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La próxima frontera: tipos de interés nominales negativos
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Kike Vázquez

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La próxima frontera: tipos de interés nominales negativos

Imaginemos por un momento que cerramos los ojos y aparecemos en un mundo de tipos de interés nominales negativos. ¿Cómo es ese mundo? Pues es un

Imaginemos por un momento que cerramos los ojos y aparecemos en un mundo de tipos de interés nominales negativos. ¿Cómo es ese mundo? Pues es un mundo en el cual cuando vamos al banco a ver cuánto rentan nuestros depósitos ¡nos encontramos con la sorpresa de que tenemos que pagar por tener el dinero allí! Y viceversa, los hipotecados verían como, en lugar de pagar intereses por sus hipotecas, sus hipotecas les pagan intereses a ellos por endeudarse. ¡El mundo al revés! Si bien lo más impactante es que ese mundo ficticio es una posibilidad real en estos momentos.

 

Sorpresa, incredulidad, confusión… es comprensible, la frontera de los tipos de interés nominales negativos es esa que parecía estar cerrada ante cualquier circunstancia, pero los momentos excepcionales requieren medidas excepcionales, y una de las medidas más estudiadas en estos momentos son los tipos negativos. También conocidos como NIRP, negative interest rate policy. Los banqueros centrales de medio mundo parecen pensárselo: Lo hace la Reserva Federal (y 2), lo hace el Banco de Japón ante la insistencia para implementarlos del probable próximo Primer Ministro Shinzo Abe, y lo hace el equipo de Mario Draghi quien en la última reunión del BCE dijo al respecto que:

 

"We are operationally ready, but the discussion didn't go into any depth with respect to this point. We briefly touched upon the complexities that such a measure would involve and possible unintended consequences, but we didn't elaborate any further."

 

Si bien dice que no se ha estudiado en profundidad admiten estar preparados por si fuese necesario y estar analizando las “consecuencias inesperadas” que podría tener dicha medida. En concreto se especula que muy pronto podríamos ver una bajada de los tipos de interés actualmente situados en el 0.75%, a lo que podría seguirle una bajada de los intereses del “deposit facility”. En estos momentos se remunera un 0% depositar dinero en el Banco Central, por lo que de existir una bajada en esta partida daríamos el primer paso al mundo NIRP ya que los bancos comerciales por depositar dinero ¡tendrían que pagar en lugar de cobrar!

 

¿Cómo afectaría eso al sistema monetario y financiero? La respuesta es desconocida, puesto que el mundo NIRP es un mundo inexplorado y como dice Draghi no sabemos realmente las consecuencias que podría tener. No obstante existen hipótesis que hay que tener en cuenta sobre este tema.

 

1.- Aumentar los préstamos a la economía real. Actualmente existen 230 mil millones de euros contabilizados en el “deposit facility” del BCE, que según algunas voces podrían pasar a la economía real si en vez de remunerarse las reservas se cobrase por ellas estableciendo tipos de interés negativos. En teoría si a los bancos comerciales les supone un coste tener el dinero sin uso tenderán a moverlo para sacarle rentabilidad, consiguiendo que las emisiones millonarias del BCE (1 billón a principios de año) pasen en parte a la economía real.

 

¿Suena muy bonito, verdad? Lástima que la hipótesis sea bastante improbable. Y es que quien determina el exceso de reservas existentes en el sistema es el Banco Central, no los bancos comerciales. Por mucho que un banco comercial preste el dinero que tiene en el “deposit facility”, una vez que dicho dinero sale por la puerta entra por otra puerta en algún otro banco y vuelve a su vez a las reservas almacenadas en el BCE. Es decir, las reservas no miden de modo alguno si existen préstamos a la economía real o no.

 

Un ejemplo claro de ello es lo ocurrido en julio cuando el BCE bajó la remuneración de las reservas del 0.25% al 0%, reduciendo en un solo día los depósitos de los bancos comerciales de 808 mil millones de euros a 324 mil millones de euros. Muchos cantaron victoria, “¡Viva! ¡Dinero para la economía real!” La realidad fue, como puede verse en la siguiente gráfica, que simplemente hubo un cambio contable entre lo conocido como “deposit facility” a lo conocido como “current account”, es decir, nos lo cambiamos de bolsillo y todo sigue como  estaba. ¿Por qué? ¡Por las reservas las determina el Banco Central, los bancos comerciales no pueden hacer nada!

 

 

2.- El nivel de deuda es excesivo: Según Chris Lupoli de UBS cuando el crecimiento de las economías es insuficiente para reducir la excesiva carga deudora solo quedan dos soluciones: refinanciar o inflación. Teniendo en cuenta que una espiral inflacionaria podría repercutir en el petróleo y por tanto en el propio crecimiento, llega a la conclusión de que la clave es refinanciar con menores tipos de interés a medida que la carga deudora aumenta, convirtiendo por tanto el “roll-over” en una carrera hacia los tipos nominales cero.

 

¿Problema? Que esto ya ha pasado, en los últimos años ya se ha refinanciado cada vez con tipos más bajos a medida que la deuda aumentaba y ahora hemos topado con los tipos cero. Llegados a este punto el proceso solo puede continuar con tipos de interés nominales negativos. En la gráfica podemos ver el fenómeno de la refinanciación cada vez más barata en EEUU con tipos reales negativos, lo que sumando inflación sería un escenario de tipos nominales cero. ¿Continuará hacia el terreno negativo?

 

 

3.- Consecuencias inesperadas: Si bien seguir reduciendo tipos parece tener sentido ante la magnitud de la deuda, si no se ha hecho hasta el momento por algo será. Hay quien teme que el mercado pueda dejar de funcionar, y es que para los ahorradores tendría más sentido atesorar su dinero de forma física que prestarlo y aun encima perder dinero con la operación. Además no se solucionaría el problema del desapalancamiento incrementando el endeudamiento agregado, todo lo contrario, el problema aparente sería que el sistema no soporta más deuda y por tanto carece de demanda solvente.

 

Hay que decir eso sí, que prescindir del sistema bancario y atesorar el dinero puede resultar una opción para los particulares, pero no lo es para los altos patrimonios, no lo es para los gobiernos, no lo es para las grandes empresas… Además ya se han realizado experimentos con pequeños tipos nominales negativos en el depósito del Banco Central de Dinamarca, o en el del Banco Central de Suecia, situaciones distintas pero sin consecuencias “catastróficas”. A tener en cuenta también que la banca suiza cobra por sus depósitos, o que algunos países “core” como Alemania venden bonos con rendimientos negativos.

 

Parece que la tendencia natural de la economía actual es entrar en NIRP, si bien las consecuencias siguen siendo desconocidas  y nadie se atreve a dar el paso. Lo que queda claro es que si esto llega a pasar no será para ayudar a que fluya el crédito, aunque sí sería una trasferencia importante de riqueza de acreedores a deudores lo que podría ser una de las soluciones al problema que vivimos. En cualquier caso todo esto son hipótesis surgidas de cerrar los ojos y pensar en ese mundo de tipos de interés negativos, quizá cuando los abramos estemos ahí… o quizá no. Nadie sabe si la frontera será franqueada.

Imaginemos por un momento que cerramos los ojos y aparecemos en un mundo de tipos de interés nominales negativos. ¿Cómo es ese mundo? Pues es un mundo en el cual cuando vamos al banco a ver cuánto rentan nuestros depósitos ¡nos encontramos con la sorpresa de que tenemos que pagar por tener el dinero allí! Y viceversa, los hipotecados verían como, en lugar de pagar intereses por sus hipotecas, sus hipotecas les pagan intereses a ellos por endeudarse. ¡El mundo al revés! Si bien lo más impactante es que ese mundo ficticio es una posibilidad real en estos momentos.