Burladero del 9: el séquito de González y Florentino Pérez se despide de Las Ventas

Tiempo de mudanza en Madrid. Y no sólo en el Palacio de Cibeles. El ambiente a despedida que se respira estos días también ha llegado a otros emplazamientos emblemáticos de la capital, caso de la plaza de Las Ventas. Y, más concretamente, al del burladero callejón del 9, correspondiente a la Comunidad de Madrid. Clarines y timbales para un adiós anunciado.

En una tarde soleada y de solera, el ya habitual tufillo a puro Habano se mezclaba el martes con otromás melancólico, el de los 'desheredados'. Dicho burladero lo ocupaba el todavía presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, al que seveía contento. Desde que el dedo de Rajoy lodejara fuera de las candidaturas, el madrileño se ha puesto el cargo por montera y anda por ahí sonriéndose y bisbiseando que mejor en el paroque cornudo y apaleado.

Junto a González se encontraban otrohabitual del coso madrileño, Pedro Antonio Martín Marín, exsecretario de Estado y exconsejero de Avalmadrid, y un nutrido séquito de amigos de Florentino Pérez. Los toros eran de la ganadería salmantina del Puerto de San Lorenzo y los diestros,Antonio Ferrera, Miguel Abellán y Daniel Luque. Fiesta, jarana y anís del mono.

Como los designios de Madrid van de la mano de los de Florentino Pérez, allí se mezclaban unos y otros. Los de la CAM, los de ACS y los del Real Madrid. Igual que en la Púnica. Sólo faltaba el juez Eloy Velasco y los audios de los interfectos. Junto a González se encontraban Enrique Sánchez, principal adjudicatario de la Universidad Rey Juan Carlos y vicepresidente de la Fundación Real Madrid, Chitín del Valle, secretario del Consejo de ACS, y Juan Carlos Sánchez Lázaro, directivo con Calderón y actual responsable del Real Madrid de la división debaloncesto.

La guardia de corps de Floro vigilabael burladero de la CAM, que viene a ser como el palco del Bernabéu pero con cuernos y rabo.Otra cosa será lo que venga en otoño con (presumiblemente) Cristina Cifuentes al mando, mujer a la que disgustan estos entornos. Eso sí, en elcuarto de los toros, los mencionados pusieron pies en polvorosa. Todos excepto González, que aguantó como un jabato hasta el final.