Es noticia
Enseñanzas del CIS
  1. España
  2. Mirada libre
Esperanza Aguirre

Mirada libre

Por

Enseñanzas del CIS

En 2011, la suma de PP (44,62%) y PSOE (28,73%) era el 73,35% del total de votantes. Y ahora el CIS pronostica un 28,6% para el PP y un 20,8% para el PSOE, es decir, una caída de 24 puntos

Foto: Mariano Rajoy recibe a Pedro Sánchez en La Moncloa. (EFE)
Mariano Rajoy recibe a Pedro Sánchez en La Moncloa. (EFE)

Como es lógico, la gran encuesta que el CIS publica en vísperas de elecciones generales ha sido recibida con inusitada expectación.

Todos sabemos que una encuesta es una encuesta y no los resultados de las elecciones, pero a todos nos gusta recibir información de por dónde se mueve la intención de voto de nuestros compatriotas. Como también sabemos que la información del CIS no es infalible, ni mucho menos, pero es bastante fiable y muy indicativa de cómo está el panorama político español.

Los pronósticos del CIS parecen confirmar la caída de lo que se ha llamado el bipartidismo. Efectivamente, en 2011, la suma de PP (44,62%) y PSOE (28,73%) era el 73,35% del total de votantes. Y ahora el CIS pronostica un 28,6% para el PP y un 20,8% para el PSOE, es decir, un 49,4% entre los dos: una caída de 24 puntos, que es, sin duda, muy considerable y muy significativa.

Después resulta muy llamativo que la caída de intención de voto al PP (16 puntos) no le sirva de nada al PSOE, el otro gran partido que ha gobernado en España estos años de democracia, porque los socialistas bajan ocho puntos, y eso que ya en 2011 tuvieron el peor resultado de su historia.

Podemos y sus marcas asociadas llegan a un 15,7% de los votos, que es un resultado remarcable pero lejos de aquel 28% que le auguraban las encuestas en enero

Es muy impresionante la aparición de Ciudadanos, que, según el CIS, va a pasar de la nada a un espectacular 19% de votos, a partir de su trayectoria en el Parlamento de Cataluña, donde han defendido siempre e inequívocamente la unidad de España.

Podemos y sus marcas asociadas llegan a un 15,7% de los votos, que es un resultado remarcable pero lejos de aquel 28% que le auguraban las encuestas en enero de este mismo año. Y los comunistas de estricta observancia, agrupados en la candidatura llamada Unidad Popular, se quedan, siempre según el CIS, en un exiguo 3,6%.

También es muy significativa la desaparición de UPyD, que en 2011 tuvo más de un millón de votos y un 4,69% del total.

Pero lo que me ha parecido más interesante y significativo de esta macroencuesta es la incapacidad de la izquierda para capitalizar el enorme desgaste que en el PP han producido las políticas de lucha contra la crisis y los casos de corrupción. Así, tenemos que la suma de las estimaciones para PSOE, Podemos y Unidad Popular dan un 40,1%, mientras que la suma de PP y Ciudadanos (que hábilmente juega a la indefinición programática para cazar votos en todos los caladeros, pero que no es para nada un partido de izquierdas) da un 47,6%, tres puntos más de los que consiguió solo el PP en 2011.

Parece como si las propuestas de las izquierdas en política económica y en política territorial (que son los dos campos en los que se van a dirimir estas elecciones) no estuvieran teniendo demasiado éxito entre los ciudadanos que tienen que votar el día 20. Además, para completar este primer análisis de los pronósticos del CIS, tenemos que la suma de la intención de voto a los dos partidos de raíces comunistas (el más ortodoxo, Unidad Popular, y el populista-bolivariano, Podemos) alcanza el 19,3%, a solo punto y medio del PSOE, que ve amenazada gravemente la supremacía que, desde 1977, ha mantenido en la izquierda española.

Si el PSOE intenta imitar a Podemos y se olvida de su esencia socialdemócrata y atlantista, acabará engullido por el populismo bolivariano

Me atrevo a esbozar un análisis de las causas de este fenómeno, que a mí me parece altamente preocupante, porque no es lo mismo que la izquierda esté liderada por los socialistas que por los populistas-comunistas. Creo que la causa principal está en la actitud que ha tomado el PSOE ante Podemos. Hay que recordar que en los años de la Transición, la principal seña de identidad de los socialistas españoles fue su afán por diferenciarse de los comunistas (recuérdese su renuncia al marxismo en su congreso extraordinario de 1979), y eso les llevó a los grandes éxitos electorales de entonces. Ahora, la aparición de Podemos les ha deslumbrado y no han sabido resistir la tentación de unirse a ellos, allá donde los de Podemos los han aceptado como socios, con el único fin de desplazar al PP, no de llevar a cabo las propuestas del PSOE. Las alianzas municipales y autonómicas de los socialistas con los podemitas están teniendo dos efectos muy negativos para los socialistas. El primero, el de disgustar a muchos votantes naturales del PSOE, a los que no les agrada ver a los socialistas de comparsas de personalidades que jamás hubieran estado junto a líderes socialistas como los de la Transición. Y además, el de haber dado a los de Podemos la credencial de partido casi socialdemócrata, cuando la realidad de Podemos es muy distinta y ahí está su trayectoria anterior para demostrarlo.

El resultado de estas políticas socialistas es, desde luego, una muy mala noticia para el PSOE, pero también para España. Y si se confirman los pronósticos del CIS, una vez más habrá quedado demostrado que los electores prefieren los originales a los sucedáneos. Por eso, si el PSOE intenta imitar a Podemos y se olvida de su esencia socialdemócrata y atlantista, en la línea de lo que representaron personalidades como Tony Blair o Helmut Schmidt, acabará engullido por el populismo bolivariano y habrá abandonado a sus electores naturales.

Como es lógico, la gran encuesta que el CIS publica en vísperas de elecciones generales ha sido recibida con inusitada expectación.

Barómetro del CIS Ciudadanos