoz, ni les cuento lo que hubiera ardido en las calles de Madrid, con la benevolencia, cuando no el respaldo e incluso la convocatoria, de determinados programas de televisión perfectamente reconocibles por todos ustedes. No exagero. Esto es una constante en nuestro país. A la izquierda, y sobre todo a la nueva izquierda de Podemos y sus satélites, se le permite todo lo que se le critica a la derecha. Basta con ver cómo se reacciona cuando es imputado un cargo público del PP, y ahí está Rita Maestre imputada por asaltar capillas, pero como es de Podemos no pasa nada y además desde determinados medios hasta se aplaude.

Y resulta profundamente injusto porque lo cierto es que en poco más de 100 días de gobierno del nuevo equipo municipal de Madrid, el balance es de un negativo que tira para atrás. Carmena no ha hecho nada. Absolutamente nada, más allá de una web que pone a los medios y a los periodistas en el punto de mira, nombrar a sus familiares y soltar una sarta de tonterías que no tienen desperdicio. Pero gestionar, lo que se dice gestionar, la ciudad de Madrid, de eso nada de nada. Dense una vuelta por la capital de España los que no vivan en ella: es un asco. Un estercolero. La ciudad está sucia como nunca lo había estado, los parques están descuidados, no se atienden ni las averías más urgentes y en algunas zonas empieza a haber serios problemas de salubridad.

En poco más de cien días de gobierno el desastre es absoluto, mientras Carmena sigue instalada en su mundo ideal en el que nunca pasa nada. Y no pasa

¿A qué se dedican los concejales de Carmena, además de ir en chanclas al trabajo y tomarse cañas en los bares próximos a sus despachos? ¿Dónde estaba el concejal encargado de la Movilidad el día que Madrid sufrió el atasco más monumental de los últimos 40 años? Ah, ¿que no hay? Y si lo hay, ¿estaba durmiendo en su casa la mona del fin de semana? Ahora que ya tienen despachos, secretarias, coches oficiales, teléfonos móviles y tabletas y demás prebendas de la casta, ¿en qué puñetas ocupan su tiempo los concejales de Carmena en el Ayuntamiento de Madrid? ¿Saben ustedes la que se habría organizado si el atasco del pasado lunes se lía bajo el mandato de Ana Botella? ¿Hasta cuándo va a durar el estado de gracia que tienen Carmena y su equipo municipal? Porque mientras dura su estado de gracia, el de desgracia de los habitantes de Madrid no hace más que crecer.

¿Y qué hace Manuela Carmena, además de preparar huevos revueltos en una cocina que no se había limpiado desde 1976? ¿A qué se dedica la alcaldesa? A tener ocurrencias, según parece, a ver si de esa manera puede huir de sus propias responsabilidades, y a matizarlas después. Hace unos días, si se ponía en Google 'Carmena matiza', aparecían 30.000 resultados, y ayer ya eran 45.000. Pero lo cierto es que de ella depende que la ciudad esté limpia y presentable, no de los universitarios. Ella es la que tiene que gestionar, y no proponer imposibles. En poco más de 100 días de gobierno, el desastre es absoluto, mientras Carmena sigue instalada en su mundo ideal en el que nunca pasa nada. Y, de hecho, no pasa.

… y que hubiese supuesto el linchamiento colectivo de cualquier otro/a alcalde o alcaldesa del PP. Pónganse en situación: verano de 2014, la alcaldesa Ana Botella comparece ante los medios de comunicación y suelta la siguiente frase: “A lo mejor sería una buena idea crear grupos de madres de alumnos que puedan limpiar los colegios mientras sus hijos están en clase…”. Zas. O esta otra: “Quizá no sería malo que los universitarios barrieran las calles de Madrid”.

Manuela Carmena Ayuntamiento de Madrid Rita Maestre