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El casero Xabi Alonso se cierra en banda y fuerza el cierre de otra librería
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El casero Xabi Alonso se cierra en banda y fuerza el cierre de otra librería

La buena vida se acaba. Esto, más que una confidencia o un secreto, es un sentir popular. Las cosas no funcionan, la fiesta ha terminado y

La buena vida se acaba. Esto, más que una confidencia o un secreto, es un sentir popular. Las cosas no funcionan, la fiesta ha terminado y nadie se libra de la amenaza. Ni siquiera las librerías. Mejor dicho, sobre todo las librerías. Esta semana el cierre lo ha echado una de las librerías con menos solera, pero una de las más sofisticadas: La Buena Vida, en la calle Vergara, 15, a la vuelta del Palacio Real, del Teatro Real, en la cogollo del Madrid mítico y cultural.

Nadie se libra del hundimiento, mucho menos si el casero se niega a negociar las condiciones previstas en un contrato firmado en tiempos precrisis, cuando se vendían libros, cuando había lectores que no debían afeitar el fin de mes, cuando las librerías tenían esperanzas en que el futuro era de ellas y no de grandes gigantes de la distribución. Es decir, un contrato de hace poco más de cinco años, que fue cuando Jesús Trueba -hermano de la saga de cineastas- abrió este espacio que vendía libros, dinamizaba el hábito de la lectura, ponía en contacto a lectores con autores… creaba corazón a la ciudad.

Una librería con intención editorial: abierta a todo el mundo y limitada sólo a buenos libros. Una librería capaz de seducir a todo el mundo, menos al dueño del local al que -según ha podido saber este periódico- el corazón no se le arrugó por unos cuantos libros cuando los libreros le pidieron una variación de las condiciones económicas para seguir haciendo frente al negocio.

Al parecer, este casero prefirió ser el hombre de hojalata del Mago de Oz y hacer de su corazón una extensión de su cuenta corriente, de su bolsillo, del parné y, claro, de su fin de mes. Porque las cosas están mal para todos, para los libreros, los editores, los escritores y, por supuesto, también para los rentistas, a los que sus pisos y locales no les garantizan los suficientes beneficios como para seguir adelante con sus alquileres. Ni siquiera los precios disparatados. Ni siquiera si eres un futbolista estrella que dirige los contraataques, que organiza y reparte el juego del segundo equipo del país y uno de los grandes de todo el mundo, es decir, ni siquiera si eres millonario.

El hombre de hojalata del que hablamos es Xabi Alonso, uno de los pocos futbolistas que reconocen ser aficionado a pasar buenos ratos cerca de un libro, de los pocos que aparecen en las portadas de las revistas más cool para subrayar su talante atípico, su talento para la lectura, su mirada de lector empedernido. Las portadas están para enseñar lo que no se quiere esconder. Por ejemplo, que uno sea un casero millonario y avaro. La buena vida está buscando nueva ubicación para volver a nacer gracias al empujoncito que le ha dado el fútbol. De alguna manera es así, a pesar de las portadas: una de las más encantadoras librerías de Madrid se despide porque Xabi Alonso se ha cerrado en banda. Todo lleva el tono de un chiste malo o una pesadilla absurda. 

Jesús Trueba aclara que en los próximos días en la página web de la librería (http://labuenavidaweb.wordpress.com/) se irá desvelando, poco a poco, el nuevo local donde se trasladará para continuar con su labor. 

La buena vida se acaba. Esto, más que una confidencia o un secreto, es un sentir popular. Las cosas no funcionan, la fiesta ha terminado y nadie se libra de la amenaza. Ni siquiera las librerías. Mejor dicho, sobre todo las librerías. Esta semana el cierre lo ha echado una de las librerías con menos solera, pero una de las más sofisticadas: La Buena Vida, en la calle Vergara, 15, a la vuelta del Palacio Real, del Teatro Real, en la cogollo del Madrid mítico y cultural.

Xabi Alonso