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El nuevo patrón no es el dólar, es blockchain
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Kike Vázquez

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El nuevo patrón no es el dólar, es blockchain

Aunque bitcoin no llegue al gran público, su tecnología subyacente, el blockchain, sí tiene todos los ingredientes para conseguirlo. Pondrá patas arriba los medios de pago, y más

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Recuerdo que en 2011 incluso el Banco Mundial hablaba de un futuro sin ‘patrón dólar’. “Un nuevo orden está surgiendo” decían. “En 2025 lo más probable es un patrón euro – dólar – renminbi” vaticinaban. Lo cierto es que el patrón dólar está muy vivo, y los elementos que se exponían favorables al cambio no tienen el peso de antaño (¿auge de los emergentes, en serio?). Sin embargo sí está surgiendo una nueva tendencia que tiene todos los ingredientes para cambiarlo todo: nuestro dinero, nuestros medios de pago… e incluso la forma en la que hacemos negocios.

La próxima histeria colectiva que está por venir se llama blockchain, y si no se han puesto al día recomiendo hacerlo ya porque sus posibilidades son tantas que cuesta abarcarlas. Pongámonos en antecedentes, ¿de dónde procede esta nueva tecnología? ¿Por qué hace palpitar el corazón de los banqueros? ¿Por qué puede ser tan disruptivo? Estas son algunas de las preguntas que contestaremos.

Como muchos sabrán blockchain es la tecnología que subyace y da vida a la criptomoneda digital bitcoin. Aquí traté el tema en 2013 para quien quiera saber algo más de bitcoin. Unos miraron el dedo, la divisa, y ahora nos enteramos que lo importante era la luna que estaba señalando, su tecnología. Tras unos años de pruebas hemos comprobado que el algoritmo es bastante sólido, el funcionamiento de la divisa... no tanto.

Y es que las promesas de ser segura, independiente, global, digital, autónoma, limitada y democrática se han quedado a medias. Hoy por hoy son las mineras chinas quienes manejan más del 50% de los bitcoins existentes, provocando que, tras esa aparente independiente y democrática moneda se esconda una concentración de poder incluso mayor que en el mundo real actual. Ya que es el 50,1% de la red lo que determina que es correcto o no, que unas pocas mineras opacas dominen bitcoin no es algo muy halagüeño (en un caso extremo podrían quedarse con todo). De hecho ‘minar’ se ha convertido en una profesión en el país asiático, contando con una especie de fábricas aisladas para tal menester.

Pagos domésticos, pagos internacionales, contratos, registros de verificación, cualquier tipo de transacción es disruptible con aplicaciones basadas en blockchain

Eso sin tener en cuenta los fraudes que se han conocido (no exentos tampoco en el mundo real, cierto). O que algunas de las voces más influyentes del sector alerten de las limitaciones artificiales existentes en el funcionamiento de la plataforma actual. De forma muy resumida el problema parece estar en que los bloques están actualmente limitados a 1 megabyte, ocasionando una gran lentitud en el sistema (el tiempo medio de ejecución es de varios minutos… pudiendo llegar a horas, ya que el sistema solo consigue gestionar 3-7 órdenes por segundo por las 56.000 de Visa). La solución propuesta son las comisiones, desincentivando el uso en ciertos momentos, pudiendo llegar a ser superiores a las existentes actualmente por vías tradicionales.

Los actuales ‘jefes tácitos’ del sistema no quieren cambiar su funcionamiento pues podría suponer que ellos perdiesen su control (argumentan que es para que las grandes corporaciones y gobiernos no se hagan con el dominio, si bien, la concentración actual deja mucho que desear). En la práctica esto supone que, tal y como funciona actualmente, bitcoin nunca podrá llegar a las masas ni ser una alternativa: una plataforma de pagos no puede tardar minutos u horas en responder, ni cobrar comisiones aleatorias.

Sin embargo, la tecnología subyacente, blockchain, el sistema de bloques por el cual se verifican las transacciones en bitcoin de forma descentralizada, sí ha demostrado ser fiable y ha abierto un sinfín de posibilidades. Es así como en los últimos meses, y especialmente en las últimas semanas, estamos leyendo titulares como estos: 'Santander becomes first UK bank to introduce blockchain technology for international payments with the launch of a new app' o 'Visa eyes new link in blockchain payments'. Podríamos poner decenas de ejemplos, porque lo cierto es que prácticamente todos los bancos punteros, y gran parte del sistema financiero en su conjunto, están trabajando en mayor o menor medida con proyectos blockchain.

¿El principal motivo? Se estima que la adopción podría suponer un ahorro de 20 mil millones de euros cada año en 2022. El actual sistema centralizado SWIFT, además de caro, y sembrar dudas (menores) en los últimos meses, no es eficiente en algunas tareas, por ejemplo transferencias internacionales. Incluso menos eficiente que Bitcoin. Además existe otro importante motivo: si no lo haces tú, otros vendrán a quitarte el negocio. Si la banca no da el paso, serán otros. Lo que motiva al sistema financiero a ponerse las pilas ahora que aún no existe una estandarización y puede ganar la batalla en una tecnología con tantas posibilidades.

Y es que están surgiendo empresas basadas en blockchain que pueden revolucionarlo todo. Ripple, la empresa en la que ha invertido Santander, promete pagos seguros y rápidos, incluso a miles de kilómetros. Por el momento no instantáneos, pero todo se andará. De ahí que la propia empresa de tarjetas de San Francisco, Visa, esté a su vez invirtiendo fuertemente en la nueva tecnología (al igual que SWIFT). ¿Se imaginan realizar una transferencia a Hong Kong de forma inmediata y barata? ¿Se imagina comprar en su tienda retail favorita en su divisa digital preferida en cuestión de segundos? Pues esto es solo el principio.

Los actuales ‘jefes tácitos’ del sistema no quieren cambiar su funcionamiento pues podría suponer que ellos perdiesen su control

Iniciativas como Ethereum no piensan en crear una divisa, sino una plataforma global. Algo así como un lenguaje que cualquiera puede usar para implementar aplicaciones para blockchain, y no solo de medios de pago, sino para cualquier proceso que requiera de una verificación barata. ¿Alguien se imagina un sistema de copyright en blockchain? ¿Registros de la propiedad? ¿O tal vez un sistema de votación veraz y mucho más barato que el actual para elegir a nuestros políticos?

En cualquier lugar que se requiera una fuente de verificación barata blockchain puede funcionar, no solo en las divisas. De ahí que podemos estar ante algo tan importante para el futuro como lo fue en su momento la Apple Store o el Android Market. No se trata solo de lo que actualmente podemos hacer, se trata de que pronto podremos ver aplicaciones muy imaginativas a problemas actuales que cambiarán la forma en la que operamos, como así lo han hecho las 'apps' para móviles. Por ejemplo existen ‘smart contracts’ en donde se registra un contrato con sus cláusulas y se produce automáticamente su posterior ejecución una vez ocurrido el evento acordado. Esto es, un ahorro de costes legales y burocráticos colosal. Existen también iniciativas para revolucionar los documentos de comercio internacional. Entre otras. Y solo estamos empezando.

Pagos domésticos, pagos internacionales, contratos, registros de verificación, cualquier tipo de transacción o verificación es disruptible con aplicaciones basadas en blockchain. Por supuesto que habrá inconvenientes, como lo es la fragmentación, la regulación, que la complejidad sea excesiva… y otros menos evidentes como la posibilidad de cambiar el funcionamiento de los propios bancos centrales (y es que si surgen nuevas divisas realmente útiles para la población, ¿cómo se controlará la masa monetaria? ¿Cómo se controlará la inflación o deflación?). A pesar de los inconvenientes e incógnitas, las ventajas son tantas y, con tanto potencial, que estamos sin duda ante una realidad presente. Y ante una disrupción futura en facetas que ni siquiera nos imaginamos. El nuevo patrón es blockchain.

Recuerdo que en 2011 incluso el Banco Mundial hablaba de un futuro sin ‘patrón dólar’. “Un nuevo orden está surgiendo” decían. “En 2025 lo más probable es un patrón euro – dólar – renminbi” vaticinaban. Lo cierto es que el patrón dólar está muy vivo, y los elementos que se exponían favorables al cambio no tienen el peso de antaño (¿auge de los emergentes, en serio?). Sin embargo sí está surgiendo una nueva tendencia que tiene todos los ingredientes para cambiarlo todo: nuestro dinero, nuestros medios de pago… e incluso la forma en la que hacemos negocios.

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