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De ACS a los montes de Toledo, el 'verano horribilis' de Alberto Cortina
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De ACS a los montes de Toledo, el 'verano horribilis' de Alberto Cortina

Las malas noticias nunca vienen solas. Lo sabe bien el financiero Alberto Cortina, una de las primeras fortunas del país, que como todo adinerado que se

Las malas noticias nunca vienen solas. Lo sabe bien el financiero Alberto Cortina, una de las primeras fortunas del país, que como todo adinerado que se precie aficionado a la caza posee una de las fincas más fastuosas de la geografía española. Su capricho de más de 6.000 hectáreas se encuentra en el municipio ciudarealeño de Navas de Estena, en la comarca de los Montes de Toledo, a las puertas del Parque Nacional de Cabañeros.

A sólo 130 kilómetros de Madrid, la finca de Las Cuevas estuvo a punto de suponer un serio disgusto para el potentado financiero, disgustado ya por el mal rumbo que atraviesan sus millonarias inversiones. Un incendio declarado a principios de agosto en el monte público del pequeño pueblo, de menos de 400 habitantes, terminó extendiéndose hasta la finca de Cortina, donde las llamas arrasaron con cerca de 40 hectáreas de extensión.

El fuego acabó también con otras fincas anexas, hasta casi 1.200 hectáreas, como la que perteneció hace años al empresario Antonio Catalán, por ejemplo, que ahora disfruta de los placeres del campo en la zona extremeña de Navalmoral de la Mata. El entorno del Parque Nacional de Monfragüe es ahora el destino de moda entre los ricos capitalinos que quieren disfrutar de los privilegios del campo sin llevar colgada del hombro una escopeta.

Justo por esas fechas, a comienzos de agosto, otra mala noticia se cruzó en el camino de Alberto Cortina y su primo Alberto Alcocer, también propietario de una finca -El Avellanar- en la misma zona de Navas de Estena. Los dos inversores tuvieron que vender obligados algo más del 3% del capital de ACS ante la negativa de algunos bancos, los ahora estatales Banco de Valencia y NovaGalicia, a refinanciar el crédito ligado a su participación.

El deterioro en bolsa de la constructora dejó al descubierto la inversión de los Albertos, cuya garantía del crédito eran las propias acciones de ACS. Esta venta obligada ha dejado a la pareja de inversores con menos del 10%, por debajo de las posiciones que mantienen sus otros socios en la compañía, la familia March (18%), con los que mantienen diferencias por su repentina venta del 5% a comienzos de 2011, y el presidente Florentino Pérez (12,5%).

Parte de ese desencuentro entre los nobles de ACS tiene que ver con su batalla por hacerse con Iberdrola, una apuesta que tiene buena parte de la culpa del desplome de la constructora, que ha tenido que ir deshaciendo sus pasos en el capital de la eléctrica (del 18% al 8%) para salvar sus castigadas cuentas, en las que este mes de agosto tuvo que declarar pérdidas por valor 1.200 millones. El fuego para los Albertos no está sólo en los montes.

Las malas noticias nunca vienen solas. Lo sabe bien el financiero Alberto Cortina, una de las primeras fortunas del país, que como todo adinerado que se precie aficionado a la caza posee una de las fincas más fastuosas de la geografía española. Su capricho de más de 6.000 hectáreas se encuentra en el municipio ciudarealeño de Navas de Estena, en la comarca de los Montes de Toledo, a las puertas del Parque Nacional de Cabañeros.