UPyD también se hace bicéfalo en Defensa

UPyD gana peso específico en el Congreso en la misma medida que lo pierde en las encuestas. Hasta se permite ofrecer dos caras distintas en materia de Defensa; o jugar a poli bueno-poli malo en la Comisión de Presupuestos de la Cámara en plena tramitación del proyecto de cuentas del Estado para el próximo año. El catedrático de Relaciones Internacionales Rafael Calduch, que acaba de ocupar escaño por UPyD al correr la lista por Madrid con la salida de Álvaro Anchuelo, se lució en su estreno parlamentario a la hora de interpelar al jefe de Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Fernando García Sánchez.

Calduch, conocedor de la materia, tanto de los cambios en la escena del Mediterráneo como de las estrecheces operativas y de alistamiento de las Fuerzas Armadas, sabía lo que tenía que preguntar y fue al grano con los datos y las contradicciones del presupuesto en la mano. Los recortes se han terminado pero no se corrigen pese a que aumentan las amenazas. Por disciplina, García Sánchez se tuvo que hacer el sueco a la hora de contestar.

La perla de la sesión la puso Calduch al insistir en que su partido es consciente de las necesidades de la Defensa nacional, de la importancia de la inversión en seguridad y de tener unas Fuerzas Armadas bien dotadas y operativas en su totalidad, no a medias. También reiteró que esa postura de apoyo y reconocimiento a los Ejércitos y la Armada es la oficial, “al margen de las opiniones personales” de alguno de sus dirigentes. Las palabras del nuevo diputado, “fichado” por Rosa Díez, marcando diferencias con otros diputados de UPyD, sonaron a los parlamentarios del PP a alusión a la hasta ahora portavoz oficial en Defensa, Irene Lozano.

La disidente de la formación magenta se ha destacado durante toda la legislatura como una dura crítica de la gestión del Ministerio de Defensa, en especial en la cuestiones de personal. Y en ese capítulo se esforzó en la misma sesión de la Comisión de Presupuestos para replicar a la subsecretaria del departamento. UPyD, a punto de desaparecer como partido parlamentario según las encuestas, se convirtió así en el primer partido de la oposición por un día con un doble juego de portavoces que desconcertó al PP. Sobre todo por la solvencia demostrada por el catedrático.