Es noticia
Cerco inútil a los derivados OTC
  1. Mercados
  2. La Columna
José Luis Pérez Estévez

La Columna

Por

Cerco inútil a los derivados OTC

Warren Buffet calificó a los derivados como armas de destrucción masiva. Ahora el regulador está intentando almacenarlas en silos, al intentar que se negocien a través

Warren Buffet calificó a los derivados como armas de destrucción masiva. Ahora el regulador está intentando almacenarlas en silos, al intentar que se negocien a través de exchanges o mercados regulados y no de forma privada para evitar que pongan de nuevo al mundo al borde del cataclismo financiero. Tanto Europa como Estados Unidos están debatiendo cómo poner coto a una industria que representa 10 veces el PIB mundial, si tomamos en cuenta el número de posiciones abiertas (sin netear). Pero fijar trabas a la forma cómo se negocian y valoran algunas de estas estructuras es como poner puertas al campo.

La nueva normativa afectaría a aquellos derivados over-the-counter (OTC), es decir, no negociados en exchanges. Estos instrumentos suponen una fuente vital de beneficios para los bancos ya que las comisiones obtenidas son muy superiores a las de los negociados de forma organizada. La industria peleará cualquier tipo de normativa que, según ella, “limite la innovación y restrinja la liquidez” y, además, les prive de una fuente sustancial de ingresos para sus cuentas de resultados.

La propuesta de Geithner, secretario del Tesoro norteamericano, contempla que todos los contratos OTC estándar –dejando por tanto fuera muchos otros más complejos- deben ser liquidados de forma centralizada, idealmente a través de exchanges, a fin de que la información sea transparente. También tendrán que mantenerse registros de las transacciones y un colateral o garantía adecuada que limite el riesgo de contrapartida. Fue precisamente este riesgo uno de los principales motivos de la debacle de Lehman, Bear Stears y AIG, entre otros.

Pero estas medidas no cambiarían el panorama de forma radical, solo traspasarían una porción del negocio OTC a los exchanges, dejando una parte importante sin regular. Aquellas instituciones que necesiten más libertad para operar migrarán a otros países deseosos de darle un mordisco al pastel monopolizado hasta ahora por bancos basados en Chicago, Wall Street o a la City de Londres.

El problema fundamental radica en la imposibilidad de llevar a cabo una regulación efectiva si no hay una coordinación global. ¿Están Estados Unidos y Europa dispuestos a permitir escapar un negocio vital para sus respectivos sistemas bancarios? Poco probable. Una vez que pase la tormenta actual, y quizás antes de que los brotes verdes estén tomando raíces, los derivados OTC no serán ya un tema candente. Entonces se dejarán de buscar las armas de destrucción masiva.

Warren Buffet calificó a los derivados como armas de destrucción masiva. Ahora el regulador está intentando almacenarlas en silos, al intentar que se negocien a través de exchanges o mercados regulados y no de forma privada para evitar que pongan de nuevo al mundo al borde del cataclismo financiero. Tanto Europa como Estados Unidos están debatiendo cómo poner coto a una industria que representa 10 veces el PIB mundial, si tomamos en cuenta el número de posiciones abiertas (sin netear). Pero fijar trabas a la forma cómo se negocian y valoran algunas de estas estructuras es como poner puertas al campo.