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Celia Maza

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Los británicos que quieren quedarse en la UE

  De la misma manera que en Londres se piensa que todo el mundo en España sabe bailar sevillanas, en Bruselas se cree que todo el

 

De la misma manera que en Londres se piensa que todo el mundo en España sabe bailar sevillanas, en Bruselas se cree que todo el mundo en el Reino Unido lleva el euroescepcicismo metido en vena. Pero tanto una como otra creencia es falsa. Tras la promesa de David Cameron de convocar un referéndum sobre la permanencia en la UE, muchos británicos creen que el país debe seguir ligado a la comunidad de los Veintisiete.

John es uno de ellos. Trabaja en la City como abogado especializado en finanzas y asegura que incluso los más euroescépticos están a favor del mercado único. “Habría preferido que la UE hubiera concentrado sus energías en, por ejemplo, la creación de un verdadero mercado único de servicios. Yo desconfío del planteamiento de una UE más federal, pero reconozco que con la crisis esto sea inevitable para los miembros de la zona euro. La pregunta es, ¿dónde queda el Reino Unido?”, cuestiona.

Entiendo el miedo de quedarse en una Europa que actualmente está siendo rediseñada en base una moneda que no utilizamos. Pero por otra, si no permanecemos dentro, el futuro será aún más incierto y sin ningún tipo de apoyo. Si tuviera que votar hoy mismo en el referéndum votaría a favor de la permanencia

John explica que uno se sorprendería de las pocas reacciones que ha provocado el discurso de Cameron. “Parece una posibilidad demasiada remota en este momento”, señala. Pero, llegado el momento, si finalmente el país decide salir, existe la preocupación de que el resto pueda castigar al Reino Unido o la City negándoles el acceso. “Lo más sensato y lo más práctico es permanecer en la UE para continuar ofreciendo  nuestros servicios al resto de los países miembros”, recalca.

En este sentido Iain Begg, experto en Asuntos Europeos de la London School of Economics, admite que técnicamente sería posible para el Reino Unido permanecer en el mercado único y estar fuera de la UE. "Se podría seguir el modelo de Suiza o Noruega, pero ello requeriría una negociación y eventual acuerdo con el resto de los países de la Unión Europea, lo que no puede darse por hecho", matiza.

El economista, que nunca ha ocultado su sentimiento europeísta, considera que el primer ministro "ha asumido un gran riesgo" al comprometerse a un referéndum, ya que "estos suelen producir resultados muy diferentes a los que esperan los gobernantes". “La UE ha supuesto para cada país algo diferente. Para Alemania y Francia supuso enterar el hacha de guerra, para España un nuevo capítulo de democratización para pasar página a la etapa de Franco, y para el Reino Unido significó una oportunidad económica. El problema es que el británico considera que da más de lo que recibe y es por eso por lo que a Cameron se le pueden complicar las cosas”, apunta. Begg tiene claro que el mercado único es un privilegio del que no se puede prescindir.

Incertidumbre y mercados

Por su parte David Sproul, responsable de de Deloitte Reino Unido, asegura que el asunto sobre Europa “sólo crea incertidumbre”. “Cuando hablo con los clientes de Estados Unidos que no han estado inmersos en el debate europeo como nosotros, dicen que lo que necesitamos es claridad. No hay duda de que todo esto tendrá un impacto empresarial. Golpeará la inversión en el Reino Unido”, señala. 

Su punto de vista es compartido por Susan, ejecutiva en una empresa constructora. “No estoy de acuerdo en cómo se ha planteado el referéndum. El debate dentro o fuera tendrá un impacto negativo en nuestra economía, ya golpeada bastante por la recesión. Ninguna empresa que opera en el mundo comercial querría invertir en un negocio británico que tenga un pie dentro y otro fuera de la UE”, señala.

Según Susan, la opción más sensata habría sido la de definir exclusivamente el vínculo con el mercado común. “Creo que habría que regresar al punto de partida que fundó la comunidad europea”, recalca.

Para Chris, profesor universitario, la opinión popular euroescéptica se debe en gran parte a la “mentalidad de isla” y la amenaza infundada de la avalancha extranjera, miedos, en definitiva, alimentados por la prensa sensacionalista y el UKIP –partido a favor de la salida de la UE-. “El gobierno subestimó la llegada de los polacos hace diez años y los euroescépticos piensan que los extranjeros que aceptan salarios muy por debajo del mínimo les quitarán sus puestos de trabajo”, señala.

Aunque muchos de sus colegas aseguran que hay razones para cortar los vínculos con Bruselas alegando “interferencias de Europa en el sistema judicial o la tendencia de la eurozona hacia una federación”, desde su punto de vista “Europa es esencial para el Reino Unido”. “Ayuda a frenar los excesos del nacionalismo, es bueno para los negocios, EEUU tendría poco tiempo para un Reino Unido aislado y, sobre todo, ayuda a mantener la paz, razón original para crear el mercado común”, recalca. El profesor experto en historia señala que, aunque la Segunda Guerra Mundial ahora parece un episodio antiguo para los más jóvenes, ignoran el hecho de que la desintegración de Europa “sólo podría conducir a más de lo mismo otra vez”.