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El tribuno de la plebe

Pedro Sánchez desde fuera puede ejercer un cargo ético relevante: la función tribunicia. Ser el tribuno de la Plebe

Foto: El exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez tras renunciar a su escaño. (Reuters)
El exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez tras renunciar a su escaño. (Reuters)

Los últimos acontecimientos en el seno del PSOE han seguido la línea diseñada por Shakespeare en su obra máxima sobre la política, 'Julio César'. La conspiración de los idus de marzo se ha convertido en la conspiración de octubre. La pauta ha sido la misma. Bruto, Casio, Gasca y el resto han apuñalado a Pedro Sánchez sin compasión. Para salvar al partido han dicho. Lo mismo hicieron los originales para salvar la República. Y ya sabemos cómo acabó la República y cómo acabaron los conspiradores.

La diferencia entre un caso y el otro es que Pedro Sánchez ha sido enviado al ostracismo del frío polar que supone no tener ninguna plataforma parlamentaria o de partido. En ello confían los arquitectos de Salvar el Partido.

Pero después del discurso de dimisión y la entrevista en 'Salvados', Pedro Sánchez asume una función que los gestores del solar socialista no habían tenido en cuenta.

Sánchez desde fuera puede ejercer un cargo ético relevante: la función tribunicia. Ser el tribuno de la Plebe.

Después del discurso de dimisión y la entrevista en 'Salvados', Sánchez asume una función que los gestores socialistas no habían tenido en cuenta

¿En qué consiste un Tribuno de la Plebe en la República romana?

Vayamos a ver qué dicen los sabios sobre la materia:

“Los tribunos de la plebe surgieron para defender a los plebeyos, (dos en número al principio y aumentaron con los años hasta alcanzar un número de diez), de los cónsules, del Senado y del poder de los patricios en conjunto.”

¿Para hacer qué?

La función del tribuno era proteger a la plebe contra eventuales arbitrariedades de los magistrados patricios. Para ello se valían del derecho de veto

“Su función esencial era proteger a la plebe individualmente o como clase, contra eventuales arbitrariedades de los magistrados patricios. Para el ejercicio de este 'auxilium' se valían de la 'intercessio', del derecho de veto con el que pueden detener e impedir las órdenes, los decretos, las levas del cónsul, las decisiones del Senado, las propuestas de ley, las elecciones, y las convocatorias a comicios para cualquier fin así como todo acto de los poderes públicos, hasta el extremo de poder detener toda la maquinaria de Estado. Esta actividad la ejerce por petición del ciudadano o por su propia iniciativa.”

Ser la voz de los militantes y de los electores. Esa es la función de Sánchez desde su dimisión (con coche incorporado).

Es evidente que los llamados Barones y la no elegida secretaria general serían mucho más felices sin el Tribuno. Cierto.

También es cierto que sin Sánchez en la ecuación de futuro del PSOE, el accionista mayoritario, el Partido del Sud Oeste Español, podría imponer su visión de España, más unitaria que plural, más unionista que federal.

Sin Sánchez en la ecuación, el Partido del Sud Oeste Español, podría imponer su visión de España, más unitaria que plural, más unionista que federal

Y para que la felicidad fuese completa, al viejo PSOE le encantaría deshacerse del PSC y que dejara de molestar con esa visión de intentar cambiar España como Nación de naciones. Con Maragall ya tuvimos suficiente.

18 mil afiliados menos en las primarias. 100 delegados menos en el Congreso. 19 miembros menos en el comité federalistes son los números del PSC que maneja el viejo PSOE para poder ganar sin oposición.

El viejo PSOE meridional debe plantearse si quiere realmente vivir la realidad del siglo XXI e incorparse al nuevo PSOE o prefiere seguir anclado en un pasado que puede convertir al PSOE del futuro en unas siglas de museo.

*Gabriel Colomé fue director de campaña de Meritexell Batet, una de las diputados expedientados por romper la disciplina de voto del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy.

Los últimos acontecimientos en el seno del PSOE han seguido la línea diseñada por Shakespeare en su obra máxima sobre la política, 'Julio César'. La conspiración de los idus de marzo se ha convertido en la conspiración de octubre. La pauta ha sido la misma. Bruto, Casio, Gasca y el resto han apuñalado a Pedro Sánchez sin compasión. Para salvar al partido han dicho. Lo mismo hicieron los originales para salvar la República. Y ya sabemos cómo acabó la República y cómo acabaron los conspiradores.

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