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José Luis Pérez Estévez

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Merkel toma posiciones

“Debemos volver a unos bancos centrales con una política independiente y sensata”, declaraba el martes Angela Merkel. “De otra forma nos podríamos encontrar en diez años

Debemos volver a unos bancos centrales con una política independiente y sensata”, declaraba el martes Angela Merkel.De otra forma nos podríamos encontrar en diez años en una situación como la actual”. El exabrupto ha sido una de las críticas más directas de Alemania a la política monetaria de la Reserva Federal, el BCE y el Banco de Inglaterra. La canciller también acusó al BCE de “doblegarse a la presión internacional” cuando decidió en su última reunión comprar €60,000 millones en cédulas hipotecarias, pese a que uno de los principales beneficiarios de la medida eran los propios bancos alemanes. 

¿Puede el Banco Central Europeo permitirse un enfrentamiento directo con su miembro más importante? Probablemente no. Si así fuera la Unión Monetaria podría tener sus días contados. Alemania no olvida la hiper-inflación de los años 30 por lo que tiene miedo a que un exceso de liquidez sea difícilmente drenable cuando asome la recuperación.

Las palabras de Merkel se pronunciaron cuando Europa hacía público un desempleo en los 16 países de la zona euro del 9,2% en abril, un promedio que pasa por el 7,7% de la propia Alemania y el 18,8% de España. Habrá que ver si Merkel no tiene que cambiar su discurso en los próximos meses según se vayan anunciando las nuevas cifras de paro.

Si la actual aptitud de censura a la expansión monetaria se impone, España y otros países endeudados de Europa (Portugal, Grecia, Irlanda...) tendrán cerrada una posible y útil arma de combate con la que luchar si con el tiempo aparece una deflación destructiva. Si esto ocurre, sólo se podrá atajar con fuertes estímulos fiscales que, en caso de no poder ser financiados por los mercados, deberían ser asumidos por los bancos centrales aunque sea creando dinero y a costa de generar riesgos de inflación a medio plazo. Podría ser peor el remedio que la enfermedad. 

De momento la rigidez europea de mercados laborales privados y sobre todo públicos (los funcionarios son muchos votantes y los pensionistas no digamos) frenará la aparición de deflación salarial (la más importante). Independientemente de la validez de los argumentos esgrimidos por Merkel, una vez más vemos cómo los intereses nacionales priman sobre una política coordinada europea. No debe extrañar cuando estamos a cuatro días escasos de las elecciones europeas.

Debemos volver a unos bancos centrales con una política independiente y sensata”, declaraba el martes Angela Merkel.De otra forma nos podríamos encontrar en diez años en una situación como la actual”. El exabrupto ha sido una de las críticas más directas de Alemania a la política monetaria de la Reserva Federal, el BCE y el Banco de Inglaterra. La canciller también acusó al BCE de “doblegarse a la presión internacional” cuando decidió en su última reunión comprar €60,000 millones en cédulas hipotecarias, pese a que uno de los principales beneficiarios de la medida eran los propios bancos alemanes.