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La semana en la que se destrozó la imagen exterior de España
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Aurora Mínguez

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Aurora Mínguez

La semana en la que se destrozó la imagen exterior de España

En estos siete últimos días  España ha perdido en buena medida su imagen de fiabilidad y de solidez política en Europa. Hemos sido, muy a nuestro

En estos siete últimos días  España ha perdido en buena medida su imagen de fiabilidad y de solidez política en Europa. Hemos sido, muy a nuestro pesar, protagonistas indiscutibles de los informativos de toda la Unión, presentados como un país egoísta que está poniendo en peligro -por un orgullo mal entendido- la estabilidad de este Club que es más que nunca de dos velocidades o de Primera y Segunda División: el de los que tienen presupuestos y balances contrastados y dignos de confianza, y el de los que tienen que acudir a consultoras externas y al Fondo Monetario para que les digan exactamente cuánto de podridos están sus bancos y su sistema financiero en general, con unas cifras oficiales de déficit de las que nadie se puede fiar al cien por cien.

Nunca como hasta ahora ha caído la imagen de España en un país tan fundamental como es Alemania. La prensa económica no ha tenido ningún reparo en tachar al ministro Guindos de mentiroso al menos en tres ocasiones. Al Gobierno en su conjunto se le reprocha una gestión de la crisis lamentable y un tratamiento informativo de la misma  mucho peor, si cabe. “No son los mercados quienes fracasan, es el Gobierno de España, con una política de comunicación desastrosa, el culpable de estas turbulencias”, aseguran a este periódico varios expertos y comunicadores. La inquina y el disgusto germano han aumentado aún más porque la bolsa de Frankfurt está sufriendo con estos bandazos hispánicos;  el índice Dax ha caído esta semana por debajo de los seis mil puntos y los bancos e inversores alemanes empiezan a preocuparse acerca de si podrán recuperar el dinero invertido en Spanien. Este viernes el Frankfurter Allgemeine Zeitung publicaba un artículo demoledor: “Pedir ayudas no es una vergüenza. Lo que sí es para avergonzarse es que España exija unas reglas diferentes que para Irlanda (…) los españoles, a diferencia de los irlandeses, pretenden que los otros paguen por su especulación colectiva (…) a toda costa pretende España, junto con Francia e Italia, una mutualización de la deuda contraria a los Tratados”.

En Berlín y en otras capitales europeas no existe ninguna comprensión ante el hecho de que el Gobierno español no haya sido capaz de explicar hasta ahora en detalle cuánto dinero precisaría para salir del lío  y, mucho menos, que haya vuelto locos a unos y a otros sugiriendo un cambio de los Tratados de manera que se acceda por la vía rápida el Fondo de Rescate pero sin que se note, sin pedirlo formalmente el Estado, inyectando dinero al FROB, pero de tapadillo y sin tener que dar explicaciones sobre qué se va a hacer con él. Imposible vencer en esa ofensiva europea si uno da una imagen externa de chapuza, trampeo, desorganización y desvalimiento.

Precisamente por eso los llamamientos de Mariano Rajoy para  que Europa nos salve no han recibido el eco que hubiera deseado Moncloa. En esta semana una de las personas más próximas a Angela Merkel, Volker Kauder, jefe del grupo parlamentario de la CDU y que visitó recientemente Madrid invitado por el PP, pidió directamente a España que acuda al Fondo de Rescate. También lo hicieron varios de los sabios alemanes, es decir, los expertos independientes que asesoran al gobierno alemán, sea del signo que sea.Y la propia Merkel, una y otra vez, ha evitado en estos días clave pronunciar la frase que Madrid hubiera deseado oír: “Creo que España no tiene que acudir al Fondo de Rescate”. El viernes, previendo ya lo que iba a ocurrir, se limitaba a decir, al igual que hicieron luego sus ministros de Finanzas, Schäuble, y de Economía, Rösler, que los mecanismos para defenderse contra las turbulencias financieras, es decir, el Fondo de Rescate, están ahí para quien los precise, y que Alemania no obliga a nadie a que se acoja a ellos. El  apoyo encendido a un socio con problemas se formula, probablemente, con más decisión y entusiasmo. Ayer sábado el mensaje desde Berlín era que Madrid se decidiera lo antes posible para evitar que la crisis se agrave aún más, a ocho días de las elecciones en Grecia.