Es noticia
Nuevos cambios en Basilea III
  1. Mercados
  2. Pon tu talento a trabajar
Enrique Benito

Pon tu talento a trabajar

Por

Nuevos cambios en Basilea III

“Bancos, aquí está vuestro nuevo régimen de liquidez. Ahora dejad de culparnos. Con amor, Basilea” Así titulaba el Financial Times su blog FT Alphaville tras conocerse

“Bancos, aquí está vuestro nuevo régimen de liquidez. Ahora dejad de culparnos. Con amor, Basilea” Así titulaba el Financial Times su blog FT Alphaville tras conocerse los detalles del nuevo Ratio de Cobertura de Liquidez o LCR, y que exige que los bancos mantengan liquidez para sobrevivir a una prueba de stress de 30 días de duración.

Sin entrar en detalles de la mecánica de la ratio, la pregunta obvia es qué se entiende por activos líquidos. Originalmente, éstos comprendían básicamente bonos soberanos, caja y reservas en el banco central. Sin embargo, la nueva definición permitirá mantener hasta un 15% en acciones, titulizaciones hipotecarias, y bonos corporativos con grado de inversión (con calificación BBB- o superior). Todos ellos sujetos a recortes en su valoración.

La decisión fue tomada por el GHOS, organismo compuesto por gobernadores de bancos centrales,  y ha provocado duras criticas a los reguladores de haber sucumbido a los lobbies bancarios. 

Tres argumentos principales se han utilizado como justificación de los cambios.

Primero, el hecho de que no hay suficientes activos líquidos, a nivel global, para satisfacer los requerimientos basados en la definición original.

Segundo, que un peso excesivo de la deuda soberana en los balances bancarios puede producir riesgos de concentración y crédito.

Tercero, que un requerimiento demasiado oneroso pudiera provocar que los bancos retengan activos líquidos, en lugar de utilizar esa financiación para proveer préstamos, efecto que se conoce como liquidity hoarding.

La primera y segunda razón están claramente relacionadas. El concepto de activo seguro es subjetivo y la experiencia griega y su contagio a otros países de la Eurozona demostraron que la deuda soberana no esta exenta de riesgos. Si la deuda de un determinado país se considera arriesgada, la cantidad de activos seguros se reduce, dando menos margen a las instituciones para gestionar sus carteras y cumplir con el ratio de cobertura.

El problema no es banal dado las cifras que se barajan. Algunas estimaciones consideran que hacen falta unos 2,2 billones de dólares adicionales de activos líquidos -en su mayoría deuda pública- para cumplir con la ratio, como muestra el gráfico que publicó el FMI en su Informe de Estabilidad Financiera.

Como alternativa, los bancos también pueden cambiar la composición de su balance de forma que la prueba de estrés tenga un menor impacto, requiriendo menos activos líquidos. De hecho, el GHOS también ha decidido suavizar los requerimientos modificando los coeficientes que determinan como la financiación y el crédito varían durante el periodo de estrés.

La tercera razón, el hecho de que la nueva regulación pueda provocar que los bancos reduzcan el crédito, es probablemente la más contenciosa. En este sentido, además de modificar la definición de activos líquidos, el GHOS ha acodado una implementación gradual desde 2015 a 2019, comenzando por un 60% del requerimiento total.

En este mismo espacio, ya mencioné la necesidad de un reajuste de los requerimientos regulatorios y de una gestión activa de los calendarios de implementación con el objetivo de que los bancos aumenten el crédito, permitiendo una recuperación más rápida.

Sin embargo, un cambio de la definición de liquidez aumenta la complejidad de la ratio y puede provocar más de un quebradero de cabeza a los supervisores, que tendrán que vigilar activamente las carteras y la liquidez de los activos que contienen. Tampoco se pueden descartar efectos procíclicos que podrían afectar al crédito en crisis futuras. Investigaciones recientes publicadas en el Journal of Financial Economics, o American Economic Review, entre otras, muestran que la financiación bancaria se reduce en menor medida en bancos con una proporción mayor de activos líquidos en cartera, en tiempos de crisis. Entonces, ¿era realmente necesario redefinir liquidez?

Con amor, Basilea.

“Bancos, aquí está vuestro nuevo régimen de liquidez. Ahora dejad de culparnos. Con amor, Basilea” Así titulaba el Financial Times su blog FT Alphaville tras conocerse los detalles del nuevo Ratio de Cobertura de Liquidez o LCR, y que exige que los bancos mantengan liquidez para sobrevivir a una prueba de stress de 30 días de duración.