La suerte está echada... ¿del todo?

"Pero si tuvimos elecciones hace tres meses... ¿tanto va a cambiar la cosa?" Pues esperemos que sí, porque las anteriores elecciones nos trajeron a éstas y si no cambia, el modelo se repite y podríamos entrar en un (nada) grácil y eterno bucle.

Vamos a repasar varios puntos para que la jornada electoral quede delimitada, aunque con las terceras elecciones en todo el territorio nacional en 14 meses cualquier ciudadano que se haya preocupado por las implicaciones de su voto podría abrir un blog como experto y con razón.

Primero; el sistema electoral. Recordemos que el domingo 26, igual que el domingo 20 de diciembre, que el 20 de noviembre de 2011 y así hacia atrás hasta 1978, elegiremos un parlamento que, una vez conformado elegirá a un presidente del Gobierno y este es el motivo principal de que se haya tenido que ir a elecciones de nuevo.

Miren, en Francia se elige un Parlamento por separado al presidente de la República y... allá se entiendan para legislar. En Estados Unidos ocurre lo mismo: las cámaras se conforman con papeletas distintas al las del futuro inquilino del despacho oval y... allá se entiendan para legislar. Hasta en Reino Unido, que la cámara se elige como en EEUUy la Reina designa Primer Ministro al líder del partido vencedor aunque no tenga mayoría absoluta... captan la idea.

La forma más cercana a la dictadura en democracia es la circunscripción única ya que permitiría meter en el Parlamento a todo aquel que el órgano decisor quiera

¿La idea principal? Separar. Al separar votos y designaciones, se separan poderes y el ciudadano deja a un mejor entendimiento de los legisladores el equilibrio de fuerzas. Baste como ejemplo que Obama lleva desde 2010 con un Congreso de signo contrario y desde 2012 también con el Senado. Y sí, en ocasiones se llega a bloqueos administrativos, pero son cosas de hacerse adulto.

Así que cuando vayan a votar recuerden que lo que a mediados de los setenta parecía improbable, hoy es una realidad; se puede dejar en suspenso el país durante varios meses si un solo partido decide no llegar a una acuerdo. Igual que después del domingo el PSOE será determinante, lo fue en el primer trimestre del año, pero Pedro Sánchez decidió caer tres veces en el cebo de Pablo Iglesias; el paseo por la carrera de San Jerónimo, la reunión a tres y el 'in extremis' de Compromís.

Pero volviendo a la separación de poderes, no deja de ser irónico cómo Íñigo Errejón habla de un sistema electoral injusto. Lo llama así porque "injusto", como término, cala por ser un absoluto de uso muy común (de hecho miembros del equipo de IdV ya lo usaban desde pequeños a la hora del reparto de gominolas o de llegar a casa por la noche años más tarde).

Lo que Errejón no cuenta es que en su programa no se habla de medidas para separar poderes (228) y deja a "un amplio debate ciudadano" más avances en la materia. Es decir, Podemos, por mucho que evidencia una protesta, sabe a lo que juega, sabe a lo que va y con su estructura actual le favorece mucho que el sistema electoral se quede como está.

¿La única 'cesión'? Que en vez de provincias sean circunscripciones electorales las comunidades autónomas. Esto, lejos de ser más representativo de cara a los electores, lo es menos y favorece más a los partidos a la hora de conformar las listas con más garantías para que entren aquellos que forman parte del equipo principal. De hecho creemos que la forma más cercana a la dictadura en una democracia es la circunscripción única ya que permitiría meter en tromba en el Parlamento a todo aquel que el órgano decisor quiera (si los votantes responden).

Reconozcámoslo; los partidos cuando se presentan, saben a lo que van y se organizan para ello. De hecho si hay votos que se pierden es porque el partido no ha impregnado en una provincia en concreto.

Así que, abundando en la queja y la solución que Errejón propone, vamos a ver un gráfico.

El gráfico representa lo que hubiera sido el 20-D de 2015 si la confluencia Podemos+IU hubiera existido. De hecho representa el escenario realista a mejorar el próximo domingo por cada partido si quieren salir ante la prensa a hablar de victoria.

Pero también representa la solución de Podemos a lo "injusto" del sistema electoral. Serían 15 escaños más para la formación de Errejón (la gráfica incluye en Podemos los dos de IU más uno del PNV). Fíjense que no hay 'sorpasso' en escaños, pero sí lo hubiera habido en votos, que parece que queramos darles argumentos a los de la calle Princesa. Con estos números, ¿quién no querría otras elecciones?

Vayamos pues a por las encuestas después de que el lunes se cerrara el plazo que, por ley, se establece para su publicación en los medios nacionales.

Vemos, por la acumulación de puntos en el último tramo, cómo las agencias han dejado para el límite legal preguntar a la población cuál va a ser su intención de voto, no ya por intereses editoriales, sino porque es norma que más decidido se tiene el voto cuanto más cerca se está del día de las elecciones. Como siempre sólo hemos incorporado aquellas que incluyen ficha técnica, ya que para nuestro ejercicio es importante saber a cuánta gente y cómo se le ha preguntado.

Como cuanto más tarde, más fiable y debido a la nueva confluencia, la ponderación de encuestas aquella que venimos dando desde hace una semanas la hemos limitado a mayo y junio. Es posible afirmar viendo la nueva muestra el resultado está muy definido.

Partido Popular y PSOE encuentran sus datos muy concentrados y apenas varían entre encuestas y Podemos y Ciudadanos muestran fotografías completamente opuestas: mientras Podemos toca en poderación su máximo, Ciudadanos acaricia su mínimo. Recordemos que en las encuestas para las elecciones de diciembre Podemos fue infravalorado y Ciudadanos sobrevalorado. ¿Estamos viviendo la compensación a aquel efecto?

No creemos que nadie se quiera pillar las manos esta vez y es posible que, tras lo vivido en las europeas de 2015 y las generales de 2015, la percepción de Podemos se haya valorado al alza y la de Ciudadanos a la baja. Lo que sí es cierto es que las agencias demoscópicas tienen bastante bien cogido el pulso de PP y PSOE. Rompiendo una lanza por ellas hay que decir que es complicado valorar el efecto de una nueva tendencia.

Así que, viendo que el global se escapa de las manos, lo que los partidos han tenido muy claro es dónde se pueden arañar votos o apostar por no perderlos. Mariano Rajoy ha sido intensivo en Canarias, Baleares, Galicia, Aragón o Valencia. Pedro Sánchez en Andalucía, Castilla - La Mancha o Extremadura. Albert Rivera en Madrid, Cataluña o también Aragón.

Lo que los partidos han tenido muy claro es dónde se pueden arañar votos o apostar por no perderlos

Más discreta a nivel de kilómetros ha sido la campaña de Pablo Iglesias, que ha hecho muchos medios y se ha desplazado poco. Siguiendo la filosofía de su estructura de partido, los locales son importantes por cercanía, pero a qué negarlo, la presencia de Iglesias es un plus. Es en esto donde la campaña de Podemos no sigue la huella de las campañas más exitosas de la historia electoral de EEUU. Todo el mundo quiere ver al candidato y, pese a la aparente aceptación del fiel en el voto, que el cabeza de lista aparezca en la prensa local, en los medios o se sepa que ha paseado por las calles de una localidad saludando a los viandantes es, sin lugar a dudas, un signo de cercanía.

Ésta ha sido una campaña muy medida. Desde el primer momento se ha hablado de 'los restos'de votos, de la necesidad de segmentar, de localizar al votante y de hacer calle, incluso llamando a la puerta de las casas. Primero aclarar que 'los restos'no significan nada si nadie los aprovecha o bien convenciendo o desincentivando el voto contrario.

Aquí ya hemos hablado de todo ello en diferentes ocasiones, no porque seamos un grupo de cerebritos, sino porque es práctica común en países que toman las campañas por lo que cuestan, más que por lo que valen. Aviso a navegantes; el siguiente estadio es Planificación-Planificación-Planificación.