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El nuevo BBVA baja del coche oficial a los ejecutivos del comité de dirección
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El nuevo BBVA baja del coche oficial a los ejecutivos del comité de dirección

Una cosa que no ha sentado muy bien a parte de los ejecutivos que componen el comité de dirección es que desde hace unas semanas se han quedado sin coche oficial y sin chófer

Foto: BBVA retira los coches oficiales de algunos directivos.
BBVA retira los coches oficiales de algunos directivos.

Las cosas están cambiando en BBVA para adaptarse a la nueva era tecnológica que su presidente, Francisco González, el cual lleva casi 20 años en el cargo, quiere imponer a marchas forzadas para ser el banco pionero del mundo digital. Un cambio operativo que lleva asociada una transformación cultural: de unos directivos habituados a los privilegios tradicionales del sistema financiero a una empresa donde se impone la agilidad y la eliminación de jerarquías.

Con motivo del traslado de gran parte de su equipo ejecutivo de la antigua sede del Paseo de la Castellana al nuevo edificio situado en el extrarradio de Las Tablas, Donna DeAngelis, la nueva responsable de Recursos Humanos, ahora llamado 'Talent and Culture', ha comenzado a implantar costumbres más desenfadadas. Han desaparecido los despachos, hasta el punto de que Carlos Torres, el nuevo consejero delegado nombrado en mayo, está elaborando el nuevo plan estratégico en una mesa alargada compartida por otros miembros del 'staff'.

No obstante, una cosa que no ha sentado muy bien a parte de los ejecutivos que componen el comité de dirección es que desde hace unas semanas se han quedado sin coche oficial y sin chófer. Un servicio que la mayoría usaba para desplazarse a la oficina, a reuniones o comidas en representación de BBVA y que también servía para llevar a los niños al colegio a primera hora de la mañana y para otros asuntos personales cuando la necesidad lo requería.

Así lo reconoce uno de los ejecutivos que hasta hace poco tenían el privilegio de usar uno de los BMW que la entidad ponía al servicio de su comité de dirección. A diferencia de Bankia, que subastó los Audi A8 que Miguel Blesa y Rodrigo Rato disfrutaron a todo trapo junto con las 'tarjetas black', BBVA sigue teniendo los vehículos en un garaje. Pero ya no están a nombre de ningún directivo, que solo los pueden usar mediante petición previa para uso exclusivamente profesional. Por ejemplo, para desplazarse al Banco de España o a cualquier otra cita en la que defiendan los intereses del grupo y de los accionistas.

En consecuencia, para ir ahora al edificio conocido como La Vela en el norte de Madrid o para aparcar los hijos en el colegio, tienen que ir en coche propio y sin chófer. Todos salvo Francisco González y Carlos Torres, que sí gozan aún de este servicio 'premium'.

Las cosas están cambiando en BBVA para adaptarse a la nueva era tecnológica que su presidente, Francisco González, el cual lleva casi 20 años en el cargo, quiere imponer a marchas forzadas para ser el banco pionero del mundo digital. Un cambio operativo que lleva asociada una transformación cultural: de unos directivos habituados a los privilegios tradicionales del sistema financiero a una empresa donde se impone la agilidad y la eliminación de jerarquías.

Francisco González Recursos humanos Carlos Torres