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Francia ofrece a precio de saldo su embajada-palacio en Madrid
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Francia ofrece a precio de saldo su embajada-palacio en Madrid

Es una joya inmobiliaria. Un capricho para ricos. Un reducto de paz y buen gusto en pleno corazón del barrio de Salamanca (Calle de Salustiano Olozaga),

Es una joya inmobiliaria. Un capricho para ricos. Un reducto de paz y buen gusto en pleno corazón del barrio de Salamanca (Calle de Salustiano Olozaga), en las proximidades del Retiro y la Puerta de Alcalá. Sin embargo, la venta del edificio de la Embajada de Francia en Madrid se ha convertido en la operación inmobiliaria maldita, después de que durante varios años ningún intermediario haya cerrado la operación.

La belleza y singularidad del edificio es a la vez la parte esencial del problema. Incluido en la lista de monumentos considerados de interés histórico-artístico, el palacete, que fue construido en 1880 por Francisco de Cubas y González, arquitecto de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, carece ya de la funcionalidad necesaria mínima para acoger todos los servicios globales que requiere una embajada funcional.

El inmueble fue adquirido por el Estado francés en 1882 a su primer propietario, el Conde de Fuentenueva de Arenzana, y durante años, hasta la compra de de Serrano 124, fue hogar de los sucesivos embajadores del país vecino, donde contaban con despacho, comedor y habitaciones principales, dos estancias, un salón oficial (Richelieu) y varias habitaciones del servicio además del complejo de cocina situado en la buhardilla.

Poco antes de ponerlo a la venta, el edificio fue rehabilitado para recuperar su noble aspecto original, pero ni con esas. El precio de partida en el mercado fue de 25 millones de euros, una cantidad que ha ido bajando con el paso del tiempo a la vista del poco interés despertado entre los posibles compradores, aunque el descuento de más del 30% que lleva acumulado parece todavía insuficiente para desbloquear una operación que tiene ya telarañas.

Además, dentro de este plan de optimización y consolidación de sus inmuebles, el organismo vende otros dos edificios situados en la Calle Marqués de Ensenada, en las inmediaciones del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional, que ahora son sede del Instituto Francés y el Consulado General. Un lote muy apetecible en otra coyuntura del mercado que sin embargo ahora cambia de manos entre brokers sin que cuaje su venta. 

De esta manera, mientras la venta del palacete siga enquistada Francia no tiene previsto iniciar la mudanza a una nueva sede, que bien podría ser uno de los rascacielos al norte de Madrid aún con muchas plantas por ocupar, donde otras muchas cancillerías, como las de Reino Unido, Canada, Australia y Países Bajos, han trasladado sus sedes aprovechando los precios competitivos y las condiciones de un espacio singular.