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Cuando los 'insiders' venden: las lecciones del 'caso Astroc' a toro pasado
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Rubén J. Lapetra

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Cuando los 'insiders' venden: las lecciones del 'caso Astroc' a toro pasado

No cabe duda que en bolsa saber vender es tan importante como comprar. Y también es saber estar en el mercado aquello de que el último

No cabe duda que en bolsa saber vender es tan importante como comprar. Y también es saber estar en el mercado aquello de que el último euro que se lo lleve otro. Pregúntenle a Xavier Adserá Gebelli, presidente del Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF), cofundador de Riva&García, ejecutivo de Natra y Natraceutical... Algunos casi no lo recuerdan, pero a finales de enero, Adserá vendió la mitad de sus acciones en Astroc con unas plusvalías del 700%, es decir, ingresó más de 4 millones de euros por unas acciones con coste de 500.000 euros, según los precios de la OPV.

El mensaje que lanzó al mercado este 'insider' -miembro del consejo de administración y que está vinculado a una de las sociedades colocadores de Astroc en bolsa- fue netamente negativo. Una venta de ese calibre, más allá de 53 euros, debería haber cortado de raíz la euforia con la inmobiliaria de Enrique Bañuelos, pero no lo hizo. Es más, un mes más tarde la inmobiliaria se codeaba con los 75 euros por acción que le hacían valer más de 8.000 millones en bolsa.

Sólo un mes más tarde se desató la tormenta. A finales de febrero, en coincidencia temporal con la crisis de las hipotecas basura en EEUU, Astroc registró su primer maremoto bursátil y perdió un 40% en pocos días. En ese momento comenzaron las dudas de los grandes institucionales en su capital. Félix Abánades, propietario de Rayet, saltó a 40 euros por acción y con unas plusvalías próximas a los 100 millones de euros.

Tanto Abánades como Adserá han demostrado tener visión, intuición una pizca de suerte como inversores. Sólo por eso merece seguirles la pista. No han vendido en máximos -un mito imposible, pero siempre presente entre la comunidad española de inversores- y dejaron que los últimos euros se los llevasen otros. Ahora respiran tranquilos cuando ven que la compañía en la que invirtieron cotiza en 14,38 euros. Esa cifra todavía arroja unas plusvalías del 124% para quienes acudieron a la OPV del año pasado, que fueron sólo unos pocos. Su colocación entre inversores institucionales y el estrangulamiento de la cotización y del free float conforme subían pasajeros al accionariado hicieron el resto.

El próximo 24 de mayo, Astroc cumplirá un año en bolsa. Un aniversario con momentos tremendamente dulces y otros, los más recientes, muy amargos. Como ocurrió con otras compañías que han sufrido burbujas de expectativas y de capital. Entre 1999 y 2000, Telepizza, Terra o Jazztel dejaron el mismo rastro de euforia y depresión entre los inversores españoles. Algunos valores más pequeños y todavía más estrechos como Tafisa o Befesa han vivido lo propio. El simil del cohete bursátil es el adecuado para describir su trayectoria en bolsa. Su pólvora es la baja liquidez y la alta de densidad de capital cautivo (en manos de grandes inversores) de su acción. Hasta que explotan y bajan del cielo al infierno. La última revolución en pasearse por el mercado doméstico se llama Fersa, que sube más del 400% en seis meses y vale en bolsa 450 millones.

No cabe duda que en bolsa saber vender es tan importante como comprar. Y también es saber estar en el mercado aquello de que el último euro que se lo lleve otro. Pregúntenle a Xavier Adserá Gebelli, presidente del Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF), cofundador de Riva&García, ejecutivo de Natra y Natraceutical... Algunos casi no lo recuerdan, pero a finales de enero, Adserá vendió la mitad de sus acciones en Astroc con unas plusvalías del 700%, es decir, ingresó más de 4 millones de euros por unas acciones con coste de 500.000 euros, según los precios de la OPV.

Félix Abánades Enrique Bañuelos