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España, de nuevo, cabeza de turco en las presidenciales
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José Antonio Gurpegui

Crónicas del Imperio

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España, de nuevo, cabeza de turco en las presidenciales

 El pasado miércoles el divertido Jay Leno tuvo un invitado especial en su programa de la NBC, The Tonight Show, ni más ni menos que al presidente

 

El pasado miércoles el divertido Jay Leno tuvo un invitado especial en su programa de la NBC, The Tonight Show, ni más ni menos que al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. No es la primera vez que Obama acude a este popularísimo espacio televisivo con unas cifras de audiencia comparables a las del mítico Larry King. La diferencia con el añorado programa de King es que Jay Leno realiza las entrevistas en clave de humor y con un estilo que en España tuvo en Buenafuente a su más genuino exponente. Y fue en este ambiente distendido, a propósito de una pregunta sobre la crisis financiera europea, cuando España volvió a mencionarse como negativo referente en la actual campaña presidencial.

Antonio Casado, en su excelente columna del pasado viernes, El injusto golpe de Obama a la imagen de España, reclamaba una decidida respuesta del gobierno español y aportaba datos concluyentes sobre la arbitrariedad que había supuesto la referida mención. Las palabras de Obama fueron: “Europa tiene problemas hace tiempo; en parte porque no respondió tan rápido como lo hicimos nosotros en solucionar los problemas financieros cuando la crisis golpeó… y ahora te encuentras con países como España, a quienes les estalló la burbuja inmobiliaria, pero ante lo que no respondieron tan rápido como podían y comenzaron a tener problemas para conseguir préstamos…”.

Llovía sobre mojado pues, como bien recordamos, el candidato Mitt Romney, durante el primer cara a cara electoral en Denver, también se había referido a España como un país con un elevado porcentaje de su carga impositiva -42%- dedicada a gastos gubernamentales y al que no quería que se parecieran los Estados Unidos.

Las referencias a España no resultan casuales y encuentran su anclaje en el meollo mismo de la campaña electoral: la economía. La delicada situación económica española viene ocupando buena parte de las secciones económicas en los medios de comunicación norteamericanos. Algo similar, en definitiva, al inusitado interés mostrado por sus homónimos españoles respecto a la evolución de la deuda griega y los acontecimientos sociales de ella derivados. Si en España incluso los más desinformados están al tanto de los problemas griegos, en los Estados Unidos ocurre algo similar respecto a nuestra crisis; la semana pasada el taxista tunecino que me llevó desde el aeropuerto de Houston al hotel se solidarizó conmigo lamentando la situación económica que vive España cuando mencioné mi nacionalidad. Se trata, por tanto, de un tema de fácil calado social que Mitt Romney en su astuta comparecencia en el primero de los tres debates supo utilizar convenientemente. El ataque a España no era gratuito, sino que España, por mor de los porcentajes impositivos, fue utilizada como cabeza de turco para cuestionar y criticar los gastos gubernamentales del gobierno Obama.

En la entrevista del pasado miércoles Obama utilizó un recurso similar al mencionar los problemas financieros de España, y en este caso con un doble propósito. Por una parte contestaba a Romney reafirmando que él tampoco quería unos Estados Unidos siguiendo una deriva similar a la española; no en vano los dos pilares de la crisis económica española –inmobiliario y financiero- son idénticos a los que iniciaron la crisis en Estados Unidos como consecuencia de las “sub-primes” hipotecarias y la posterior crisis de Lehman Brothers. Eso sí, la gran diferencia entre Estados Unidos y España, para Obama, es que ellos habían reaccionado a tiempo, en tanto que nosotros no habíamos logrado entender en su momento -2008- el verdadero calado de la crisis. Pero además la referencia de Obama vuelve a situar a España como cabeza de turco en sus críticas al manejo de la crisis que se ha hecho en Europa y que pueden costarle la presidencia.

Desde hace meses era de sobra conocido que la situación económica sería el auténtico caballo de batalla en estas elecciones. Contaba Obama con una inminente recuperación económica en Europa que se dejaría sentir rápidamente en la norteamericana. En su comparecencia en la Casa Blanca del 8 de junio pasado el presidente reconocía que “si hay una menor demanda de nuestros productos en lugares como París o Madrid, significa que hay menos negocio para las manufacturas en lugares como Pittsburgh o Milwaukee… Las decisiones que se deben tomar son duras, pero Europa tiene la capacidad de tomarlas”. Veinticuatro horas más tarde el gobierno español confirmaba el rescate bancario.

Pero la recuperación económica europea que esperaba no ha llegado a tiempo y, si finalmente no logra la victoria el próximo 6 de noviembre, tal vez sea en Europa, parece asumir Obama, donde se encuentren las causas. España, en definitiva, era el ejemplo de la desafortunada actuación europea en el manejo de la crisis, pero el verdadero problema tal como señaló era Europa. Y ese era el sentido de su respuesta, que pretendía reforzar cuando Jay Leno (18´ 30”) le interrumpió. Cosas de los presentadores estrella.