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El gestor que más pasta captó en 2013 tiene miedo
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Alberto Artero

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El gestor que más pasta captó en 2013 tiene miedo

Una historieta más ligera de lo habitual para concluir la semana.El gestor que más dinero captó en Estados Unidos en 2013 tiene miedo. Miedo a lo

Una historieta más ligera de lo habitual para comenzar la semana.

El gestor que más dinero captó en Estados Unidos en 2013 tiene miedo. Miedo a lo que está sucediendo y, sobre todo, miedo a las consecuencias a largo plazo que se pueden derivar de la situación actual y que, en su opinión, se pueden prolongar durante un siglo. Casi nada.

Michael Aronstein, que así se llama el tipo, es responsable del MainStay Marketfield Fund, long/short equity, de acuerdo con la clasificación de Morningstar, que ha ofrecido una rentabilidad antes de comisiones del 15,30% anual en los últimos cinco años con una volatilidad del 12,36%, para una ratio Sharpe, beneficio por unidad de riesgo, de 2,03. La leche.

Sus credenciales son inmejorables: alpha de 6,83 y una beta –correlación– de0,34 que recoge el 55% de las subidas del S&P500 pero apenas el 20% de las bajadas en los últimos tres años. Su filosofía de inversión es unconstrained, discrecional, pudiendo ponerse corto en un 50% del patrimonio del fondo. Sin embargo, no es hedge, sino alternative mutual, tanto por el régimen de entradas y salidas como por su estructura de comisiones. Una categoría de moda en USA donde ha crecido de 157.600 a 247.600 millones de dólares en menos de un año.

Dicho track record, fruto de 33 años de experiencia en la industria, le ha servido para cuadriplicar su volumen de activos bajo gestión en los últimos 12 meses hasta los 18.000 millones de dólares, 12.600 más sólo de enero a noviembre, convirtiéndole en el líder en nuevas suscripciones ex-ETFs –exchange traded funds– en un mercado tan competitivo como el estadounidense. Que no es moco de pavo.

Pues bien, su predicción es que el mercado de bonos ha entrado en una fase bajista que comenzó hace más de un año caída de sus precios, subida de las rentabilidades que se verá acentuada por un repunte significativo de la inflación, al menos en la primera economía del planeta. Por más que ahora pueda parecer impensable, Arostein hace un back to the basics al recordar que el incremento de precios es siempre un fenómeno monetario y que suele ir asociado a la ‘creación de dinero de la nada’ como, por otra parte, están haciendo los bancos centrales desde el inicio de la crisis. La situación le recuerda a la fiebre del oro que siguió al descubrimiento de América a finales del siglo XV y que trajo 100 años de coste disparado de la vida.

Y es quepara élthis time is NOT different o, lo que es lo mismo, la historia siempre se repite: "Aunque cambie el subyacente, todos los grandes excesos participan de las mismas características. El Nifty50 de principios de los 70, Japón de finales de los 80 o la deuda ahora. (…) La presión en la cotización de determinadas materias primas agrícolas o ganaderas terminará trasladándose al bolsillo del consumidor final. Y, cuando eso ocurra, los bonos y los emergentes, que se han beneficiado del dinero barato, sufrirán. Apostar por firmas con poder de fijación de precio en economías desarrolladas es la mejor salvaguarda", concluye.

¿Pronóstico acertado o errado?

A día de hoy, cuando el debate en Europa se centra sobre si el BCE está haciendo lo suficiente o no para evitar la amenaza deflacionista o gigantes como China ven colapsarse su IPC, su apuesta se vislumbra lejana. La presión sobre la renta disponible y el exceso de endeudamiento de los ciudadanos limita la posibilidad de una inflación de demanda; el exceso de mano de obra y de capacidad productiva en muchas nacionescercena la viabilidad de una severa inflación de oferta, más allá de la que pueda venir por los aprovisionamientos; la virtualización de una buena parte de las transacciones económicas es igualmente desinflacionista; y, por último, el dinero no circula y, mientras su velocidad se mantenga deprimida, resulta imposible creerse la llegada de una hiperinflación. La banca no está todavía como para hacer que la misión de agente entre ahorro e inversión que tiene encomendada se cumpla.

¿Entonces? Ser escéptico es gratis, por lo que me apunto a ese club ante lo que afirma Aronstein. Pero con ese CV y su trayectoria anterior, seguro que el que está equivocado soy yo.

Buena semana a todos.

Una historieta más ligera de lo habitual para comenzar la semana.

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