Quién es quién en la 'tribu' de los Rosell: Joan, Juan y Johnny

Si usted llama por teléfono a la casa de la familia Rosell, tenga cuidado al decir exactamente con quién quiere hablar, porque no es lo mismo preguntar por Joan Rosell que por Juan Rosell. El primero es el patriarca de la familia y el segundo es su hijo, el actual presidente de la CEOE. Para complicarlo aún más, está Johnny Rosell, la tercera generación (hijo de Juan y nieto de Joan), joven promesa del motociclismo español.

Los medios de comunicación nos hemos empeñado en llamar Joan Rosell al presidente de la CEOE por aquello de respetar las señas de identidad catalanas. Pero en este caso somos más papistas que el Papa, porque él responde por Juan desde que se vino a Madrid en su juventud a estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Complutense. "Si preguntas por Joan en su casa, se creen que te refieres al padre", asegura un allegado de la familia.

La historia de la familia es digna del mejor culebrón venezolano. Yendo por orden cronológico, Joan Rosell i Codinachs (padre de Juan y abuelo de Johnny) es el patriarca de la 'tribu'. Fue el fundador de la mítica marca de juguetes Congost, que vendió a Mattel en 1988. Entonces reconvirtió la empresa al negocio de los plásticos mediante la adquisición de una pequeña industria del ramo propiedad de la familia Trallero. Familia que tenía una pizpireta hija, de padre español y madre inglesa, llamada Elizabeth... de la que se enamoró Juan, el hijo de Joan. Se casaron y el fruto de su amor nació Johnny (nombre que le puso su madre medio inglesa, claro). Volviendo a Joan, regresó al mundo de los juguetes con la compra de Tecnitoys, el fabricante del no menos mítico Scalextric, donde actualmente comparte accionariado con otro ilustre de la burguesía catalana, José Manuel Lara.

Pasamos ahora a la segunda generación, Juan Rosell i Lastortras, hijo de Joan, marido de Elizabeth y padre de Johnny (esto se va complicando, ¿eh?). Heredero de los plásticos Congost y de Tecnitoys (Scalextric), primero quería ser periodista y trabajó en algún medio local, luego estudió Ingeniería Industrial en Barcelona y finalmente Políticas en Madrid -se ve que el muchacho no lo tenía muy claro-. Tras algunas veleidades políticas, se dedica de lleno a los negocios familiares (los que fundó su padre, o sea, Joan) y desde ahí inicia una meteórica carrera empresarial que le lleva a los consejos de firmas como Enher, Endesa, Uniland, Siemens, Applus, Aguas de Barcelona y, actualmente, CaixaBank y Gas Natural.

Pero sus viejas ambiciones políticas lo llevan a presentarse y ganar las elecciones a la presidencia de Foment del Treball Nacional, la patronal catalana, en 1995. Ante la imposibilidad de compatibilizar el cargo con las empresas familiares, deja a su mujer (Elizabeth, la medio inglesa, madre de Johnny y nuera de Joan) al cargo de las mismas. Su escalada en el empresariado le lleva a la vicepresidencia de CEOE y, finalmente, a la presidencia en diciembre del año pasado tras la tempestuosa salida de Díaz Ferrán.

No se vayan todavía, que aún hay más. Nos queda Johnny Rosell Trallero, hijo de Juan y de Elizabeth, y nieto de Joan (a estas alturas lo tienen claro, ¿verdad?). Este muchacho no nos ha salido empresario, de momento, pero parece tenerlo más claro que su padre en su juventud: quiere ser piloto de carreras de motociclismo. Su padre (Juan) le regaló una motillo cuando tenía seis años y no se ha bajado desde entonces. Tuvo unos años fulgurantes que lo llevaron al Campeonato de España de 125 CC, pero se nos ha estancado un poco por culpa de las caídas y las lesiones, y no ha conseguido dar el salto internacional todavía.

Si nos han seguido hasta aquí, enhorabuena. Y si se han perdido, quédense al menos con que el presidente de la patronal española se llama Juan, no Joan. Pero seguro que se apellida Rosell.