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La ONS, el arma secreta del CNI para la élite empresarial
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La ONS, el arma secreta del CNI para la élite empresarial

Casi todos los españoles han oído hablar alguna vez del CNI, el Centro Nacional de Inteligencia que dirige con manos hábiles el general Sanz Roldán y que

Casi todos los españoles han oído hablar alguna vez del CNI, el Centro Nacional de Inteligencia que dirige con manos hábiles el general Sanz Roldán y que proviene del antiguo CESID, los Servicios Secretos españoles. Sin embargo, pocos conocen el arma secreta, el arma clave del CNI: la Oficina Nacional de Seguridad (ONS). Ubicada dentro de la propia organización en la madrileña Cuesta de las Perdices, su misión fundamental es preservar la seguridad del Estado e intentar ayudar a las diferentes industrias nacionales para que puedan competir a nivel internacional y en los diversos mercados globales.   

De modo y manera que, para el actual Gobierno del presidente Rajoy y de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, su jefa directa, la ONS se ha convertido en un organismo absolutamente clave dentro del CNI, según explican a El Confidencial fuentes de la Casa y del propio Ejecutivo.

¿Qué altos funcionarios, agentes o empleados forman parte de la Oficina Nacional de Seguridad? Nada que ver con las películas de James Bond. Básicamente sus funcionarios son ingenieros de distintas ramas, fundamentalmente todas las tecnológicas de nuevo cuño: físicos, matemáticos, abogados, economistas e informáticos.

¿Y qué hacen? Básicamente proteger la información reservada que el Ejecutivo y los propios responsables del CNI consideran “sensible” (clasificada) referida a las empresas españolas, sustancialmente aquella que tiene que ver con la industria de Seguridad y Defensa. Se trata de una función esencial y básica para los intereses españoles en el mundo, como podrían dar fe de ello grandes y medianas empresas hispanas que compiten en el complicado mercado exterior de este negocio.

“Nosotros damos servicios a grandes empresas como EADS, AVANTIA, GMV… pero también a empresas que se dedican a pintar submarinos”, subraya un agente de la ONS. Actualmente, habrá entre 600 y 700 empresas que tienen la autorización legal para acceder a la información clasificada del Centro Nacional de Inteligencia, que también ha constituido una unidad especializada en el seguimiento de los mercados financieros mundiales.

Estos contactos entre las empresas y la ONS son muy frecuentes y se suelen realizar a través de los oficiales de enlace del CNI y los directores de Seguridad de las empresas. Unos contactos que se producen casi a diario y que explica otra fuente de la ONS: “Cada empresa tiene asignado un oficial de enlace de los Servicios Secretos a través de su jefe de seguridad. Depende del CNI, han pasado sus filtros, y tiene que proteger la información clasificada y montar estructuras para evitar que haya fugas de datos. La exigencia para evitar fugas de información es muy estricta. Y también se ofrece información de aquellos países con los que se intentan cerrar algún contrato de alta tecnología en las materias referidas. Ahora mismo, se trabaja intensamente en Arabia Saudí (carros de combate Leopard) y en Rusia (buques de guerra)”.

Casi todos los españoles han oído hablar alguna vez del CNI, el Centro Nacional de Inteligencia que dirige con manos hábiles el general Sanz Roldán y que proviene del antiguo CESID, los Servicios Secretos españoles. Sin embargo, pocos conocen el arma secreta, el arma clave del CNI: la Oficina Nacional de Seguridad (ONS). Ubicada dentro de la propia organización en la madrileña Cuesta de las Perdices, su misión fundamental es preservar la seguridad del Estado e intentar ayudar a las diferentes industrias nacionales para que puedan competir a nivel internacional y en los diversos mercados globales.