Es noticia
Así crucificó la prensa extranjera al autoinmolado Rajoy
  1. Mercados
  2. Valor Añadido
Alberto Artero

Valor Añadido

Por

Así crucificó la prensa extranjera al autoinmolado Rajoy

Se está cumpliendo el guión, paso por paso, sin solución de continuidad. Todos en Europa lo conocen al dedillo. El único que no parece haberse enterado

Se está cumpliendo el guión, paso por paso, sin solución de continuidad. Todos en Europa lo conocen al dedillo. El único que no parece haberse enterado es el gobierno español. Uno, España se ha de esforzar más, por ahí van los tiros del dictamen de la Comisión Europea dado a conocer este miércoles; dos, si lo hace habrá una prórroga en los requisitos temporales de cumplimiento del déficit, al menos un año más para reducirlo al 3% sobre PIB; y tres, provocará también un apoyo subsidiario del BCE,  vía compras en el mercado de deuda o un nuevo LTRO, a un fondo permanente de rescate europeo, ESM, que podría usarse para la recapitalización directa de la banca regional más frágil. Hemos escrito de esto dos veces en los últimos días. Esta es la tercera. Conditionality’ es la palabra. Ahogar para auxiliar, forzar para ayudar. Esta columna no lo defiende. Se limita a describir lo que está pasando ahí fuera. No me prejuzguen. Con cinco hijos, el mayor de 10 años, qué voy a querer yo sino el mejor futuro para España (VA, Siete días críticos, ¡salvad al soldado España!, 20-05-2012 y Así actuará en España en BCE: ahogo, primero; auxilio después, 24-05-2012).

Esa ignorancia de los planes europeos es lo que está dejando con el culo al aire a Mariano Rajoy, que no hace sino quedar en evidencia cada vez que abre la boca. No sé qué pintan sus asesores, muchos de ellos bien conectados a nivel comunitario. Los colaboradores están siempre para decirte lo que no quieres oír. Para lo otro se bastan los aduladores. Al final lo del Financial Times sobre la recapitalización de Bankia, con la sucesiva cadena de desmentidos, no es sino un mensaje interesado del BCE a quien pudiera corresponder, harto ya de globos sonda y apelaciones directas. “Deja ya de dar la brasa con ese tema, lo que tú pides corresponde a la política fiscal y eso escapa de mi competencia. Tus bancos cuentan ya con miles de millones de financiación a coste irrisorio. Ponte las pilas y propón algo creíble a tus acreedores, a mi entre otros…” Vana esperanza de que los nuestros dejen de estrellarse contra el muro de su imposible asistencia, mandato único de inflación y no dual de precios y empleo como la Reserva Federal.

Ah, credibilidad, divino tesoro, con t minúscula. Menuda oportunidad se perdió el lunes de intentar recuperarla. Pocas veces un presidente ha salido a la palestra a tranquilizar a los mercados y se ha encontrado con el pánico como reacción a sus palabras. Justificadamente, I’d dare to say. Frente al realismo, la ensoñación. Contra la consistencia, la contradicción. Por encima del discurso, la agonía del gesto. Una comparecencia como esa hay que prepararla, debe despejar la incertidumbre y generar adhesión. No puede ser percibida como un nuevo intento de tensar la cuerda, de aferrarse al ‘extend and pretend’ que ha caracterizado la gestión de la crisis hasta ahora. ¿Rescate o inyección?, ¿liquidez o solvencia?, ¿Europa o España? Dudas, dudas, dudas… “Se ayudará a Bankia pero no sé cómo instrumentarlo…”. Pero esto, ¿qué es? Un desastre en toda regla. Tanto tiempo esperando y, al final, pa’ qué, ¿pa’ cagal-la?

El martes los centros financieros del mundo entero se desayunaron con un demoledor ‘Spain in Banking Denial’, editorial del WSJ que ahondaba en la incoherencia e incompetencia del jefe del ejecutivo. Con la bolsa en caída libre y la prima por las nubes, era lo que necesitaban los últimos románticos que aún creían en la viabilidad autónoma de España para apretar del botón rojo de ‘sell’ desde Singapur a Nueva York, de Chicago a Hong Kong. Adiós acciones adiós; good bye, sovereign bonds, good bye. Un día después tomaba el relevo el Financial Times, por si aún quedaba algún despistao que no se hubiera enterado de lo sucedido en la City o en el resto de los centros financieros europeos. ¿Su posición editorial? Demoledora, más relevante que cualquier información de portada. Su reflejo irónico de las dudas de Rajoy en el arranque del segundo párrafo es buen ejemplo del (paupérrimo) impacto de sus palabras. Para rematar, el ‘Spain must avoid an Irish turn’ concluía: ‘prometer que no vas a dejar caer banco alguno puede suponer la caída de todo el país’. ¡Zas!, en toda la boca, que dirían ahora los modernos. ‘Sell, sell… sell!’

En contra de lo que pudiera parecer, la crítica en ambos casos no es solo destructiva. Las dos publicaciones se alinean con las tesis más liberales defendidas en España por el Instituto Juan de Mariana: conversión de la deuda a largo plazo de BFA-Bankia en capital de modo que sean acreedores y no contribuyentes, como en cualquier empresa, los que asuman las consecuencias del riesgo aceptado. Canje similar al que la propia banca ha realizado, por ejemplo, en las inmobiliarias deudoras. Un bail-in frente al bail-out del Estado con efectos positivos sobre el modo de solucionar el problema sin afectar a la deuda y al déficit nacionales. Una propuesta implícita en la puya que cierra la pieza del WSJ y explícita en todo el texto de FT. El miedo a sentar un precedente que asuste aún más a la financiación mayorista sectorial es lo único que podría impedir esta vía. Pero supone un mal menor, de verdad, visto lo visto. La dilución no importa, es ya un hecho. Y aplicar haircut no es imprescindible, especialmente teniendo en cuenta la valoración que se aplicaría. 

Aún hay tiempo de rectificar. Solo falta que Marianico se entere. Tampoco es mucho pedir pese a la patulea que le rodea.

Se está cumpliendo el guión, paso por paso, sin solución de continuidad. Todos en Europa lo conocen al dedillo. El único que no parece haberse enterado es el gobierno español. Uno, España se ha de esforzar más, por ahí van los tiros del dictamen de la Comisión Europea dado a conocer este miércoles; dos, si lo hace habrá una prórroga en los requisitos temporales de cumplimiento del déficit, al menos un año más para reducirlo al 3% sobre PIB; y tres, provocará también un apoyo subsidiario del BCE,  vía compras en el mercado de deuda o un nuevo LTRO, a un fondo permanente de rescate europeo, ESM, que podría usarse para la recapitalización directa de la banca regional más frágil. Hemos escrito de esto dos veces en los últimos días. Esta es la tercera. Conditionality’ es la palabra. Ahogar para auxiliar, forzar para ayudar. Esta columna no lo defiende. Se limita a describir lo que está pasando ahí fuera. No me prejuzguen. Con cinco hijos, el mayor de 10 años, qué voy a querer yo sino el mejor futuro para España (VA, Siete días críticos, ¡salvad al soldado España!, 20-05-2012 y Así actuará en España en BCE: ahogo, primero; auxilio después, 24-05-2012).