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Excentricidades de un rico de la cirugía estética: Suescun tiene un yate que no entra en el 'garaje'
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Excentricidades de un rico de la cirugía estética: Suescun tiene un yate que no entra en el 'garaje'

Como empresario no tiene igual. Al menos en el campo de la cirugía estética, es decir, reparaciones de chapa y pintura con silicona. Lo demostró con

Como empresario no tiene igual. Al menos en el campo de la cirugía estética, es decir, reparaciones de chapa y pintura con silicona. Lo demostró con la salida a bolsa de su compañía, la popular red de centros de belleza Corporación Dermoestética, en la que se hizo acompañar por un elenco de azafatas/enfermeras buenorras, y lo sigue haciendo con algunas de sus aficiones, propias, eso sí, a su condición de acaudalado.

A José María Suescun, que es el nombre que se esconde detrás de Corporación Dermoestética, le gusta figurar poco y hacer vida social la justa. Esto no es ningún impedimento para que el empresario disfrute de uno de los barcos más grandes de la flota de recreo vip. En realidad, las dimensiones del barquito son tales que, según cuentan desde Valencia, no puede tenerlo atracado en el puerto de la ciudad che. Tal cual.

Como en distintos ordenes de la vida, el tamaño parece importar, al menos en los yates para uso y disfrute estival como a la hora de lucir belleza. Tal vez por eso, todo lo que pueda soportar una cuenta corriente abultada merece la pena exhibirlo, aunque esto implique el pequeño sacrificio de no tener aparcado el barco en el puerto de tu ciudad, a la vista desde el despacho donde dirige, o lo intenta, Corporación Dermoestética.

La fiebre de la belleza ha permitido a Suescun amasar un patrimonio importante. Tan holgado como para lucir yate de los grandes. Sin embargo, desde que pisó el parqué, hace sólo dos años, todo han sido disgustos para el valenciano de adopción. Los últimos cuatro directores generales pueden dar fe de ello, el último, de hecho, fue despedido en pleno proceso de venta de la compañía, una operación millonaria que resultó frustrada por el carácter del patrón.

Desde hace tiempo, el fundador de Corporación Dermoestética tiene sus prioridades centradas en otras actividades. El mar es una de ellas, aunque no la fundamental. La nueva pasión de Suescun, como la de otros ricos con olfato inversor, es la energía solar. Y si Valencia fue buen lugar para levantar su emporio de belleza y cirugía, también puede serlo para apuntarse a la moda de las placas solares.

Como empresario no tiene igual. Al menos en el campo de la cirugía estética, es decir, reparaciones de chapa y pintura con silicona. Lo demostró con la salida a bolsa de su compañía, la popular red de centros de belleza Corporación Dermoestética, en la que se hizo acompañar por un elenco de azafatas/enfermeras buenorras, y lo sigue haciendo con algunas de sus aficiones, propias, eso sí, a su condición de acaudalado.