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Liberalismo y plutocracia
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Liberalismo y plutocracia

 "Las personas de un mismo oficio raramente se reúnen sin que la conversación acabe en una conspiración contra el público y una artimaña para fijar los

 "Las personas de un mismo oficio raramente se reúnen sin que la conversación acabe en una conspiración contra el público y una artimaña para fijar los precios".  A. Smith.

 "Libertad no significa solamente que el individuo tiene tanto la oportunidad como la carga de la elección, también significa que debe soportar las consecuencias de sus acciones. Libertad y responsabilidad son inseparables".  F.Hayek

Una de los cuestiones más sangrantes que deja esta crisis histórica es la actitud esquiva por parte de las elites a acometer un ejercicio de crítica sobre lo acontecido. La denostación implacable que ha sufrido la gestión pública bajo  una deriva ideológica muy concreta ha sido sistemática. Una cosa es exigir eficiencia económica en el ejercicio de la acción pública, otra muy distinta es hacer del antagonismo frente al Estado un principio de posicionamiento político, algo sencillamente esquizofrénico. O malsanamente interesado. Esto explica el divorcio perenne entre votantes y clases gobernantes en buena parte de Occidente.

Los desequilibrios derivados de la crisis que tienen en jaque al sistema están cortados todos por el mismo patrón: el legitimo interés privado se come con patatas la defensa y garantía del interés publico. Los excesos  del sector financiero sobre la economía real, los volúmenes de deuda y su distribución entre agentes económicos,  la laxitud regulatoria, la evasión fiscal de las grandes corporaciones y patrimonios, la propia estructura de ingresos fiscales por rentas  sesgada al trabajo, la concentración nuclear en la generación de rentas,  la desaparición paulatina de las clases medias en Occidente, la competencia internacional  entre marcos jurídicos internacionales. Todos síntomas objetivos de una misma realidad.

Resulta que hay una crisis global de demanda con un consumidor y un Estado apalancados hasta las cejas, un exceso de oferta con sobre capacidad estructural y las compañías multinacionales con la mejor posición de balance de la historia, márgenes operativos en máximos e impuestos reales efectivos en mínimos.

No deja de ser irónico que un sistema que se precia de tener como uno de sus valores cardinales el mérito haya necesitado desarrollar los dos mayores esquemas de socialización de pérdidas de la Historia para sobrevivirComo dice Warren Buffett: "Si esto es una lucha de clases, la mía ha ganado, y con creces". Las causas, más que menos, se reconducen a la capacidad de las altas concentraciones de capital -corporativa y personal- para sesgar  y condicionar  el proceso legislativo y el aparato político a su favor, de hipotecar el interés público a las particularidades del privado. De tal suerte que todo lo que no es el 5% de arriba, sencillamente no tira desde hace décadas y la economía "es" la clase media...

No deja de ser irónico que un sistema que se precia de tener como uno de sus valores cardinales el mérito haya necesitado desarrollar los dos mayores esquemas de socialización de pérdidas de la Historia para sobrevivir. Ahí tenemos, la impresión de los bancos centrales o la deuda e inflación que sufriremos todos, y la crisis medioambiental con polución gratis a mansalva para todos...

Sólo un ejercicio de autocrítica consecuente puede llevar al resurgimiento de unos principios -la libertad y responsabilidad del individuo como criterio vertebrador de la sociedad- que son demasiado preciados como para quedar en manos de intereses particulares concentrados, economicistas  o de posicionamientos políticos al uso. Ciertamente la recuperación de esos principios requiere necesariamente una regeneración del sentido de la cosa pública y el interés general. Ya aventuraba Spinoza que en sociedad, la libertad sin Ley es un mito.

¡Es el rigor de Ley, estúpido! Unos no llegan, otros se escapan...

Caso paradigmático de esta sintomatología ha sido la concertación en precios para el LIBOR llevada a cabo por lo más granado del sistema financiero internacional durante años, prácticamente todos los grandes bancos de la City... Billones de euros defraudados a ese interés general de precios mínimos. En el núcleo de la cuestión está la competencia como bien público y objeto de protección.  A todas la compañías se les cae de la boca "la competencia" como interés propio. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que todas prefieren el calorcito de la concentración  y mayores márgenes.

En la periferia Europea la vulneración se produce por omisión con economías sumergidas o extracción directa del sector públicoNo es casualidad que en EEUU las mayores concentraciones sectoriales se producen precisamente allí donde el entendimiento entre sector privado y Estado es más estrecho, los grandes lobbies: financiero, energético, defensa y salud. En Europa, a pesar de los designios del mercado único, cada tribu mantiene prerrogativas sobre sus predios.

En el plano de la fiscalidad internacional, seguiremos bombardeados por noticias sobre los esquemas de las grandes multinacionales alocando beneficios en un lado y costes en otro para no pagar un euros en impuestos. Me pierdo en las referencias, son prácticamente diarias. Y detrás, los esfuerzos incipientes, casi pasitos de bebe, de una comunidad internacional de reguladores desesperada, tratando de lidiar con el asunto. 

Por lo general, allí donde el imperio de la ley goza de un mejor nivel institucional, la vulneración del interés público sucede por defecto o por escapismo. Se chupa de la falta de jurisdicción internacional o del futuro. Allí donde ese rigor de ley es menor, esa periferia Europea, la vulneración se produce por omisión con economías sumergidas, o extracción directa del sector público: estructuras estatales sobre dimensionadas, como el esperpento de las CCAA en España.

Race to the bottom: cuidado con lo que deseas...

En el plano internacional,  la hipoteca del interés general a intereses particularizados, la falta de rigor de Ley, responde a la subordinación de un ordenamiento jurídico internacional a la soberanía dominante, EEUU, que planta su ley: evitan un Tribunal Penal Internacional, mantienen una actitud rogatoria en la ONU o condicionan el por entonces pensamiento único del FMI. El capital internacional, de base anglosajona, campea a sus anchas y pone en competencia toda suerte de marcos legislativos sociales, laborales y medioambientales. (Entreténganse con el libro premio FT & Goldman 2012, Exxon, Private Empire)

Con toda la crítica que puedan suscitar estas dinámicas, no perdamos el norte. No deja de ser una coincidencia que los 70 años de mayor prosperidad en la Historia vengan de la mano de una simbiosis entre la superioridad de poder militar en EEUU, y un credo liberal democrático de naturaleza abierta al que otros países se van adhiriendo. Y es que, en rigor, el fenómeno de la globalización- por el que cualquier individuo puede pasar a formar parte de cierto orden mundial, sigue constituyendo la instancia más democrática de la Historia- para desconcierto de buena parte de la intelectualidad socialista.

Lo que en un principio había resultado una ventaja estratégica para el capital de Occidente, la libertad de poner en competencia marcos jurídicos de toda índole, su instrumentalización,  supone una fuente de exportación de empleo sin precedentes y una de las causas claves de la concentración de renta y la desaparición de las clases medias en Occidente . Al tiempo que permite máximos históricos en los márgenes de multinacionales.  

Y de nuevo, ese desmerecimiento craso del valor de ley y el interés público, esa subordinación del mismo al privado, lleva a ignorar el valor económico critico de un bien intangible por excelencia, por encima de la tecnología o el capital: marcos institucionales que promuevan equilibrios sostenibles entre ambos intereses.

Los 70 años de mayor prosperidad en la Historia vengan de la mano de una simbiosis entre la superioridad de poder militar en EEUU, y un credo liberal democrático de naturaleza abiertaDemandar a los países en desarrollo estándares legales, laborales y medioambientales en toda su incorporación al proceso de globalización es el nudo gordiano de la integración internacional. Es tanto una fuente de progreso real para estos países incipientes- muchísimo más una inversión que un coste,  como una línea de defensa estratégica en la ecuaciones de competitividad para el mundo desarrollado.  

It´s all about selling! Si ese intangible no se valora en su justa medida en Occidente, otros tardan en ponerlo en precio... En el choque con culturas distintas como China, Rusia o el Islam, Occidente, y ese estándar mínimo, tiene un aliado perenne en el individuo... Ciertamente, para estos países,  la disyuntiva entre reformas institucionales aperturistas o inestabilidad social se presenta inevitable.  

Europa y el nuevo paradigma

En este contexto, todas las criticas que recaen sobre la UE: demasiado intervencionismo, demasiada burocracia... ruido, ruido, interesado. No sólo es que una consolidación del euro traerá un paulatino declive de la City londinense. Es sobre todo, que la UE encarna como modelo de integración un proceso de racionalización y superación de soberanías nacionales  cuyo hermetismo es el campo de cultivo para evitar la jurisdicción, la Ley. Y a la vez, los amigos americanos ya le reconocen como  interlocutor  en las relaciones transatlánticas:  Occidente.

Todos y cada uno de los países del euro (excepto Grecia) señalan a Alemania como el país más fiable . ¿Por qué será? Es un Estado de derechoEsto es lo que está pasando, velada pero inexorablemente. El desapalancamiento o la restructuración de deuda en proporciones históricas, la gestión de políticas monetarias no ortodoxas, la lucha contra la evasión fiscal, la armonización y mejora de la fiscalidad internacional, la búsqueda de la sostenibilidad en los sistemas de bienestar social en Occidente, la lidia que se viene con la crisis medioambiental, el requerimiento de estándares a las economías en desarrollo son, todas y cada una de ellas, labores de acción política pública que llevarán décadas. Y todas ellas, hitos de una nueva época de regeneración e integración en la que la ley debiera recibir una puesta en valor hasta el momento obviada.

En Alemania la vocación al rigor de ley es supina. A pesar de todas las penurias que la crisis levanta, de todos los rescates, de los esfuerzos de ajustes y condicionalidad, todos y cada uno de los países del euro (excepto Grecia) señalan a Alemania como el país más fiable (encuesta reciente del Pew Research Institue) . ¿Por qué será? Las divergencias en política económica entre Merkel  y el SPD  son prácticamente anecdóticas. Con la ley en la mano, en un Estado de Derecho la frontera entre liberalismo y socialdemocracia es en verdad muy difusa. Si en algo coinciden plenamente es en abordar el problema de la incipiente desigualdad o concentración, la paulatina desaparición de las clases medias como un problema sistémico.

De nuestra parte, esa adscripción al rigor de ley es, no casualmente,  la pieza cardinal de nuestro resurgimiento. Toda la regeneración institucional y la recuperación económica se basa en ella. Hasta que la función pública en ambos sentidos no tenga el mismo rigor y versatilidad que la de un individuo con su cuenta bancaria no veremos escampar la crisis. Camino largo, pero camino.

 "Las personas de un mismo oficio raramente se reúnen sin que la conversación acabe en una conspiración contra el público y una artimaña para fijar los precios".  A. Smith.