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La inflación, una amenaza latente
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José Luis Pérez Estévez

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La inflación, una amenaza latente

A juzgar por los últimos datos, el fantasma de la deflación asola al mundo. En abril, los precios cayeron en Estados Unidos un 0,7%, la mayor merma

A juzgar por los últimos datos, el fantasma de la deflación asola al mundo. En abril, los precios cayeron en Estados Unidos un 0,7%, la mayor merma anual desde 1955. Los precios de la energía, aun contando con el reciente repunte, han descendido un 25,2% en los últimos doce meses. En Europa los datos son muy parecidos. También China se encuentra con crecimiento de precios negativos.

Sin embargo, como ha señalado recientemente Martin Feldstein, miembro del equipo de asesores económicos de Obama, la amenaza real es la inflación. Los inmensos déficits fiscales que se están acumulando por parte de los distintos gobiernos para combatir la recesión terminarán pasando factura. Hay numerosos precedentes históricos sobre la correlación entre déficits fiscales e inflación.

Según Feldstein la subida de precios puede ser contenida si esta no va acompañada por el crecimiento de la masa monetaria. La clave está en que el coste de la vida sube cuando la demanda supera la oferta. El déficit fiscal aumenta la demanda cuando los gobiernos incrementan su compra de bienes y servicios o incitan a los ciudadanos a gastar. Si esto no va acompañado por un aumento del dinero en circulación, el estímulo fiscal hará subir los tipos de interés limitando la subida de los precios.

El peligro con el que nos enfrentamos ahora es que los incentivos fiscales van unidos a fuertes incrementos de la masa monetaria para reactivar la economía. Por ahora esa liquidez está siendo almacenada por los bancos y las familias ante la falta de alternativas consideradas seguras. Pero cuando la situación se empiece a normalizar, ese dinero inundará el sistema causando inflación.

Todo esto se está viendo potenciado por los programas de quantitative easing llevados a cabo por la FED e iniciados recientemente por el BCE. En una recesión severa, la demanda de productos y servicios es mucho menor que la oferta. La situación complicará cuando la economía empiece a recuperarse y las autoridades monetarias tengan que reducir el exceso de liquidez, evitando que el dinero que ha inyectado a los bancos produzca una explosión de dinero y crédito. Feldstein cree que altas probabilidades de que se desate una espiral inflacionaria y le sorprende que los bonos largos no estén reflejando adecuadamente esta amenaza con tipos más altos. Pero ya el 30 años US ha roto el 4%...

A juzgar por los últimos datos, el fantasma de la deflación asola al mundo. En abril, los precios cayeron en Estados Unidos un 0,7%, la mayor merma anual desde 1955. Los precios de la energía, aun contando con el reciente repunte, han descendido un 25,2% en los últimos doce meses. En Europa los datos son muy parecidos. También China se encuentra con crecimiento de precios negativos.