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De cuando a Felipe González le operaron de hemorroides en el búnker de La Moncloa
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De cuando a Felipe González le operaron de hemorroides en el búnker de La Moncloa

Habrá muchos que juzgarán los diarios políticos de José Bono como de un auténtico ejercicio de portera que revela todos los cotilleos de la comunidad. Lo

Habrá muchos que juzgarán los diarios políticos de José Bono como de un auténtico ejercicio de portera que revela todos los cotilleos de la comunidad. Lo cierto es que el primer volumen de las memorias del polifacético socialista manchego suponen un curioso acercamiento a la trastienda de la política, vista por un hombre que nunca da puntada sin hilo y que derrocha  buen humor cuando de relatar pequeñas anécdotas se trata.

Bono explicó ayer que Felipe González ha sido la primera persona que ha recibido el primer ejemplar de sus memorias. Lo que no sabemos es si el expresidente habrá llegado a la parte en la que su compañero de filas revela cómo González tuvo que ser operado de hemorroides. Operación menor, sin duda, pero de las que suele gustar sufrir en silencio y sin que eso acabe publicado, precisamente, en un libro.

Bono cuenta que el 19 de mayo de 1992 fue invitado a cenar por el ex vicepresidente Narcís Serra en su casa. En aquella época, Felipe amagaba con retirarse y no presentarse a las siguientes elecciones de 1993 y el partido era un hervidero de rumores sobre los posibles sucesores del sevillano. La cosa es que, en mitad de la cena, en las que desfilan los nombres de Javier Solana o Carlos Solchaga, entre otros, Serra le cuenta a Bono que “mañana operan a Felipe en un quirófano que instalaron en un búnker subterráneo que mandó construir Guerra en  La Moncloa y que, al parecer, tiene todas las comodidades posibles y ha supuesto un gasto extraordinario”. Serra, según Bono, concluiría su comentario con un dardo envenenado hacia Alfonso Guerra: “Esas fantasías subterráneas son muy del gusto de Alfonso”.

Bono concluye ese pasaje señalando que, a raíz, de esa información se interesó por la salud de Felipe, pero que en seguida le dijeron que no era nada como para preocuparse. “Me dicen que no es nada grave: se trata de hemorroides”.

Lo cuenta Bono, como si tal cosa, como una anécdota más entre las miles que recoge en las 646 páginas de su primer libro. Bono en estado puro o las formas de un político de los que nunca dicen adiós de forma definitiva. 

Habrá muchos que juzgarán los diarios políticos de José Bono como de un auténtico ejercicio de portera que revela todos los cotilleos de la comunidad. Lo cierto es que el primer volumen de las memorias del polifacético socialista manchego suponen un curioso acercamiento a la trastienda de la política, vista por un hombre que nunca da puntada sin hilo y que derrocha  buen humor cuando de relatar pequeñas anécdotas se trata.

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