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Enrique Roca

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Enseñanzas del gestor Keynes

Aunque la mayoría conocemos John Maynard Keynes por ser uno de los economistas más influyentes del siglo XX, pocos saben que fue un exitoso inversor en

Aunque la mayoría conocemos John Maynard Keynes por ser uno de los economistas más influyentes del siglo XX, pocos saben que fue un exitoso inversor en los mercados financieros. Al margen del debate macroeconómico, Keynes también desarrolló una faceta como inversor por su cargo de administrador/tesorero del King’s College. Un detallado estudio realizado por David Chambers y Elroy Dimson, de la universidad de Cambridge y de la London Business School respectivamente, arroja luz acerca de los resultados que obtuvo Keynes administrando el patrimonio del King’s College, una de las instituciones educativas más ricas, entonces y ahora, del Reino Unido. Las citas a esta faceta de Keynes como inversor son frecuentes en los más exitosos inversores actuales.

Todos nos equivocamos, pero pocos aprenden de los errores

Keynes desarrolló sus estrategias de inversión con la parte de los fondos sobre los que podía disponer libremente entre1924 y 1946. Dicho período no estuvo precisamente exento de tensiones económicas y políticas, que influyeron en los rendimientos obtenidos por Keynes, (el Crack del 29, la posterior Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial). Lo primero que hay que resaltar en los resultados obtenidos es que, aunque en la primera fase no fueron buenos, logró mantener la confianza de los patronos para invertir libremente. Sus jefes, en contra de lo habitual, parecían no estar obsesionados por el corto plazo y conocían la materia prima necesaria para rentabilizar sus inversiones (un gestor con capacidad de aprendizaje).

Datos: rentabilidades obtenidas en comparación a otros famosos inversores

Aún con todo lo anterior, los estudios muestran una rentabilidad por encima de la obtenida por los mejores inversores de todos los tiempos. Keynes logró una rentabilidad acumulada de un 1675% en esos 22 años, mientras que el índice sobre acciones en Reino de Unido 'tan solo' acumuló un 424%.

Para evaluar su destreza podemos comparar su gestión con la de otras instituciones como los fondos de Yale, administrados por David Swensen, que ha modificado en las últimas décadas el mundo de la inversión a largo plazo. Swensen ha basado en inversiones alternativas con una liquidez escasa, tales como bosques, propiedades inmobiliarias, los hedge funds o capital privado que ha dirigido. Esta gestión, durante dos décadas, arroja una rentabilidad anual del 14,2% frente a un crecimiento anual de las acciones del 8,7%, mientras que la de Keynes, en el mismo período, es del 15,2% frente a un 8,1% de crecimiento de las acciones. 

Situándolo frente a Warren Buffet y su principal vehículo de inversión, Berkshire Hathaway, las rentabilidades de Keynes son similares a las obtenidas por el oráculo de Omaha.

Algunas notas del método de Keynes y su apuesta contrarian

Keynes reconoce el potencial de una clase de activo cuando nadie quiere invertir en él. ¿Nos suena eso de comprar al  ruido de los cañones? El aterrizaje de Keynes en el mundo de las acciones surgió cuando estudió la prima de riesgo, comparando la rentabilidad de los bonos con las acciones. Abre su mente al mundo de las acciones, ya sean nacionales o extranjeras, cuando nadie quiere oír hablar de él.

Encontramos en Keynes dos métodos de inversión bien diferenciados a raíz del Crack del 29. Antes del crash bursátil utilizaba, como persona joven y autoconfiada, una estrategia macro o top-down que le hizo perder, ya que no le permitió anticipar la caída de la bolsa para pasar a bottom-up, convirtiéndose en un stockpicker al que no le importa invertir en empresas medianas, en sectores de futuro y, si bien mantiene la importancia del dividendo, no le importa invertir en acciones que no lo pagan. Adopta, pues, una filosofía cercana al value investing, ya que para él el método correcto de inversión consistía en posicionarse sólo en aquellas empresas que se conocen bien y se confía enteramente en como son gestionadas.

Como stockpicker suele adoptar una posición contrarían, con miras en el largo plazo y sin seguir la tendencia. Critica que los profesionales del negocio se dediquen más en intentar determinar que harán las acciones mañana que en evaluar los negocios y empresas.

Keynes escribe en una carta al presidente de una compañía de seguros en 1934 en la que le confiesa que, a medida que pasaba el tiempo y ganaba experiencia, estaba más convencido en que el método correcto de inversión consistía en posicionarse sólo en aquellas empresas que se conocen bien y se confía enteramente en cómo son gestionadas.

En su última fase encontramos los requisitos de los brillantes gestores: humildad, edad, educación, intelecto, redes de contacto con las empresas, olvido del corto plazo, paciencia ,etc.

¿Dónde invertiría Keynes en el Ibex?

Para mí la habilidad y flexibilidad de Keynes me ha hecho cambiar la cartera de Ibex recientemente desde un enfoque top-dowm en los valores de mayor peso en el selectivo, buscando un rebote que ya se ha producido por la inundación de liquidez a un enfoque más defensivo bottom up, donde predominan valoraciones baratas pero, principalmente, visibilidad de resultados.

No olvidemos aquello que a largo plazo todos calvos y que el mercado puede permanecer irracional más tiempo que tu bolsillo aguantar una perdida. La influencia de la psicología y del comportamiento humano en las cotizaciones bursátiles es innegable, así que es necesario separar el trigo de la paja y el mencionado estudio nos puede dar algunas pistas.

Aunque la mayoría conocemos John Maynard Keynes por ser uno de los economistas más influyentes del siglo XX, pocos saben que fue un exitoso inversor en los mercados financieros. Al margen del debate macroeconómico, Keynes también desarrolló una faceta como inversor por su cargo de administrador/tesorero del King’s College. Un detallado estudio realizado por David Chambers y Elroy Dimson, de la universidad de Cambridge y de la London Business School respectivamente, arroja luz acerca de los resultados que obtuvo Keynes administrando el patrimonio del King’s College, una de las instituciones educativas más ricas, entonces y ahora, del Reino Unido. Las citas a esta faceta de Keynes como inversor son frecuentes en los más exitosos inversores actuales.