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Bonzo frente a Griñán
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Javier Caraballo

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Bonzo frente a Griñán

Las autoridades detallaron que el suceso se produjo exactamente a las 12:45 horas del lunes. Llama la atención la precisión de la hora en medio de

Las autoridades detallaron que el suceso se produjo exactamente a las 12:45 horas del lunes. Llama la atención la precisión de la hora en medio de un revuelo tan descomunal, pero también debe entenderse que para quienes contemplaron aquel suceso, la imagen de un hombre en llamas, delante de ellos, debe quedarse grabada para siempre jamás. A esa hora, frente a unas de las dependencias de la Junta de Andalucía en Málaga, un hombre joven, de 36 años, se detuvo delante de la puerta, se roció con gasolina y se prendió fuego con un mechero. Envuelto en llamas, corrió hacia el interior de las oficinas de la Junta de Andalucía gritando el nombre de una mujer. Los agentes de seguridad se abalanzaron sobre él con extintores y, cuando llegó la ambulancia, lo ingresaron en un hospital con más del 60% del cuerpo quemado.

Pese a la espectacularidad de lo ocurrido, la noticia apenas logró ayer un hueco secundario en la mayoría de los resúmenes de actualidad y es muy probable que hoy sea imposible encontrar cualquier referencia a la misma, ya sea de la evolución del herido o de alguna polémica sobrevenida. Estas son las cosas que tiene la actualidad; los mecanismos, a veces inescrutables, a veces sencillamente vergonzosos, que manejan los hijos de la actualidad. Dicho de otra forma: ¿a alguien le cabe la menor duda de que un suceso igual que se hubiera producido en Madrid o en Castilla-La Mancha no habría abierto todos los informativos y sería hoy mismo uno de los temas principales de todas las tertulias nacionales? ¡Ah, claro!, todavía no les he aclarado el motivo por el que el joven de Málaga decidió, a las 12:45 de ayer lunes, prenderse fuego a la bonzo. Ahora lo entenderán todo, verán.

El joven, envuelto en llamas, cruzó las puertas de una de las dependencias de la Junta de Andalucía que con más frecuencia habrá pisado en los últimos años: la Delegación de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía. En esa sede se tramitan las solicitudes para acogerse a la Ley de Dependencia, y eso es, presumiblemente, lo que hizo este joven muchas veces durante los últimos años: solicitar las ayudas que le correspondían a su madre enferma. En 2008, la Junta reconoció a la mujer en el Programa Individual de Atención, pero la ayuda nunca llegó a concretarse porque, según la Administración, faltaban algunos documentos por entregar. La cuestión es que la mujer falleció en 2011. Dos años después, ayer lunes, el joven entró envuelto en llamas en aquella delegación de la Junta de Andalucía gritando el nombre de una mujer, su madre.

La comparación sólo sirve para destapar el cinismo con el que se conduce la política en Andalucía, donde los recortes sociales que sí se producen se desmienten con campañas permanentes de propaganda¿Qué se estaría diciendo hoy si el hombre que se ha quemado a lo bonzo frente a Griñán, lo hubiera hecho en las urgencias hospitalarias de Cospedal, en Castilla-La Mancha, o en las puertas de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid? En fin, a lo que iba… Que si por algo conviene reseñar este contraste no es sólo por la reflexión anterior, de los mecanismos que ordenan las prioridades de los medios de comunicación ni tampoco para que lo que sucede en una comunidad como la andaluza pueda servir de excusa para los recortes de otros dirigentes. Los excesos en los recortes de Sanidad que se han cometido en Castilla-La Mancha o en Madrid no tienen ninguna justificación. Punto. La comparación con Andalucía sólo sirve para destapar el cinismo con el que se conduce la política en esta comunidad, donde los recortes sociales, que sí se producen, se desmienten con campañas permanentes de propaganda política del Gobierno del PSOE e Izquierda Unida.

De hecho, hasta hace muy poco Andalucía podía presentarse como referente en la Ley de Dependencia porque su desarrollo, pese a tener carencias, estaba muy lejos del que se podía ofrecer en otras regiones, muchas de ellas gobernadas por el Partito Popular. Pero las cosas han cambiado radicalmente, y con José Antonio Griñán al frente de la Junta de Andalucía, y con Izquierda Unida de socio de gobierno, lo que ha sucedido es que no sólo no se han mantenido los recursos humanos y materiales que antes se dedicaban a la Ley de Dependencia, sino que han comenzado a mermar. Por todas partes surgen asociaciones asfixiadas por las deudas de la Junta de Andalucía y por todas partes aparecen reclamaciones de personas a las que, pese a tener derecho, se les excluye de dicha ley. En Andalucía, sí; con Griñán, sí.

Y ahora, un paso más en el relato: La pasada semana se contaba aquí la maniobra política por la que iba a ser sustituido en Andalucía el defensor del pueblo andaluz, José Chamizo, (‘La última cacicada andaluza’) después de reprender en el Parlamento andaluz a los políticos por “sus peleítas”, que nada interesaban a los ciudadanos. Pues bien, es curioso que una de las últimas actuaciones de oficio que emprendió Chamizo fue, precisamente, por el desarrollo de la Ley de Dependencia en Andalucía. Una actuación de oficio en la que “se denuncia la situación de paralización que actualmente sufre la ley de Dependencia en Andalucía, se recogen los testimonios y denuncias de las personas y familias afectadas y se incluyen diversas propuestas dirigidas a garantizar la pervivencia del Sistema de la Dependencia y la efectividad de los derechos que la misma reconoce a las personas dependientes”. En algunas entrevistas de prensa, Chamizo lo ha dicho con otras palabras: “El Gobierno del PSOE e Izquierda Unida está recortando, y la gente no es tonta”.

La semana que viene, porque el procedimiento parlamentario se ha acelerado todo lo posible, se consumará el relevo de Chamizo en la institución. La anunciada ‘renovación’ se produce con una persona que ya fue defensor del pueblo antes que Chamizo y que, incluso, es siete años mayor que él: Jesús Maeztu, de unos setenta años. Pero lo mejor es que resulta que la mujer del nuevo defensor es alto cargo de la Junta; en concreto, es la secretaria general de la Agencia de la Dependencia de la Junta de Andalucía, la ‘número dos’ de Griñán en la gestión de la Dependencia. ¿Ven cuántas coincidencias? A las 12:45 de un lunes un hombre entra envuelto en llamas en un centro oficial de la Junta de Andalucía en Málaga gritando el nombre de su madre…

Las autoridades detallaron que el suceso se produjo exactamente a las 12:45 horas del lunes. Llama la atención la precisión de la hora en medio de un revuelo tan descomunal, pero también debe entenderse que para quienes contemplaron aquel suceso, la imagen de un hombre en llamas, delante de ellos, debe quedarse grabada para siempre jamás. A esa hora, frente a unas de las dependencias de la Junta de Andalucía en Málaga, un hombre joven, de 36 años, se detuvo delante de la puerta, se roció con gasolina y se prendió fuego con un mechero. Envuelto en llamas, corrió hacia el interior de las oficinas de la Junta de Andalucía gritando el nombre de una mujer. Los agentes de seguridad se abalanzaron sobre él con extintores y, cuando llegó la ambulancia, lo ingresaron en un hospital con más del 60% del cuerpo quemado.

José Antonio Griñán