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Enrique Benito

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¿Cómo le damos fuelle a las pymes?

No es frecuente ver a una pyme española protagonizando artículos en el Financial Times. Hace unas semanas sucedió con Teldat, fabricante de routers con base en

No es frecuente ver a una pyme española protagonizando artículos en el Financial Times. Hace unas semanas sucedió con Teldat, fabricante de routers con base en el Parque Tecnológico de Madrid. En la columna, su gerente, Agustín Muñoz, destacaba como los prestamistas se han vuelto más conservadores, y las condiciones de crédito, leoninas (FT, “Eurozone SMEs struggle to access Finance”, 01-04-2013).    

Los últimos resultados de la encuesta que el BCE publica sobre la financiación de las pymes han vuelto a dejar claro el progresivo deterioro de la disponibilidad de crédito en la Eurozona (-10% en términos netos entre Octubre y Marzo), pero resulta mas relevante la fragmentación que se esta produciendo tanto en términos de disponibilidad, como necesidad de crédito.

Por un lado, las pymes de los países en la primera división –alemanas, austriacas, holandesas– han visto reducidas sus necesidades de financiación y mejorada su posición líquida. Las de los países periféricos están, por el contrario, sufriendo la sequia de crédito, y especialmente las españolas e italianas, afectadas por las duras condiciones contractuales, los altos precios, y la falta de liquidez interna derivada de impagos de clientes, incluyendo las Administraciones Públicas, y la situación económica general.

Este efecto no resulta sorprendente dada la elevada dependencia del sector bancario como proveedor de financiación. Los bancos no están por la labor de conceder créditos –con condiciones que resulten aceptables–, lo cual no sorprende en absoluto dada la elevada morosidad y caída de sus márgenes, junto con el uso de fondos para el acuciante repago de las operaciones de refinanciación del BCE, y el efecto crowding out derivado de la compra de deuda pública y financiación a las Administraciones Publicas –en  el libro ‘Nosotros los mercados’, Daniel Lacalle lo explica estupendamente, así que no me extenderé aquí–. También hemos comentado en anteriores artículos el impacto de los mayores requerimientos de capital y el desapalancamiento, en la concesión de préstamos.

A pesar de la política monetaria expansiva del BCE, los costes de financiación se han disparado. Los mayores aumentos en el coste del crédito, y en la solicitud de garantías, se produjeron en España (66% y 51% respectivamente en términos netos). El diferencial entre tipos de préstamos a grandes corporaciones y a pymes (separados por la línea divisoria del millón de Euros) esta disparado, como muestra el siguiente gráfico.

 Crédito a las pymes, sí... pero al 10%’, 04-05-2013).

Las pymes mas afortunadas –las internacionalizadas– podrían acceder a financiación bancaria en otros países a costes más bajos. Esto es lo que ha hecho Teldat, donde la reciente adquisición de un competidor alemán le permitió acceder a financiación más favorable en el país germano.

Si buscamos soluciones menos ortodoxas, el uso potencial del programa de compras de bonos soberanos del BCE –operaciones conocidas como Outright Monetary Transactions y dirigidas especialmente a países periféricos – podría ayudar a disminuir el efecto del crowding out, otorgando un colchón a los bancos para facilitar prestamos a empresas y familias, a pesar de la oposición a su ejecución por parte del Bundesbank.

Algunas voces han propuesto la compra directa de pagarés por parte del BCE. No me parece una solución ni practica ni segura, además de que es prácticamente imposible que Alemania apruebe algo así. Una medida más interesante, y de la que soy partidario, sería la introducción por parte del BCE de un mecanismo similar al Funding for Lending Scheme (FLS) del Banco de Inglaterra. El FLS funciona como una plataforma de financiación bancaria ligada directamente a la cantidad que la entidad presta a sus clientes.

Las entidades participantes pueden pedir prestado hasta el 5% de su cartera de préstamos más el incremento neto durante el periodo de referencia a cambio de determinadas garantías. El precio de la financiación parte de 25 puntos básicos y depende del incremento neto. Contra más se presta, más barata sale la financiación, y al contrario, si la cantidad prestada disminuye con respecto al periodo de referencia, el precio se incrementa y la financiación disponible disminuye proporcionalmente. Los siguientes gráficos muestran este efecto (financiación disponible a la izquierda y precio en puntos básicos a la derecha).

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El BCE podría implementar una versión renovada donde se restringieran los destinatarios de la financiación a pymes y se modificara el régimen de garantías activamente dependiendo del efecto en los países de la periferia.

Tampoco hay que olvidar el necesario ajuste de los requerimientos de capital y liquidez a la realidad económica, como ya hemos comentado en ocasiones anteriores. En definitiva, opciones existen y posiblemente una combinación de las mismas es la que generaría el empuje necesario en el corto plazo -pendiente de, y no sustituyendo, las más que necesarias reformas estructurales–. El coste de dejar todo en una simple bajada de tipos sería mucho mayor.

No es frecuente ver a una pyme española protagonizando artículos en el Financial Times. Hace unas semanas sucedió con Teldat, fabricante de routers con base en el Parque Tecnológico de Madrid. En la columna, su gerente, Agustín Muñoz, destacaba como los prestamistas se han vuelto más conservadores, y las condiciones de crédito, leoninas (FT, “Eurozone SMEs struggle to access Finance”, 01-04-2013).