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Un conde ofendido, un constructor de Gürtel y un abogado impertinente
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Un conde ofendido, un constructor de Gürtel y un abogado impertinente

Aunque pueda parecer un chiste, propio de la popular saga de “un alemán, un inglés y un español”, la siguiente historia es tan real como la

Aunque pueda parecer un chiste, propio de la popular saga de “un alemán, un inglés y un español”, la siguiente historia es tan real como la prima de riesgo. Sólo un paisanaje ibérico como el actual puede protagonizar episodios tan genuinos del Celtiberia Show que acuñó el maestro de periodistas Luis Carandell. En el caso que nos ocupa, lo castizo y lo kafkiano se entremezcla a partes iguales de la mano de un conde ofendido, un conocido constructor imputado por el caso Gürtel y un abogado demasiado impertinente.

La semana pasada, el ciudadano Enrique Rúspoli y Morenés, a la sazón XIX conde de Bañares e hijo del VI marqués de Boadilla del Monte, conocida localidad madrileña epicentro de Gurtel de la que es vecino, consiguió ir un paso más allá en su particular cruzada contra el concejal independiente que le quita el sueño. El aristócrata ha logrado llevar a los juzgados por un presunto delito de calumnia con publicidad al concejal que ha cuestionado el devenir del Palacio del Infante Don Luis propiedad de la centenaria saga heráldica.

El político local en cuestión, el abogado Ángel Galindo, defensor del concejal de Majadahonda que destapó la trama Gürtel, carga ahora con el marrón de ser acusado como una derivada de la refriega judicial con el Conde. Este cruce de acusaciones quedaría en los pasillos de los juzgados hasta sentencia firme de no ser por la especial cobertura que un medio de comunicación en particular está haciendo del episodio. Y es que al parecer, hay algunas facturas personales pendientes de cobro que afectan a terceros.

Casualidad o no, la publicación digital que sigue con especial atención este rifirrafe es propiedad de José Luis Ulibarri, el otrora poderoso constructor leonés (Grupo Begar) imputado por el caso Gürtel, salpicado entre otros por uno de los flecos con ramificación en la propia Boadilla del Monte, y también magnate a pequeña escala de medios de comunicación, propietario de un imperio que abarca televisiones autonómicas y locales, periódicos regionales y páginas web. Y al parecer, ahora es tiempo de ajustar cuentas.  

A pesar de los disgustos de Gürtel, el ponferradino sigue disfrutando de plataformas para cuidar su imagen de benefactor local. Hace sólo unos días, Ulibarri tuvo a bien conceder el premio Diario de León -su periódico- a un hogar de transeúntes y comedor social. Para deliberar galardón tan merecido, el empresario se hizo acompañar por la fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Palencia, el rector de la Universidad de León, el presidente de la Audiencia Provincial… Las fuerzas vivas siempre juntas en la misma foto. Sólo faltaba un aristócrata.

Aunque pueda parecer un chiste, propio de la popular saga de “un alemán, un inglés y un español”, la siguiente historia es tan real como la prima de riesgo. Sólo un paisanaje ibérico como el actual puede protagonizar episodios tan genuinos del Celtiberia Show que acuñó el maestro de periodistas Luis Carandell. En el caso que nos ocupa, lo castizo y lo kafkiano se entremezcla a partes iguales de la mano de un conde ofendido, un conocido constructor imputado por el caso Gürtel y un abogado demasiado impertinente.

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