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Una semana a sangre y fuego
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Carlos Doblado

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Una semana a sangre y fuego

No tengo demasiado que contar, aunque pueda parecerle mentira. Hasta aquí lo esperable si uno no quería vestir cogulla o incumplir una promesa. Y les aseguro

No tengo demasiado que contar, aunque pueda parecerle mentira. Hasta aquí lo esperable si uno no quería vestir cogulla o incumplir una promesa. Y les aseguro que incumplir mi palabra me duele más que cualquier cosa. Un mercado descontrolado es un lugar donde los ejercicios de previsión (lo prefiero a la palabra predicción), necesarios de vez en cuando, tienden a ser tan deseables como ineficaces desde un punto de vista chartista.

Sí, los gráficos nos abandonan cuando más les necesitamos, por eso la mejor respuesta a determinadas preguntas que se hace la gente común es una metodología que trabaje de tal modo que nunca haya que hacerse esas preguntas que antes y después resultan tan incómdas. Que no me pagan para esto vamos, así que no voy a volver a repetir algo como lo del monje en mucho tiempo… Llevo cuatro lustros en esto y eso me ha enseñado a no tentar a los Hados, así que, tras el vídeo del jueves en esta casa, hablando de un rebote sensible para el muy corto plazo, y del que alguno igual disfrutó ayer, creo que me retiro del mundo de las previsiones por una larga temporada. Que serán tres o cuatros semanas, claro, en este mundo de locos en el que me toca lidiar…

Cuando afirmo que lo visto era lo esperable, no me entienda mal porfavor…,en ningún caso me refiero a la cuestión que a todos nos revoluciona, no hablo del ritmo al que se ha producido todo en ningún caso. Estas cosas pueden hacerse a un pasito agradable, al trote, muy rápido en ocasionesy, en no pocas veces, a sangre y fuego para que al poco tiempo uno se quede con cara de póker y vea clara la oportunidad de compra. Y mire, puede que lo de no convertirme en monje haya llamado mucho la atención, pero como asesor de inversiones, como persona que tiene que dedicarse a recomprar lo que vendió para clientes entre los que me encuentro yo mismo -pues tengo por sistema el 80% de mi capital invertido en vehículos de inversión que asesoramos desde Ágora Asesores Financieros EAFI-, más bien lo sucedido me complica las cosas. Y así lo comentaba el jueves en Capital Radio, con Laura Blanco. Hubiera preferido un descenso al trote cochinero. Toda la gloria de la tontería predictiva para otro.

Decía el jueves en el programa de Doña Laura que ahora viene lo difícil para mí: ¿cuándo comprar? Pues no nos andemos con rodeos: no lo tengo nada claro, sobre todo después de un cierre semanal que deja una vela de ida y vuelta que te obliga a pensar, como escribía en mi artículo del jueves en esta casa, sobre si esto ha sido una liquidación,más comúnmente conocida como capitulación. ¿Ha sido todo? ¿Hemos dejado de caer? Podría ser. Siempre que durante este año he advertido de un mercado insano que debiera ser ajustado he intentado también hablar de otra realidad: yo soy un súper alcista en tendencia, pero sobre todo soy alguien cuya metodología de inversión conservadora no vive cómodo en entornos de gran volatilidad. Y no digo que no den juego, digo que en exceso te pueden doler las tripas e incluso sacarte las muelas y que a mi cliente eso no le gusta. En 2010, estando también en un estado de gran liquidez durante el llamado flashcrash, pensé cosas parecidas a las que hoy pienso. No hombre no, por lo que más queráis, así no, no me hagáis esto..., con lo poco que cuesta hacer las cosas bien. Pero como decía la abuela de un gran amigo: "(esto es un mercado) mucha gente y pocas personas"

La semana ha sido trepidante, a sangre y fuego los unos y otros, como si no hubiera mañana, pero al cierre no hubo grandes cambios en lo técnico respecto a la semana previa, ni contundencia en las rupturas debido al despliegue de velas de tipo martillo semanal pese a las mismas. El Ibex35, de hecho, salvó el mínimo de agosto en su versión total return. Y lo malo es que todo esto es lógico cuando en dos o tres días se hace el trabajo de dos o tres semanas, pero sin que por ello el mensaje potencialmente bajista que supone la ruptura temporal de soportes estructurales deje de estar sobre la mesa. Se combina ahora un estado de sobreventa a muy corto plazo impresionante que justifica el rebote con un deterioro adicional, en un plazo de orden superior, que pueda pasar factura en próximas semanas.

Si recuerda aquellos días, hubo nuevos mínimos decrecientes tras el flashcrashde 2010, y sin embargo nada muy relevante… Así que podemos estar en un lío sobre el que quizá arroje algo de luz el cierre mensual. Y como sólo faltan dos semanas para eso, y en estos días que nos toca vivir las jornadas son apacibles y estrechas en rango, pues nada… La situación puede ser finalmente muy frustrante, incluso para los que hemos cometido la temeridad de arriesgar con una previsión y tener la suerte de cara. Sí voy a decir que mi plan inicial pasaba por no me atreverme con la siguiente sin que el Dax30 alemán seacerque más a los 8.000 puntos. Acertar así, para alguien que tiene que cumplir con mi misión, y que no es la de escribir aquí, es un fastidio.

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No tengo demasiado que contar, aunque pueda parecerle mentira. Hasta aquí lo esperable si uno no quería vestir cogulla o incumplir una promesa. Y les aseguro que incumplir mi palabra me duele más que cualquier cosa. Un mercado descontrolado es un lugar donde los ejercicios de previsión (lo prefiero a la palabra predicción), necesarios de vez en cuando, tienden a ser tan deseables como ineficaces desde un punto de vista chartista.