Alfredo Sáenz reaparece en público en un curso en el que contará sus "lecciones de la crisis"

El mejor consejero delegado de la banca mundial (Botíndixit),Alfredo Sáenz, reaparecerá en público por primera vez tras su salida forzosa del Santander el viernes 28 de febrero enlasede de Deusto Business School en Madrid, en la calle Castelló 76. Lo hará participando en un curso titulado "La financiación tras la crisis y la nueva regulación", en el que dirigirá un debate con el exdirector general del Banco de España Aristóbulo de Juan sobre las "lecciones aprendidas en la crisis". Ello no deja de tener gracia porque, si alguien se ha llevado una buena lección en la crisis, ese ha sido Sáenz.

Este curso va a dirigido a "un número selecto" deCEO y CFO (en castellano, consejeros delegados y directores financieros, pero queda máscoolasí), lo que da idea de su exclusividad, y la matrícula cuesta 1.950 euros. Consta de nueve sesiones de febrero a junio en formato desayuno (se supone que el café y el zumo de naranja van incluidos en los 1.950 euros) en las que intervendrán, además de Sáenz y De Juan, otros pesos pesados –o no tanto– del sector financiero.

Se trata de Jaime Caruana(exgobernador del Banco de España con el que empezó a fraguarse la burbuja de crédito),Francisco Uría(socio financiero de KPMG, coautor con Aristóbulo y el periodista Íñigo Barróndel libro Anatomía de una crisis, y uno de los nombres que suena para presidir la AEB en vez del cuestionadoJosé María Roldán),José Manuel González Páramo(exconsejero del BCE y ahora consejero del BBVA en otro ejemplo de las 'puertas giratorias'),Danny Leipziger(exvicepresidente del Banco Mundial),José Sevilla(presentado como CEO de Bankia pese a queGoirigolzarriinsiste en mantenerlo como director general),Ignacio Sánchez-Asiaín(director general de KutxaBank),Alicia García Herrero(exdirectora de la Unidad de Economía Internacional del Banco de España y economista jefe de Mercados Emergentes de BBVA) y algún alto directivo por confirmar de la Financial Conduct Authority del Reino Unido.

Como es sabido, Alfredo Sáenz fue condenado por el Supremo en febrero de 2011 a tres meses de prisión e inhabilitación por un delito de acusación falsa cometido en 1994, cuando estaba al frente de Banesto,y, tras un vergonzoso período en que el Banco de España deMiguel Ángel Fernández Ordóñezno se atrevió a inhabilitarlo, el Gobierno deZapaterole concedió un no menos bochornoso indulto en su último consejo de ministros,ya tras la victoria electoral del PP.Sin embargo, esta medida de gracia fue recurrida por un accionista de Santander y el Alto Tribunaldictó una sentenciael12 de febrero de 2012en la quemantenía sus antecedentes penales,alegando queno puede ser objeto de indulto la aplicación de la normativa bancaria que prohíbe ejercer de responsable de un banco a alguien con antecedentes penales por delito doloso.

Dicha normativa (el Real Decreto 1245/1995) fue modificada con la aprobación del nuevo Real Decreto 256/2013, que eliminaba la inhabilitación automática incluso para los condenados y dejaba en manos del Banco de España la decisión en función de una serie de criterios. Pero el sucesor de MAFO,Luis Linde, se mostró menos comprensivo con Sáenz y estaba dispuesto a inhabilitarlo: dio al Santander la oportunidad de una salida honrosa en forma de dimisión. Esta dimisión permitió a Botín pagarle una pensión de 88,1 millones, la segunda más alta de la historia por detrás de la de su antecesor en el cargo, Ángel Corcóstegui(108 millones). Ya se sabe que las penas con pan son menos.

Ahora, Sáenz podrá contar todas estas experiencias que le ha proporcionado la crisis. Una crisis que nos enseña que en España hace falta algo más que ser condenado por el Supremo para dejar un cargo en un gran banco y que, en ese caso, no te faltará dinero. Ni amigos para volver a aparecer en público cuando la polvareda del escándalo se haya asentado.