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Las ‘líneas blancas’ del PSOE para que el PP gobierne
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Javier Caraballo

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Las ‘líneas blancas’ del PSOE para que el PP gobierne

Los dirigentes socialistas están dispuestos a ‘colaborar’ en el acuerdo que pueda alcanzar Mariano Rajoy con los nacionalismos vasco y catalán para facilitar la legislatura

Foto: Vista general de la reunión del Comité Federal del PSOE celebrada el pasado 9 de julio. (EFE)
Vista general de la reunión del Comité Federal del PSOE celebrada el pasado 9 de julio. (EFE)

El PSOE está dispuesto a trazar ‘líneas blancas’ para que el Partido Popular supere la investidura de Mariano Rajoy y pueda desatascarse la legislatura que, como la anterior, aún no ha disipado la amenaza de fiasco que desemboque en unas terceras elecciones.

Junto a las ‘líneas rojas’ que ha trazado desde diciembre pasado el comité federal del PSOE, en esta ocasión, en la que ni siquiera se contempla una mayoría alternativa a la del Partido Popular, lo que están dispuestos a hacer los dirigentes socialistas para facilitar la legislatura es ‘colaborar’ en el acuerdo que pueda alcanzar Mariano Rajoy con los nacionalismos vasco y catalán. Esas serían las ‘línea blancas’, el acuerdo tácito del PSOE en el acercamiento de los populares con el PNV y Convergencia Democrática de Cataluña que supondría, a su vez, avanzar en la búsqueda de posibles salidas para el conflicto catalán, en primer lugar, y del vasco, que amenaza también con radicalizarse y emprender una deriva similar a la del independentismo catalán.

La estrategia general de la que parte el Partido Socialista, según relatan a El Confidencial en el entorno inmediato de Pedro Sánchez, es la de mantener a toda costa los dos vetos que se autoimpuso este partido en diciembre pasado y que le prohíben pactar tanto con Podemos como con el Partido Popular, con el que se niega incluso la abstención de una parte de los diputados socialistas para facilitar la investidura de Rajoy. Queda descartada, por descontado, porque ni siquiera se menciona, la ‘gran coalición’ de socialistas y populares con la que tantas veces se ha especulado en los alrededores del PSOE.

El PSOE intenta mantener el rumbo con la esperanza puesta en que, por sí solo, el PP saque la investidura para poder afrontar una legislatura de oposición

Podría decirse, incluso, que sólo un hipotético gobierno de coalición con Podemos levanta más ampollas en el seno del Partido Socialista, sobre todo tras las últimas elecciones en las que parece haberse frenado el ascenso del partido de Pablo Iglesias. Así las cosas, como si estuviera atrapado por dos fuerzas contrarias que constriñen al mínimo espacio los movimientos políticos posibles del PSOE, en la ejecutiva federal socialista se intenta mantener el rumbo actual con la esperanza puesta en que, por sí solo, el Partido Popular saque adelante la investidura para poder afrontar una legislatura de oposición sin cortapisas frente a Podemos.

No nos vamos a mover del voto negativo a Rajoy –se afirma en la ejecutiva socialista- porque, si cedemos en el primer momento, el mismo discurso se va a mantener ya durante toda la legislatura. Si por patriotismo y por responsabilidad de Estado, facilitamos la investidura, a los pocos meses volverán a presionarnos con lo mismo para aprobar los recortes de Bruselas y así, sucesivamente. Eso sería firmar el suicidio del PSOE y cederle todo el protagonismo de la oposición a Podemos”. Esto último es fundamental, además, porque en el esquema mental de los actuales dirigentes socialistas la gran oportunidad que les han brindado las pasadas elecciones del 26 de junio es la de acabar de una vez por todas con la amenaza de 'sorpasso' de Podemos y devolverlo a un espacio secundario y un papel gregario en la izquierda, como ha ocurrido históricamente con Izquierda Unida.

Si por responsabilidad de Estado facilitamos la investidura, volverán a presionarnos para aprobar los recortes de Bruselas y así, sucesivamente

Ocurre, sin embargo, que siendo así el esquema básico de aplicación del PSOE en esta legislatura, no es menos acuciante la necesidad de despejar la amenaza de unas nuevas elecciones a final de año, algo que afectaría de forma general a toda la clase política y, de forma particular, a la estabilidad interna del Partido Socialista, tan debilitada por el frágil liderazgo de Pedro Sánchez y el acoso constante de algunos barones regionales. Ahí es donde entran en juego las ‘líneas blancas’ que se han trazado en la ejecutiva federal del PSOE y que se harán llegar, de forma directa o indirecta, al Partido Popular para que se lance a buscar alianzas con grupos nacionalistas que le faciliten el Gobierno.

“Lo que nadie debe perder de vista –afirman en el entorno de Pedro Sánchez- es que no es posible encontrar ninguna estabilidad en España hasta que, al menos, se encauce el problema de Cataluña. Si Mariano Rajoy alcanza un acuerdo de mínimos con Convergencia para constituir en esta legislatura una comisión parlamentaria en la que se aborde la Reforma de la Constitución y el encaje de Cataluña en España, el Partido Socialista va a secundarlo y no va a oponerse”. ¿Podría servir la promesa de una comisión parlamentaria para obtener, al menos, la abstención de Convergencia en la investidura? Esa es la confianza del PSOE y por eso trazan esa primera ‘línea blanca’.

La segunda ‘línea blanca’ es más concreta y comprometida y afecta directamente a la investidura porque persigue un voto positivo de los cinco diputados del Partido Nacionalista Vasco. A principios de este mes de julio, el lendakari vasco, Iñigo Urkullu, adelantó que lo que el PNV le iba a plantear a Rajoy en las negociaciones para su investidura eran, fundamentalmente, el acercamiento de los presos de ETA a Euskadi. Si el recelo de los peneuvistas a un acuerdo con Mariano Rajoy radica en que pueda pasarle factura en las elecciones al Parlamento vasco, que se celebrarán en noviembre próximo, un acuerdo de esa naturaleza no sólo no le perjudicaría sino que le arrebataría una importante bandera a la izquierda abertzale.

¿Qué ocurriría si también le fallan al PSOE las ‘líneas blancas? También en ese caso, seguirán manteniendo la negativa a Rajoy, a pesar de las consecuencias

“Mariano Rajoy puede sentarse a negociar con el PNV y acordar un calendario de acercamiento de presos de ETA y tampoco en ese caso el PSOE va a hacer oposición”, afirman. Es la segunda ‘línea blanca’ que, a diferencia de la primera, puede facilitarle al Partido Popular el apoyo que necesita para sacar adelante la investidura con el apoyo, además del grupo vasco, de los 32 diputados de Ciudadanos y del representante de Coalición Canaria. Esa, que fue la primera suma que se realizó tras las elecciones de junio, alcanza los 175 diputados, a uno de la mayoría absoluta que también podría salir del PSOE, mediante el acuerdo previo con el diputado canario Pedro Quevedo que se presentó a las elecciones en coalición con los socialistas, a los que ha prometido lealtad en la legislatura.

Pero, ¿y qué ocurriría si también le fallan al PSOE las ‘líneas blancas? ¿Qué pasa si van expirando los plazos y se encuentra en la tesitura de abstenerse o provocar nuevas elecciones? También en ese caso, la respuesta que se ofrece en la ejecutiva federal socialista es que seguirán manteniendo la negativa a Rajoy, a pesar de las consecuencias. Pero, en este momento, ni siquiera en la ejecutiva federal se puede afirmar tal cosa con contundencia porque, llegado ese momento, lo primero que no maneja la cúpula socialista es la reacción que, en ese caso, tendría su propio partido.

El PSOE está dispuesto a trazar ‘líneas blancas’ para que el Partido Popular supere la investidura de Mariano Rajoy y pueda desatascarse la legislatura que, como la anterior, aún no ha disipado la amenaza de fiasco que desemboque en unas terceras elecciones.

Mariano Rajoy Pedro Sánchez PNV Convergència Democràtica de Catalunya (CDC)