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El Banco de Inglaterra y la nueva política monetaria de Carney
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Enrique Benito

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El Banco de Inglaterra y la nueva política monetaria de Carney

Varios medios británicos se han hecho eco del reciente discurso de Mark Carney en el Foro Económico Mundial en Davos. Carney, que es en la actualidad gobernador

Varios medios británicos se han hecho eco del reciente discurso de Mark Carney en el Foro Económico Mundial en Davos. Carney, que es en la actualidad gobernador del Banco de Canadá, pasará a gobernar el Banco de Inglaterra en Julio, en sustitución de Mervyn King, acusado de ser demasiado blando con las medidas tomadas para salir de la crisis. Se esperaba que el Reino Unido entrara de nuevo en crecimiento negativo en el último trimestre del año pasado y son varias las voces que han estado reclamando medidas más radicales.

Pero todo indica que Carney no seguirá la senda de King. Sus recientes intervenciones muestran a un partidario de medidas más agresivas, más quantitative easing y tipos bajos por más tiempo. Todo ello a pesar de los 375 mil millones de libras que ya se han inyectado y un tipo de referencia que lleva ya cuatro años en el 0,5%.

Pero no solo eso. Carney dejó claro en una de sus últimas comparecencias que es necesario un debate sobre los actuales objetivos de inflación del Banco de Inglaterra, y la necesidad de flexibilizarlos.

Pero, ¿qué persigue exactamente Carney?

Bajo los objetivos de inflación ó estabilidad de precios, los bancos centrales fijan un nivel estimado del índice, y las medidas que se adoptan intentan asegurar que éste se cumple. Dada la relación inversa entre tipos de interés e inflación, se asegura que las decisiones adoptadas sean relativamente transparentes.

El BCE por ejemplo, tiene un mandato de mantener la estabilidad de precios en la Eurozona manteniendo una inflación cercana al 2%. El Banco de Inglaterra también tiene un objetivo de inflación del 2%. La Reserva Federal, sin embargo, tiene objetivos tanto de estabilidad de precios como crecimiento económico. Estos últimos no tienen que estar marcados por niveles de PIB únicamente, y por tanto resultan en un mayor margen de maniobra. Por ejemplo, recientemente la Fed indico un compromiso claro a mantener el actual estimulo monetario hasta que el desempleo se reduzca al 6,5%.

Carney defiende que el Banco de Inglaterra tenga un objetivo de inflación más flexible, pudiendo desviarse del objetivo de precios para centrarse en otros objetivos intermedios. Seria una solución menos ortodoxa sin llegar a los extremos de la Fed. Pero ésta es una posición suavizada si la comparamos con sus intervenciones el pasado Diciembre, justo después del anuncio de su nombramiento, cuando defendió la completa eliminación de los objetivos de inflación, y un mandato basado en objetivos nominales del PIB.

Un cambio de política podría argumentarse si el Banco de Inglaterra hubiera implementado medidas basadas en el objetivo de inflación del 2%, de acuerdo con su mandato. Pero como señalaba Jeremy Warner recientemente, (The Telegraph, "Things are looking up even without Mark Carney", 27-12-2012), es difícil justificar la actuación del Banco de Inglaterra con los niveles de precios observados, muy por encima del objetivo durante años

Como se observa en el siguiente grafico, publicado en el informe de inflación de Febrero, se han producido desviaciones claras del objetivo del 2% desde principios de la crisis, con signos de convergencia en 2009 y 2012. Entre Marzo de 2009, el tipo de referencia se redujo al 0,5%, y las compras de activos del  QE se acordaron entre Marzo y Noviembre de 2009 (200 mil millones), Octubre de 2011 (75mm), y Febrero de 2012 (50mm). Durante el mismo periodo la economía mostró un potencial de crecimiento muy limitado. 

 

Recientemente acudí a una conferencia donde Charles Goodhart mencionaba que antiguamente, la expansión del balance del Banco de Inglaterra tenia un impacto en los flujos de dinero entre un 100% y 200%, mientras que en la actualidad se están observando niveles entre un 3% and 5%. Y ese es el verdadero problema, que los esfuerzos de expansión se han vuelto ineficientes y que el crédito no fluye correctamente, como ya he comentado en este espacio en varias ocasiones. Nadie puede garantizar que el abandono de los objetivos de inflación o su flexibilización provocarían ningún cambio bajo estas condiciones. 

¿Qué otro recurso queda? Ajustes estructurales, regulatorios y mejora de la competitividad. Quizás el gobernador Carney reconsidere su postura nuevamente en los próximos meses.

Varios medios británicos se han hecho eco del reciente discurso de Mark Carney en el Foro Económico Mundial en Davos. Carney, que es en la actualidad gobernador del Banco de Canadá, pasará a gobernar el Banco de Inglaterra en Julio, en sustitución de Mervyn King, acusado de ser demasiado blando con las medidas tomadas para salir de la crisis. Se esperaba que el Reino Unido entrara de nuevo en crecimiento negativo en el último trimestre del año pasado y son varias las voces que han estado reclamando medidas más radicales.