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Ucrania es como Asturias

Rusia ha derrotado a la UE en Ucrania. Mientras nos lamemos las heridas, recordemos. Empecemos con un poco de historia

Rusia ha derrotado a la UE en Ucrania. Mientras nos lamemos las heridas, recordemos. Empecemos con un poco de historia. Volvamos a la Crónica General del Rus (a.D. 860). “A estos vikingos se les conocía como rusos, lo mismo que a otros vikingos se les llama suecos, normandos, anglos o godos (…) Rurik llegó a ser el Señor de todos ellos (…) Dos de los hombres de Rurik, Askold y Rir, navegaron Dniéper abajo y, en el curso de su viaje, vieron una pequeña ciudad sobre una colina (…) Askold y Rir se asentaron en esta ciudad y, después de reunir a muchos vikingos, reinaron sobre el país de los polacos (Polianis). Rurik reinó en Nóvgorod”.

Así pues, vemos que Kiev y Nóvgorod son los dos puntos políticos originales de Rusia. Nóvgorod subsistió como república propia, sobre el modelo hanseático, hasta los días de Iván el Terrible. Kiev cayó antes. Ante la imposibilidad de defender la ciudad de las invasiones mongolas (a.D. 1.280), los rusos abandonaron la urbe y se protegieron de la Horda Dorada parapetándose tras los bosques de Moscú. Ucrania se recuperó para Rusia a finales del s. XVIII con Catalina la Grande. Desde entonces, y hasta la caída de la URSS, formará parte de la polis rusas.

Estrategia. Dejando aparte los Caballeros Teutónicos, el corredor ucraniano ha sido el lugar privilegiado de todas las invasiones que Rusia ha conocido. Lo que se le opuso a Rusia en este frente fueron enemigos epónimos, todos ellos parte nuclear del relato nacional. Los polacos de Tarás Bulba; los jesuitas italianos de Boris Godunov; los suecos que retrató Von Heidenstam, y a los que mandaba un rey temerario como Carlos XII; los turcos a los que derrotó Potemkin mientras leía, moribundo, las cartas de amor de Catalina la Grande; los revolucionarios franceses de Guerra y Paz de Tolstói y la Obertura 1.812 de Tchaikovsky; y, finalmente, los nazis de Vasili Grossman o los nacionalistas ucranianos de la “Guardia Blanca” de Bulgakov. Recomiendo al lector el testimonio de Chaves Nogales para la I Guerra Mundial (El maestro Juan Martínez que estaba allí) y, para la II Guerra Mundial, a Jonathan Littell (Las benévolas).

Símbolos. Ucrania es la cuna de Nikolái Gógol, autor al que Nabokov calificó como "el artista más grande que ha tenido Rusia". Me parece una afirmación sostenible. En primer lugar, por su impronta estrictamente literaria. Según Dostoievsky “todos venimos de El Capote de Gógol”. Segundo, es importante también como estratega político, pues frente a la derrota de Crimea a manos de Inglaterra y Francia dio el consejo de extenderse por Asia. Esto llevó a los zares hasta el corazón de ese continente en 1863, fecha en la que conquistaron Taskent.

Por último, Gógol es clave en materia escatológica, pues se debe a él la metáfora más conmovedora y potente de la Santa Rusia, adjetivo que hasta hoy es el suyo en el himno nacional. La troika arrebatada de Almas muertas, que, como el carro de fuego de Elías, recorre la estepa en un galope sin fin hacia los límites del mundo. En cuanto a la Rusia bolchevique, uno de sus mejores diagnósticos -demoledor, por si hay dudas- se debe a Mikhail Bulgakov, ucraniano también, autor de Corazón de perro y El maestro y Margarita

No es mi intención detallar aquí lo que intenta ser el llamado “Partenariado Oriental” de la UE ni sus avatares en geografías próximas a la ucraniana. Sólo algunos apuntes. Primero: los orígenes de la Revolución Naranja son oscuros. Segundo, ni sus principios ni su relato nacional tienen mucho que ver con los ideales socialdemócratas o cristianodemócratas europeos.

“Ucrania trabajará estrechamente con Hitler”

Yuschenko confirió a Stepán Bandera la distinción de “Héroe de Ucrania”. Veamos lo que dice el Acta de la proclamación del Estado ucraniano, producto de la pluma de este sujeto en marzo de 1941: “Ucrania trabajará estrechamente con la Gran Alemania nacional-socialista bajo el liderazgo de Adolf Hitler que está creando un Nuevo Orden en Europa y en el mundo y ayudando al Pueblo Ucraniano a liberarse de la ocupación Moscovita (mantengo las mayúsculas del original)”.

Sabiendo que el tema europeo tenía que encontrar serias resistencias en la Administración actual de Yanukovych, habrían sido de esperar otros modos de enfocar el asunto. Sin embargo, se siguió adelante como si nada, con el resultado final de polarizar a la sociedad ucraniana. Algaradas en las plazas y acampadas en Kiev no son el desdoro de Yanukovich, sino una expresión torpe de nuestra impotencia

No puede extrañar que tal distinción se encontrase con la protesta formal de la Fundación Simon Wiesenthal. Ni que los carteles de los manifestantes pro-rusos de Ucrania digan entre otras lindezas “Nazis”, “Fascistas” o “Banderistas”, adjetivo característico del agitprop comunista.

En cuanto a la gestión de la Revolución Naranja, el estado en el que se encuentra Ucrania tras el paso de Yulia Timoshenko y Viktor Yushenko, no creo sea el que el senador McCain desee para sus electores norteamericanos. Por último, sabiendo que el tema europeo, planteado así, tenía que encontrar serias resistencias en la Administración actual de Yanukovych, habrían sido de esperar otros modos de enfocar el asunto.

Sin embargo, se siguió adelante como si nada, con el resultado final de polarizar a la sociedad ucraniana y echar otra vez a la calle a los nostálgicos de la Revolución Naranja. Algaradas en las plazas y acampadas en Kiev no son el desdoro de Yanukovich, sino una expresión torpe de nuestra impotencia.

Resumen. Ese constructo nebuloso que llamamos UE llega con un dossier administrativo a un territorio que está en los límites de su mundo y trata de competir con un Estado nación de verdad, para el que esa tierra es central en lo histórico, lo estratégico, lo económico y lo simbólico. La UE ofrece sangre, sudor y lágrimas a cambio de un acuerdo de asociación (no de plena integración) y externaliza en el FMI los detalles del ajuste, que viene a ser eufemismo de desmantelamiento.

Rusia ofrece sostener esa industria, rebajar el precio del gas un 30% y hace una donación de 15.000 millones de dólares. Además, enuncia todo esto en la lengua vehicular de los ucranianos, que es el ruso. Pero, vamos a ver. Sin comparar eso con la Reconquista, que no es el caso, ¿cuánto no daríamos por recuperar Asturias, Covadonga incluida, si la hubiésemos perdido? Perdón, quería decir el Monasterio de Lavra, primer edificio cristiano de toda Rusia, levantado en Kiev en el año 1051.

Ucrania ilustra las consecuencias de no querer asumir la herencia de los Padres Fundadores e ir construyendo una política exterior y de seguridad común de verdad. Venimos siguiendo estos últimos años la política del dejar pasar, y ese magnicidio institucional ha quedado impune. Pero el resurgir de Rusia justo a las puertas debería hacernos pensar. No podemos ser uno de los polos en los que se articule el mundo sobre la base de estos mimbres institucionales. Es imperativo poner en común el dinero alemán y la voluntad política de Francia e Inglaterra. Todo lo que no sea eso es engañarse. Tampoco se puede pensar en la OTAN como unas muletas que nos permitan procrastinar en tema tan delicado. La lógica del atlantismo derivaba de que Europa era el lugar privilegiado, del enfrentamiento entre comunismo y libertad. Al cambiar esta lógica por la de la contención de China en el Pacífico queda claro que, a Europa, o la salva la UE o no la salva nadie.

* Koropeckyj. I. S. The Ukranian Economy. HUP. 1992

Rusia ha derrotado a la UE en Ucrania. Mientras nos lamemos las heridas, recordemos. Empecemos con un poco de historia. Volvamos a la Crónica General del Rus (a.D. 860). “A estos vikingos se les conocía como rusos, lo mismo que a otros vikingos se les llama suecos, normandos, anglos o godos (…) Rurik llegó a ser el Señor de todos ellos (…) Dos de los hombres de Rurik, Askold y Rir, navegaron Dniéper abajo y, en el curso de su viaje, vieron una pequeña ciudad sobre una colina (…) Askold y Rir se asentaron en esta ciudad y, después de reunir a muchos vikingos, reinaron sobre el país de los polacos (Polianis). Rurik reinó en Nóvgorod”.

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