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De Vuelta
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Abengoa: ¿crash o quiebra?
Cuando esas acciones se van a 0 euros o, en el caso que nos ocupa, 0,03 euros para la clase B de Abengoa, se me antoja muy suave definir como crash lo que está pasando
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El inversor medio tiende a equivocar los conceptos de crash y quiebra. Un crash bursátil es una caída vertiginosa de las cotizaciones en la mayoría de los valores de una o varias Bolsas, durante un corto período de tiempo. Los precios se hunden al existir muchos más vendedores que compradores y tanto papel no encuentra dinero que lo quiera. Esta situación suele hacerse en un marco generalizado de pánico colectivo y el miedo se apodera del inversor. Si lo aplicamos a un título concreto la definición anterior nos podría valer sin cambio alguno. Pero cuando esas acciones se van a 0 euros o, en el caso que nos ocupa, 0,03 euros para la clase B de Abengoa, se me antoja muy suave definir como crash lo que está pasando con estas acciones. Yo le buscaría una definición más ajustada.
Si somos de los que pensamos que las cotizaciones reflejan toda la información disponible en un momento dado, viendo hoy lo sucedido en el mercado continuo, no podemos más que concluir que esa compañía no vale nada. No me voy a entrar en fundamentales esta vez, sino en realidad de mercado medido por lo que está dispuesto, un inversor nuevo, a pagar por la empresa.
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La semana pasada nos sorprendía la fuerte revalorización desde los 0,19 hasta los 0,30 euros de las acciones. Estupendo para el que supo aprovechar el momento de entrar y salir en el día. No tan bueno para el que aspiró a algo distinto. Si se fija en datos de volumen y efectivo negociado esos días, verá que algo no cuadra. El día 24 se negociaron 360 millones de acciones a un precio medio de 0,28 euros. Hoy, a las 13:00h se han negociado ya 2800 millones de títulos a un precio de 0,03 euros. Es decir, alguien le colocó billetes de lotería sabiendo que no se realizaría sorteo alguno. Y el especulador sin juicio picó una vez más pues, en el fondo, le encanta asimilar bolsa a casino pese a que, como ya le traté de explicar aquí, nada tienen que ver salvo que opere sin conocimiento alguno.
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Opinión Así las cosas y viendo la evolución del precio de las acciones, poco hay que añadir a una crónica de una muerte anunciada. Si tiene acciones compradas desde ayer, no creo que le sirva encomendarse al mesías pues eso no funciona y si es de los que busca el pelotazo rápido, con una salida a bolsa de 17.800 millones de acciones, una dilución del 95% y la desesperación reinante en ese viejo accionista, se me antoja complicado su éxito. Todo intento de repunte técnico será taponado con papel, mucho papel. Créame que intento buscar algo positivo que decirle, pero no logro encontrarlo. Bueno, sí. Es verdad que, si lo mira como una jugada a rojo o negro, 100 euritos depositados hoy tal vez sean algunos más dentro de unos años. El mercado es soberano y cosas más difíciles hemos visto. Pero lo que está claro es que si se ha quedado atrapado en esta cosa (por llamarla de alguna forma) puede aplicar el viejo dicho de “será para mis hijos” y olvidarse de ello. Con mucha suerte tal vez lo vean (sus hijos) y no se trate de una quiebra sino de una nueva modalidad de crash. El que llega para quedarse mientras nadie hace nada.
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Opinión El inversor medio tiende a equivocar los conceptos de crash y quiebra. Un crash bursátil es una caída vertiginosa de las cotizaciones en la mayoría de los valores de una o varias Bolsas, durante un corto período de tiempo. Los precios se hunden al existir muchos más vendedores que compradores y tanto papel no encuentra dinero que lo quiera. Esta situación suele hacerse en un marco generalizado de pánico colectivo y el miedo se apodera del inversor. Si lo aplicamos a un título concreto la definición anterior nos podría valer sin cambio alguno. Pero cuando esas acciones se van a 0 euros o, en el caso que nos ocupa, 0,03 euros para la clase B de Abengoa, se me antoja muy suave definir como crash lo que está pasando con estas acciones. Yo le buscaría una definición más ajustada.