Solana y Almunia regañan a Rubalcaba por sus críticas a la Unión Europea

Es lo que tiene recurrir a las vacas sagradas. Javier Solana, ex Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad, y Joaquín Almunia, comisario de Competencia, regañaron este sábado públicamente al jefe de su partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, por sus críticas al trato que España recibe de la Unión Europea y al funcionamiento interno de su gobierno.

A falta de otros líderes relevantes del socialismo europeo, fueron Solana y Almunia las dos grandes estrellas invitadas del primer foro de debate preparatorio de la Conferencia Política del PSOE, centrado en la propuesta de avanzar hacia una Europa federal. Ninguno de los dos dudó en enmendar la plana a su secretario general ante los varios centenares de participantes en la convocatoria, ampliada a otros muchos por los canales virtuales.

“Dejad de hablar de si Europa nos quiere o no nos quiere, de si nos dicta o no nos dicta [las decisiones]”, pidió Solana, para enfatizar a continuación, “la Unión Europea no dicta nada, es un lugar donde se discute, se gana y se pierde”. Rubalcaba había advertido el día 9, en la cumbre celebrada por los socialistas europeos en Turín, de que en España está creciendo un sentimiento antieuropeísta porque la continua exigencia de austeridad y recortes expande la percepción de “una Europa que no nos quiere, que sólo nos regaña”.

El PSOE constata en su primer debate programático la división socialdemócrata en Europa

La regañina a la dirección de su partido fue más evidente porque Solana intervino después de que la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, apuntara que en España “no estamos muy lejos” de que ocurra algo similar a lo acaecido en Portugal, en cuyo Parlamento se volvió a escuchar el viernes la canción que fue símbolo de la lucha contra la dictadura salazista, pero esta vez dirigida “contra la dictadura de la Troika”.

Si el tono admonitorio de Solana resultó evidente, más explícito en el reproche fue Almunia: “Decir cosas como que Europa ‘sólo nos riñe’ es el semillero más perverso del populismo, que es el mayor enemigo de la democracia”. Y no fue este el único roce entre Rubalcaba y quien fue antes que él secretario general del PSOE (1997-2000), además de seguir formando parte de su Comité Federal. Cuando el líder socialista afirmó que la Comisión Europea “no responde ante nadie”, para subrayar así que el problema esencial de la UE es de carácter democrático, el comisario europeo se revolvió en su asiento: “Me siento mucho más controlado como comisario en el Parlamento Europeo que por el Parlamento español cuando era ministro. Lo siento, Alfredo”. También chocaron sobre la actitud del gobernador del BCE, Mario Draghi, ante la crisis de la deuda.

La fractura Norte-Sur

Quedó así patente la fractura socialdemócrata en la Unión Europea. El primero en reconocerlo abiertamente fue el primer secretario del Partido Socialista de Portugal, Antonio José Seguro: “En la familia socialista no pensamos todos de la misma forma. Algunos piensan muy parecido a los conservadores”. Y le dio la razón Almunia: “A cada decisión reaccionaria, se pueden asociar voces de algunos miembros de nuestra familia”.

¿Quiénes? A la convocatoria del PSOE no acudió nadie relevante el SPD alemán y los laboristas ingleses delegaron su representación en la “ministra en la sombra para Cambio Climático”. Sí estuvo, junto al portugués Seguro, el nuevo primer secretario de los socialistas franceses, Harlem Désir, que defendió las orientaciones de su presidente, François Hollande, pero adoptó un tono más pragmático, propio de los partidos gobernantes.

Casual o no, el propio panel de invitados vino a poner de relieve que, como subrayó Rubalcaba, no sólo la Unión Europea, sino también la familia socialdemócrata, está fracturada por el pulso entre Norte y Sur.

Rubalcaba propone que su partido pase a llamarse Partido de los Socialistas Europeos-PSOE

Europeizar las siglas del PSOE

Para combatir esta situación, el secretario general de los socialistas españoles no sólo propone concurrir a las elecciones europeas de 2014 con listas transnacionales y un cabeza de lista único por cada familia ideológica, sino que llegó a incluso a proponer un cambio en el nombre de su partido, para que pase a llamarse “Partido de los Socialistas Europeos-PSOE”. También propuso una cumbre monográfica, con participación de todos los agentes sociales, sobre empleo juvenil.

A pesar de las recriminaciones de Solana y Almunia, Rubalcaba se reafirmó en la tesis de que si la Unión Europea “quiere una España comprometida, tiene que cambiar de política económica”. Y advirtió: “No sé cuánto tiempo más vamos a aguantar. Este es el mensaje del socialismo del sur al socialismo del norte y a la Unión Europea”. Para entonces, el portugués Seguro ya había abandonado la reunión, después de reclamar un nuevo tratado político de la UE y que se someta a referéndum. No pudo escuchar la réplica de Almunia: “No recomiendo a nadie decir que un problema europeo se resuelve cambiando un tratado y, por favor, no hagamos referéndum, que los carga el diablo”.