El camarote de los hermanos Marx llega al juzgado que investiga a Elisa Pinto

El Juzgado 26 de Madrid -que investiga la denuncia que interpuso Javier López Madrid contra la dermatóloga Elisa Pinto- se convirtió durante el pasado lunes en in auténtico 'camarote de los hermanos Marx'. La jueza Concepción Jerez había citado a la acusada. Pinto tenía que someterse a una rueda de reconocimiento en la que el hindú Mohamed N., dependiente del locutorio en el que alguien compró una tarjeta prepago que luego fue utilizada para mandar mensajes amenazantes, tenía que identificar a la dermatóloga como la persona que adquirió la sim. Así al menos lo pretendía la Fiscalía, que cree que fue la propia Pinto la que adquirió la tarjeta.

La defensa de la dermatóloga, sin embargo, se personó temprano aquel día para informar a la instructora de que Pinto no podía acudir a la mencionada rueda de reconocimiento y pedir la suspensión. Había tenido que acudir a urgencias a primera hora aquejada de un fuerte dolor cervical y dorsal que le dificultaba la respiración.

La jueza Jerez, sin embargo, no quiso suspender la rueda de reconocimiento y ordenó a la Policía ir al centro sanitario a recoger a la doctora para traerla al juzgado y llevar a cabo la pericia acordada. En ese momento, la abogada de Pinto informó a su cliente de que iban a ir varios agentes a por ella. La dermatóloga, que en ese momento estaba recibiendo medicación vía intravenosa en el hospital, se puso nerviosa, ya que no quería que aquello pareciera una especie de detención, pues en el hospital la conocen, ya que es allí donde se revisa habitualmente su hernia y tienen su historia clínica.

Ella misma se retiró la vía, salió del hospital, cogió un taxi y se personó en el juzgado. El médico lo reflejó en el parte: "La paciente se fuga a las 12:38 horas"

Fue entonces cuando ella misma se retiró la canalización de la vía, salió del hospital, cogió un taxi y se personó en el juzgado. El médico que la atendió reflejó este comportamiento en el parte indicando que "la paciente se fuga a las 12:38 horas". Pinto llegó a plaza de Castilla y se presentó ante la secretaria judicial, quien sin embargo le impidió hablar cuando la dermatóloga trató de explicar que se encontraba mal.

La defensa de Pinto le recomendó volver al hospital, dado que la jueza aún tenía que resolver si suspendía o no la rueda de reconocimiento y la dermatóloga seguía sintiéndose mal. Poco después, la instructora Jerez preguntó por la doctora y esta no estaba. Tras tomar declaración a varios testigos que estaban previstos, la jueza emitió un auto a las 15:30 en el que ordenaba a la Policía que detuviera a Pinto y la trajera al juzgado al día siguiente a las 9:30 para someterse a la rueda de reconocimiento acordada.

Según la magistrada, la investigada evitó voluntariamente y sin un motivo justificado su obligación de comparecer ante el juzgado para someterse a la rueda, abandonó el tratamiento médico que estaba recibiendo, vino al juzgado y luego volvió a marcharse sin dar ninguna explicación.

La dermatóloga pasó la tarde en el hospital medicada y haciéndose una resonancia. Recibió el alta a las 21:39. A pesar de la orden judicial, los agentes de Policía optaron por evitar hacer pasar la noche en los calabozos a Pinto y la acompañaron a su casa. Quedaron en que irían a recogerla al día siguiente a primera hora, como de hecho ocurrió. Pinto llegó al Juzgado 26 como detenida, escoltada por los policías, una hora antes de la hora señalada y se sometió a la rueda. El hindú Mohamed N., sin embargo, no reconoció a Pinto como la persona que compró la polémica tarjeta.