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El precio de la libertad de expresión se llama Eduardo Inda
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Juan Soto Ivars

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El precio de la libertad de expresión se llama Eduardo Inda

A mí me encantaría que La Sexta mandase a Inda a freír monas. Convierte un programa de política en la versión pedante de 'Sálvame Deluxe'

Foto: El periodista Eduardo Inda. (EFE)
El periodista Eduardo Inda. (EFE)

En este momento hay una campaña en Change donde un manojo de 35.000 internautas piden a 'La Sexta Noche' el despido fulminante de Eduardo Inda, invitado habitual a esos debates. No es la primera vez que Change carga contra el estomagante tertuliano. Otra petición pidió que lo procesaran por injurias y calumnias, y alcanzó las 75.000 firmas, lo que prueba que en España hay por lo menos 75.000 personas que ignoran los cauces y procedimientos judiciales pertinentes, o bien delegan en una multitud virtual lo que de otra forma llevaría a un proceso judicial, plato de poco gusto. No importa: Inda sigue dando por saco en La Sexta, y ahí seguirá mientras lo considere oportuno la cadena de A3Media.

Su papel en el programa se caracteriza por vocear, interrumpir e irritar a los demás contertulios, mentir, darse pisto y mostrar fotos impresas en papel A3 con las que pretende justificar sus manipulaciones. Es decir: Inda sirve para que el espectro centro-derecha liberal de esos debates parezca el comedor de un frenopático. Trabajaba el hombre en 'Marca' y luego en 'El Mundo' y ahora tiene una web, 'OkDiario', donde publica contenidos calumniosos sobre Podemos y alguna filtración difícilmente contrastable. En su favor solo puedo decir que da trabajo a Álvaro Ojeda, lo que delata cierta solidaridad.

Individuos como Inda o como Willy Toledo, o como quien irrite a cada cual, son el precio que pagamos todos por tener libertad de expresión

Por el momento, el tertuliano Inda ha logrado que se larguen de 'La Sexta Noche' varios contertulios. Ana Pardo de Vera, hoy directora de 'Público', dejó de asistir al programa después de que Inda le mentase los blasones a base de alaridos. El economista Juan Torres también se largó este sábado porque Inda lo acusaba de ser de Podemos y aseguraba poseer una foto que lo atestiguaba. Cuando Torres, lleno de dignidad, dijo que él no estaba para estupideces y salió por patas, el moderador Iñaki López comentó que no lo entendía.

Yo te lo explico, Iñaki. Se largó harto del 'ad hominem' de Inda, de su mala educación, de sus calumnias y sus gritos. Y lo normal sería que siguiera largándose gente del plató cada semana. Lo único que me extraña es que se queden. Cuesta seguir como espectador cuando Inda empieza a dar la brasa, así que no quiero imaginar lo que es tenerlo delante. Solo una vez lo han superado en barriobajerismo en ese plató: fue cuando Carolina Bescansa sacó el tema de una denuncia contra Inda por no pagar la manutención de su hijo. Era difícil ponerse a su bajura, pero Bescansa lo consiguió.

El caso es que la audiencia ya confunde los debates políticos de La Sexta con 'Gran Hermano' (no puedo reprochárselo) y ha decidido que Eduardo Inda debe abandonar el plató. Me pasaron la petición el otro día y me animaron a firmarla, y para sorpresa de mis amigos les respondí que no.

A mí me encantaría que La Sexta mandase a Inda a freír monas. Convierte un programa de política en la versión pedante de 'Sálvame Deluxe'. Supongo que por eso mismo lo tienen ahí: después de todo, lo menos inteligente que se puede hacer un sábado por la noche es ponerse a ver tertulias, así que buena parte de la audiencia estará encantada con Inda y con lo que le echen.

Su papel en el programa político consiste en interrumpir e irritar a los contertulios, pegar voces, mentir y justificar sus manipulaciones

Pero tengo la sensación de que hay algo intrínsecamente malo en una recogida de firmas para exigir a un medio que expulse a un tipo que da su opinión, aun cuando esa opinión sea desinformada, mentirosa y malintencionada. Yo lo mandaría a la calle si fuera el director del programa, pero siento que está bien que mi único derecho como ciudadano sea apagar la tele. Somos demasiado plurales, tenemos sensibilidades demasiado distintas como para no ponerse en guardia ante cualquier acto de censura ciudadana. Hay quien adora a Inda y se cabrea cuando habla Antonio Maestre, o cuando un anuncio muestra a unos padres gays, o cuando va a tocar en su pueblo un cantante que tuiteó un chiste sobre las víctimas de ETA.

Individuos como Eduardo Inda, o como Willy Toledo, o como quien irrite a cada cual, son el precio que pagamos entre todos por disfrutar de la libertad de expresión. Firmar una petición masiva para callar a quien no nos gusta es deslizarse peligrosamente hacia la censura. Dicho de otra forma, hoy pedimos que callen a Inda, mañana otros pedirán que me callen a mí, y pasado mañana querrán cerrar La Sexta y al otro El Confidencial.

¿Comete Inda delitos cuando aparece en 'La Sexta Noche'? He oído que además de Change hay algo un poco más antiguo que se llama tribunal.

En este momento hay una campaña en Change donde un manojo de 35.000 internautas piden a 'La Sexta Noche' el despido fulminante de Eduardo Inda, invitado habitual a esos debates. No es la primera vez que Change carga contra el estomagante tertuliano. Otra petición pidió que lo procesaran por injurias y calumnias, y alcanzó las 75.000 firmas, lo que prueba que en España hay por lo menos 75.000 personas que ignoran los cauces y procedimientos judiciales pertinentes, o bien delegan en una multitud virtual lo que de otra forma llevaría a un proceso judicial, plato de poco gusto. No importa: Inda sigue dando por saco en La Sexta, y ahí seguirá mientras lo considere oportuno la cadena de A3Media.

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