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Que no le engañen más: volatilidad y VIX para novatos
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Que no le engañen más: volatilidad y VIX para novatos

Quédese con la idea de que un activo que tiene una volatilidad del 16% anual significa, aplicando esas sencillas fórmulas, que su precio puede subir o bajar un 1% al día

Foto: Volatilidad para novatos.
Volatilidad para novatos.

Decía Robert Burton que por nuestra ignorancia no sabemos las cosas necesarias; por error las sabemos mal. Y justo pasa eso con un concepto tan utilizado y difundido como es la volatilidad. Todo el mundo habla de volatilidad, del VIX, de los ETF del VIX e incluso algunos hasta hacen análisis de varios tipos sobre la volatilidad. Y, sin embargo, muchas veces asistimos a verdaderas inconsistencias entre lo que se dice y lo que realmente es.

Por ejemplo, del VIX se dice que es un índice que mide el miedo del mercado, mientras que, realmente, su definición y utilidades van mucho más allá. Este surge como un método para determinar un valor consistente, de la volatilidad implícita, de una serie de opciones negociadas en el CBOE (mercado de Chicago) sobre el S&P500. Sin embargo, no tiene sentido hablarles del VIX si no entendemos antes qué es la volatilidad.

El nivel de dispersión de los valores posibles de un activo determinado, por ejemplo los precios de cierre de Repsol o los valores diarios (NAV) de los fondos de inversión, se mide por la desviación típica. Y esos valores posibles de Repsol (siguiendo con el ejemplo) se corresponden con la volatilidad.

Este concepto de volatilidad sirve para todo tipo de activos. Para fondos de inversión, para acciones, para índices… una vez lo entienda, sabrá interpretar las implicaciones que tiene, para su bolsillo, una volatilidad del 40% o del 5%.

Tomando los precios de cierre de Repsol de la última semana, simplemente calculamos la variación logarítmica de un día a otro y, en excel (desvest), aplicamos la fórmula de la desviación a esos resultados. Nos da, en este ejemplo, una volatilidad diaria del 2,56%. Si multiplicamos por la raíz de 252, sacamos que la volatilidad anual de ese título es de un 40,69%.

Saber que la desviación es del 2,56% nos permite conocer que, desde el punto de probabilidad, en un 68% de los casos, Repsol experimentará variaciones de unos 0,30 euros arriba o abajo al día (11,97 * 2,56%) o, en un 95% de los casos, de 0,61 euros (dos veces las desviación) y, en última instancia, en el 99,7% de los casos, de unos 0,91 euros, arriba o abajo.

Esa es la forma de entender lo que significa que la volatilidad sea un número u otro. Por eso, cuando le dicen que Abengoa tiene una volatilidad diaria del 6% (o del 95% si la anualizamos), vemos cómo lo que se puede perder o ganar es, por tanto, muchísimo más que en el caso explicado de Repsol. Y que un fondo de inversión que obtenga una rentabilidad del 10% anual con una volatilidad del 16% lo ha hecho peor, en términos de riesgo, que uno que obtiene un 6% con una volatilidad del 5%.

Como conclusión, quédese con la idea de que un activo que tiene una volatilidad del 16% anual significa, aplicando esas sencillas fórmulas, que su precio puede subir o bajar un 1% al día. Si un fondo de inversión tiene una volatilidad del 8%, significa, por tanto, que puede experimentar variaciones del 0,5% arriba o abajo. Así, por lo menos, sabrá qué le están vendiendo desde el punto de vista de riesgo.

Si pasamos al VIX, este es un índice que mide la volatilidad implícita de las opciones que se negocian sobre el S&P500. Se toma una amplia gama de precios de opciones y obtenemos un indicador, a 30 días, de esa volatilidad implícita.

Por eso, cuando algún analista utiliza el VIX como herramienta de toma de posiciones, debería antes analizar qué está realmente analizando. Seguro que sacará una relación entre alza del VIX y caída del mercado pero, realmente, el origen no viene de ahí, y si me pongo a analizar las veces que mi bebé llora cada noche (que son muchas…), seguro que también saco una conclusión similar…

Lo que realmente le importa saber, bajo mi punto de vista, es el valor que ese índice toma y la tendencia a corto plazo, sabiendo que, con el tiempo, siempre tiende a la media. Ese dato, ahora que ya sabe qué representa, le dará el nivel de velocidad con el que cambian los precios. Cuando el mercado cae, la velocidad de cambio de precios es mayor que cuando sube. Por eso se dispara la volatilidad y, observando el índice, podrá saber dónde se encuentra. Por ejemplo, fíjese en el alza que se produjo en el índice a finales de agosto de este año. La razón: que las acciones empezaron a caer fuertemente. Y si metemos los precios de cualquier activo en la fórmula de antes, veremos cómo se disparó ese movimiento.

Si lo comparamos con el índice, vemos cómo, en momentos de caídas, el VIX se dispara, pero cuando todo se normaliza, vuelve a su lugar. Sin embargo, no debe dejarse llevar por el error de pensar que el VIX sigue la evolución del índice, pues eso no es correcto. El índice evoluciona de forma independiente de la dirección del subyacente y lo entiende por la forma de calcular que hemos explicado.

Para invertir sobre el futuro del VIX (que no sobre el índice) existen varios ETF. El más conocido y negociado es el VXX, que es un ETF bajista sobre el futuro del VIX. Lo curioso de este ETF es que hay que tener clara la estructura futura de la volatilidad, pues ese activo va rolando, de forma que compra y mantiene los contratos del segundo mes y vende los del primero.

Si el primer mes se vende por menos de lo que se compró, a ese se le llama 'contango' y produce una pérdida de valor con el tiempo en el VXX. Si es al revés, se le llama 'backwardation' y hace que el VXX suba de valor.

El problema es que, en un 80% del tiempo, el VXX está en contango, lo que hace que se pierda valor a lo largo del tiempo. Fíjese en la evolución del ETF:

No le recomiendo invertir en este ETF salvo que sepa muy bien lo que está haciendo, pero mi objetivo hoy era que viese cómo se comporta la volatilidad, el significado del VIX y cómo se puede proteger una cartera de movimientos fuertes de precios.

Espero que, ahora, cuando le digan que un fondo renta un 5% anual con una volatilidad del 36% no lo compre jamás. Y que si le dicen que el nivel X del VIX se ha roto y hay que vender todo, no se lo crea. Y que cuando su gestor le diga que ante los movimientos del mercado no se puede hacer nada, cambie directamente a alguien más profesional. Le toca a usted velar por su dinero.

Buena semana.

Decía Robert Burton que por nuestra ignorancia no sabemos las cosas necesarias; por error las sabemos mal. Y justo pasa eso con un concepto tan utilizado y difundido como es la volatilidad. Todo el mundo habla de volatilidad, del VIX, de los ETF del VIX e incluso algunos hasta hacen análisis de varios tipos sobre la volatilidad. Y, sin embargo, muchas veces asistimos a verdaderas inconsistencias entre lo que se dice y lo que realmente es.

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