Interior pone torres de electricidad en la prisión del Puerto que permiten la escapada

La Subdirección de Servicios de Instituciones Penitenciarias ha instalado 32 torres de electricidad -una cada 50 metros- en la prisión del Puerto de Santa María. Todas se han situado justo al lado de la verja que impide que los presos se escapen. Los nuevos elementos permitirán una iluminación y una conducción de última generación, pero podrían servir para otros menesteres muy diferentes.

Así lo entienden desde el sindicato de funcionarios de prisiones con más asociados, Acaip, que considera que pueden facilitar las escapadas o el tráfico de objetos prohibidos desde fuera del centro penitenciario hacia dentro, ya que incluso cuentan con una escalera que supera la altura de la valla, a la que se puede acceder simplemente levantando la base de la instalación. Según el portavoz del sindicato, José Antonio Gutiérrez, las nuevas torres "incumplen claramente los protocolos de seguridad" establecidos por el Ministerio del Interior.

"Solicitamos que la administración penitenciaria subsane cuanto antes los riesgos que conlleva este error de planificación", reclama el sindicalista, quien asegura que justo cuando fueron instaladas las torres, Acaip pidió explicaciones a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y a la Delegación del Gobierno. Por el momento, continúa, ninguno de los dos organismos ha respondido a la denuncia del sindicato.

Las torres han sido instaladas en una zona a la que pueden acceder algunos reclusos, aunque no todos. En concreto, pasan por ahí habitualmente los denominados presos de mantenimiento, reos de especial confianza que ayudan en tareas de conservación de las instalaciones penitenciarias. Aunque se trate de internos con los que las autoridades de la prisión mantienen buena relación, nada descarta que estos puedan participar en labores poco edificantes que también tienen lugar en las cárceles.

Entre estas últimas, destacan el tráfico de materiales prohibidos, el apoyo a fugas o a atentados e incluso la colaboración en secuestros de funcionarios, ya que el pabellón de las viviendas de empleados públicos se encuentra justo en la zona en que se han colocado algunas de las torres de electricidad. Así al menos lo entienden desde el sindicato, que insiste ante El Confidencial en la conveniencia de reconsiderar cuanto antes la polémica instalación.