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Miguel de Juan Fernández

A Bordo del Argos

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Un gran inversor

“Preguntándome inicialmente si soy un gran inversor, abro la puerta a la pregunta de si también otros muy estimados iconos públicos como Bill Miller lo son

Preguntándome inicialmente si soy un gran inversor, abro la puerta a la pregunta de si también otros muy estimados iconos públicos como Bill Miller lo son también. Parece, quizás, que cuanto más y más tiempo permaneces en este negocio más y más tiempo dejas expuesto tu Talón de Aquiles- sea éste y esté donde sea-. El ex gestor de fondos de Fidelity Peter Lynch fue ciertamente brillante en un aspecto: supo dejarlo cuando mejor estaba. Él, como su filosofía de “compra lo que mejor conoces”, hubiera sobrevivido a los desplomes de las dot-com o de Lehman/subprime es otra cuestión.” Bill Gross- PIMCO

(Gracias a Classy_Hopper por la cita)

Hace unos días, uno de vosotros me pasó el enlace a un artículo de Bill Gross (os lo copio) sacado de su última carta, os recomiendo su lectura. Pese a que me resultó sumamente interesante el artículo y tiene una enoooorme dosis de razón en lo que dice, no lo comparto al cien por cien; eso sí, humildemente, que Bill Gross es mucho Bill Gross. Y como siempre viene bien que me planteéis temas de interés, voy a aprovechar para intentar explicaros cómo veo yo el si, por ejemplo, Bill Gross es un gran inversor o no lo es y creo que será de aplicación general para vuestra propia categorización de a quién le confiáis vuestro dinero.

El artículo de Bill Gross se centra principalmente en cuánto tiempo necesitamos para considerar que alguien ha batido de forma consistente al mercado y cuánto de dicho buen comportamiento es debido a una situación, “de paradigma económico” podríamos decir, que haya soplado con más o menos ventura sobre nuestras velas. Algo parecido se comenta en el libro de Howard Marks (The Most Important Thing- Uncommon Sense for the Toughtful Investor de Columbia Business School Publishing) que también os recomiendo y que toma de partida a Nicholas Taleb. ¿Cómo podemos saber si un determinado gestor es bueno o simplemente ha tenido la suerte de cara?

Cuando confiamos nuestro dinero a un gestor (o banco, o gestora, o quien sea) para que le obtenga una rentabilidad acorde con nuestros deseos -obviamente aquí no incluimos los milagros: “quiero el 200% anual o más, sin riesgo y siempre disponible”… si os lo ofrecen… ¡es un timo!- y dichos deseos deberían tener en cuenta también las circunstancias que puedan influir sobre el comportamiento de nuestra cartera. Me explico, generalmente todos sabemos que la rentabilidad media histórica de la bolsa ha ofrecido desde al menos 1900 ronda el 10%, dividendos incluidos. Pero lo que no sabe o no asume generalmente el común de los mortales es que raramente el mercado obtiene esa rentabilidad media. Suele irse a los extremos como en un péndulo. El que sea razonable estimar que una cartera de bolsa, indexada, puede generar a largo plazo una rentabilidad media anual del 10% (dividendos incluidos), no significa necesariamente que en los próximos diez o quince años (y esto ya es largo plazo creo que para todos) deba obtener precisamente esa rentabilidad media. Puede coincidir un periodo especialmente boyante y generar una rentabilidad media muy superior a esa cifra o muy inferior. Si el mercado ofrece rentabilidades del 15% en los próximos diez años, por ejemplo, un buen gestor podría obtener perfectamente rentabilidades medias del 18-20%; por el contrario, si la rentabilidad media anual del mercado es un 0%, es muy difícil pensar que un buen gestor haya de conseguir esas rentabilidades del 18-20%, lo hará estupendamente bien si consigue rentabilidades del 5-8%. En este sentido, un gran inversor se calificaría como comportamiento relativo y positivo frente al índice de referencia. Si durante todo ese periodo, por mal que lo esté haciendo el mercado, el gestor no es capaz de conseguir rentabilidades positivas no tengo tan claro que haya que calificarlo de grande.

El artículo de Bill Gross plantea que quizás un periodo suficiente para considerar la evolución o los logros de un gestor deban ser 40 o 50 años y que salvo muy pocos, la inmensa mayoría no permanecen invertidos o gestionando públicamente ese tiempo. Creo que hoy en día sólo podríamos incluir a Buffett y quizás a Munger y pocos más. Lo fue Schloss hasta su fallecimiento o Khan, igualmente, pero ya no están con nosotros. Creo sinceramente que, aunque en el fondo Gross tiene razón en su énfasis en la consistencia de los resultados, del overperformance, en el tiempo y en un tiempo largo, es demasiado restrictivo en el plazo que considera válido. Básicamente, habría que empezar a gestionar activos desde los 10 años para poder perdurar en el tiempo independientemente de la rentabilidad que se obtenga. 

Aunque un periodo “relativamente” corto puede suponer cierto empuje o lastre al comportamiento absoluto de un gestor, creo que la grandeza de un gestor debería medirse teniendo en cuenta no sólo el tiempo en que ha sido capaz de superar al mercado (que cuanto más mejor, evidentemente), sino también las herramientas o el medio en el que ha tenido que lidiar. Graham vivió el boom de los felices años 20, el Crash del 29, la caída a los infiernos de la Gran Depresión en 1932 y la evolución siguiente, con cambios continuos en el entorno (la 2ª Guerra Mundial por ejemplo), pero supo modificar su “estilo” de inversión y adaptarlo a los tiempos cambiantes para no dejar de generar dinero para sus inversores hasta que cerró su partnership en 1955. Creo que eso describe la grandeza de un inversor.

Warren Buffett también supo adaptarse a los diferentes entornos en los que ha vivido, modificando su enfoque de inversión según se le planteaban nuevos retos, cambiando del estilo puro de Graham al más parecido a Fisher, abandonando el mercado cuando todo le resultaba caro, adaptándose al cada vez mayor tamaño de su cartera y reconociendo la dificultad intrínseca de una cartera enorme. Walter Schloss, por el contrario, se mantuvo fiel durante todos esos años al estilo de Graham, encontrando siempre ocasiones donde el margen de seguridad le permitía batir al mercado.

Al final y como resumen, creo que por supuesto también Bill Gross es un gran inversor. Incluso aunque aún no cumpla con los 50 años de gestión que él se marca como indicativo de que no haya sido especialmente ayudado por las circunstancias. Es como en el caso de la rentabilidad media histórica de la bolsa,… en los últimos cien años ha sido del 10%, pero ello no garantiza que en los próximos cien años haya de ser esa misma media. Los grandes inversores del futuro tendrán que lidiar con otras circunstancias y su grandeza se verá reflejada en sus resultados. Es como con el cristianismo, Jesús dijo que “en esto conocerán que sois mis discípulos: en que os amáis los unos a los otros. Por sus frutos los conoceréis”. No porque se declaren cristianos (que aunque somos pecadores, el decirnos cristianos no nos convierte en santos a la voz de ya). Pues lo mismo con los grandes inversores. Si pasan 10, 20 o 30 años hasta que ese inversor fallezca -por ejemplo- y durante ese periodo ha sido capaz de conseguir rentabilidades significativamente superiores a las del mercado, creo que para su época y en sus circunstancias se le podrá considerar un gran inversor.

Quizás no consiga entrar en el Hall of Fame, que yo considero entrar dentro de los habitantes, de los superinversores, de la ciudad intelectual Graham-and-Doddsville, pero creo que saldrá bien parado de la comparativa tanto con sus contemporáneos como con los históricos. Por mi parte y considerándome tan solo un habitante de los suburbios de dicha ciudad (no por concepto de inversión sino por mi mísera importancia), a los argonautas les recalco cada poco que, pese a que vayamos bien, es un plazo muy corto para saber si realmente estamos haciéndolo bien o si las circunstancias nos ayudan. Claro que muchos de ellos me conocían desde antes del Argos y saben por experiencia qué tal nos comportamos desde hace más años…pero eso es otra historia.

Nos vemos en el próximo artículo. Un abrazo a todos.

Preguntándome inicialmente si soy un gran inversor, abro la puerta a la pregunta de si también otros muy estimados iconos públicos como Bill Miller lo son también. Parece, quizás, que cuanto más y más tiempo permaneces en este negocio más y más tiempo dejas expuesto tu Talón de Aquiles- sea éste y esté donde sea-. El ex gestor de fondos de Fidelity Peter Lynch fue ciertamente brillante en un aspecto: supo dejarlo cuando mejor estaba. Él, como su filosofía de “compra lo que mejor conoces”, hubiera sobrevivido a los desplomes de las dot-com o de Lehman/subprime es otra cuestión.” Bill Gross- PIMCO