RTVE: lucha de familias del PP por el despido de Echenique y la llegada de JAS

Radiotelevisión Española (RTVE) siempre fue concebida desde su inicio como uno de los ‘brazos armados’ fácticos de los Gobiernos tanto en la dictadura como con la llegada de la democracia.

Tras la llegada del Partido Popular al Gobierno (2011), el presidente Mariano Rajoy entregó ese predio a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que eligió a un abogado del Estado como ella, Leopoldo González-Echenique, miembro de la promoción de la Gloriosa, como su marido, Iván Rosa, para presidir la CRTVE.

No fueron fáciles los dos años y medio del abogado del Estado, que venía de ser secretario general en un grupo hotelero, por hacerse con las riendas de la radio y televisión estatal, controlada por los sindicatos de izquierda y con una redacción plagada de militantes de PSOE e IU.

La orden que recibió de su jefa fue la de la “lluvia fina”, por la que se respetó a casi todo el mundo en TVE y RNE hasta que estallaron los sectores más duros del PP denunciando que “parece la RTVE de Zapatero”.

Le acusaron ante el presidente del Gobierno de que vetaba a ministros (Arias Cañete, Soria y Pastor), y eso fue definitivo. Rajoy, harto de tanta queja por parte de sectores del PP, decidió pedir a Soraya su cabeza… que la entregó. El presidente requirió luego a Génova 13 un nombre, y en un Comité de Dirección presidido por la secretaria general, María Dolores de Cospedal, salió el de José Antonio Sánchez, al que Rajoy conocía de su etapa de ministro de la Presidencia. Fue apoyado por Javier Arenas y tampoco hubo ninguna bola negra en contra entre los más jóvenes dirigentes del partido, entre ellos el vicesecretario general de Organización, Carlos Floriano, o Esteban González Pons.

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